A través de una cadena nacional, el presidente de Chile Gabriel Boric presentó lo que en La Moneda han denominado como “Hoja de ruta hacia un pacto fiscal para el desarrollo y bienestar”.
Según dijo, la propuesta considera “el aporte que el crecimiento, la reforma del Estado, el fortalecimiento de la fiscalización tributaria y los impuestos pagados por sectores de mayores ingresos para poder financias de esta manera los gastos sociales urgentes, los que, por su magnitud no pueden ser absorbidos con los recursos que actualmente tenemos disponibles”.
Así, añadió que se está afinando el contenido de la propuesta para poder ingresarla al Congreso en el corto plazo y así iniciar su discusión, todo eso tras el portazo su reforma tributaria, la que fue rechazada en su primer trámite en la Cámara de Diputados.
“No vamos a insistir en el Senado con el proyecto que fuera anteriormente rechazado por dos votos en la Cámara de Diputados, pues hubo un sector de la política que desgraciadamente nunca quiso sentarse a la mesa a encontrar un acuerdo por el bien de Chile. Ustedes saben bien quiénes son”, lanzó Boric en su discurso en referencia a la oposición.
Seis lineamientos
El pacto fiscal del gobierno de Boric está, dijo, estructurado en torno a seis lineamientos.
El primero busca un sistema tributario moderno “que entregue garantías a todos y todas de cómo usan sus impuestos, cuántas pensiones, cuánto en educación, cuánto financia cada impuesto que se paga, que les dé certeza de que los que tienen más pagarán más, y que los inescrupulosos no tendrán facilidades para eludir ni evadir impuestos”.
El segundo busca afinar bien las prioridades del gasto, como aumentar las pensiones, reducir las listas de espera en hospitales, desarrollo de un sistema universal de cuidados de niños, adultos mayores, salid mental, etc. En ese punto también se incluye la idea de incrementar en 1.500 millones de dólares el gasto en seguridad ciudadana.
Eso, en el ítem de gastos que, de acuerdo al mandatario, involucra recursos por unos ocho mil millones de dólares.
Del punto tres en adelante, el presidente explicó cómo solventar tal gasto.
Se pretende mejorar la fiscalización, el cumplimiento de las obligaciones tributarias y, luego, hacer una reforma al impuesto a la renta “tanto de empresas como de personas, en la perspectiva de elevar el aporte, exclusivamente, de las personas de mayores ingresos”.
También se incluyen incentivos tributarios a la inversión por un equivalente al 0,5% del Producto Interno Bruto.
El cuarto eje del pacto fiscal que busca el gobierno en Chile busca impulsar con fuerza el crecimiento a través de 38 iniciativas ligadas a la inversión, al aumento de la productividad y la reducción de la informalidad.
Del punto 5 se desprende que se propone fortalecer la transparencia del Estado. “No queremos y no vamos a permitir que la corrupción se instale en nuestra patria. Y en esto tenemos que ser muy claros, caiga quien caiga, acá no vamos a hacer ningún tipo de perdonazo ni esconder debajo de la alfombra a quienes han cometido delitos”, afirmó el presidente en referencia al bullado Caso Convenios y el traspaso de fondos a organizaciones.
El sexto eje incluye un sistema de monitoreo y evaluación de estos compromisos.
Boric fundó parte de estos requerimientos en las cifras de la encuesta Casen, según la cual la pobreza por ingresos en Chile disminuyó de un 10,7% a un 6,5%, “lo que se traduce en que durante este periodo cerca de un millón de personas, de compatriotas, dejaron atrás la pobreza. Esta es la tasa más baja de pobreza en la historia de Chile y nos sitúa como el país con menos pobreza en toda Latinoamérica”.
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