El régimen cubano anunció un programa para impulsar la “bancarización” y promover el uso de los pagos electrónicos, entre ellos, establecer un tope en cobros y pagos en efectivo entre las entidades.
Directivos del Banco Central de Cuba (BCC) explicaron que el proceso comenzará a aplicarse este jueves, de manera “gradual y en igualdad de condiciones”, hacia todos los actores económicos, según reportes de medios estatales.
El objetivo, según argumentaron, es reordenar los flujos monetarios en la isla.
Una de las nuevas normas aprobadas fija un límite máximo de 5.000 pesos cubanos (unos 41,6 dólares al cambio comercial oficial) por operación para los cobros y pagos en efectivo, que se deriven de una relación contractual entre empresas, trabajadores privados, cooperativas y otras formas de gestión.
El vicepresidente del BCC, Alberto Quiñones, informó que las operaciones que superen ese monto se realizarán mediante instrumentos de pagos y títulos de crédito distintos del efectivo, con prioridad para que se ejecuten a través de canales electrónicos.
Explicó que en la red de cajeros automáticos solo podrán usarse las tarjetas asociadas a pensiones, cuentas de ahorros, salarios y bonificaciones, aunque reconoció el nivel de obsolescencia de los cajeros en la actualidad, con dificultades en su explotación y mantenimiento.
Asimismo, el vicepresidente del BCC indicó que todos los comercios de bienes y servicios deberán tener insertados los canales de pagos electrónicos que “son cotidianos en la vida de los ciudadanos de cualquier país”.
En ese sentido insistió en que la implementación de la normativa será “gradual”.
Los directivos precisaron que las entidades sujetas a la normativa deberán depositar sus ingresos en efectivo en su cuenta corriente, a más tardar un día después de la recaudación, y en el caso de las empresas privadas, el depósito se realizará en la cuenta reconocida con propósitos fiscales.
La normativa del BCC, publicada en la Gaceta Oficial, subraya que el incremento del uso del dinero en efectivo en las transacciones económicas y financieras, ha provocado un retroceso de los niveles de bancarización e inclusión financiera en el país, así como la demanda creciente en los cajeros automáticos para la extracción del efectivo.
La víspera, la Empresa Eléctrica de La Habana informó que iniciará este mes en algunas de sus oficinas comerciales una “prueba piloto” que no se cobrarán las facturas de su servicios en esos establecimientos.
En línea similar, la corporación Cimex S.A. anunció que a partir del 1 de septiembre comenzará a eliminar paulatinamente el pago en efectivo en las gasolineras.
Distintos medios independientes han reportado la falta de efectivo en los cajeros o la disponibilidad de billetes de baja denominación que hacen engorroso el pago a la hora de adquirir productos y artículos afectados por la elevada inflación imperante.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), la inflación interanual en el mercado formal de Cuba se situó en junio en 44,98 %, frente al 28,86 % del mismo mes de 2022.
Cuba vive su peor crisis económica en décadas con escasez de productos básicos como alimentos y medicinas, y semanas atrás también con dificultades con el abastecimiento de combustible para el transporte.
(Con información de EFE)
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