(Desde Montevideo, Uruguay) En narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, acusado del asesinato del fiscal Marcelo Pecci, fue encontrado este sábado en Santa Cruz, Bolivia, donde estaba oculto en una de sus facetas ya conocidas: la de jugador de fútbol. Fue descubierto en una lujosa casa, que fue allanada, pero logró escapar de la policía, se desconoce su paradero pero el gobierno boliviano prometió su captura “en las póximas horas”.
El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, informó en la noche del domingo detalles de los ocho allanamientos que se hicieron. En los procedimientos se encontraron 17 fusiles, una pistola, 1.915 municiones, 28 cargadores para diversos tipos de armas, cuatro chalecos antibalas, una motocicleta, 31 vehículos, cuatro cuadratrak, un terix. Además, hallaron marihuana, vehículos de alta gama y varios documentos.
“Las investigaciones continúan, demostrando fielmente nuestro compromiso en la lucha contra este ilícito. Nuestra gestión en el combate al narcotráfico es constante y firme”, escribió el ministro de Gobierno en su cuenta de Twitter.
Marset pudo escapar junto a su pareja y sus tres hijos, pero los jerarcas informaron que pudieron detener a dos presuntos empleados del uruguayo. Las autoridades desplegaron varios operativos para capturar al narco y hay cerca de 2.500 policías buscándolo. Según Del Castillo, Marset aún está en Bolivia, viajando en una camioneta Land Cruiser junto a su familia. Se sospecha que escaparon hacia Cochabamba, ciudad ubicada en el centro del país.
Un policía fue secuestrado durante varias horas y liberado por una organización criminal que ayudó a que Marset se pueda fugar y que continúe en calidad de prófugo, informó el canal boliviano Unitel. En los allanamientos también se encontraron animales exóticos, como tigrillos y monos, que estaban en el jardín del narco uruguayo.
Marset ingresó a Bolivia en setiembre del año pasado y jugaba al fútbol con documentación falsa. Figuraba como dueño e integraba el plantel de Los Leones El Torno, que juega el campeonato de la Asociación Cruceña de Fútbol. Usaba documentación de la Confederación Brasileña de Fútbol y jugaba con el nombre Luis Amorim, según informó el periodista uruguayo Lucas Silva. En su ficha consta que quedó inscripto como futbolista el 14 de abril.
Su casa era una vivienda lujosa y amplia, con piscina, plantas tropicales e ingresos por dos calles. El inmueble, de dos plantas, tiene instalado un sistema de monitoreo de cámaras y sensores de movimiento, informó Unitel.
La polémica en torno a Marset se hizo pública cuando se conoció que el gobierno uruguayo le otorgó un pasaporte que el permitió escapar de la justicia paraguaya, donde es investigado por el asesinato del fiscal Pecci. Con ese documento, Marset pudo salir de Dubai.
La entrega de ese pasaporte generó una polémica política en el país y una una convocatoria a la Fiscalía del ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, y del de Interior, Luis Alberto Heber. Además, la vicecanciller renunció a su cargo luego de que se conocieran unos chats en los que evidenciaban que los jerarcas de gobierno sabían que Marset era un “peligroso narcotraficante”.
Del Castillo dijo que el narco uruguayo tiene “múltiples identidades” al extremo de que se hizo pasar por brasileño, paraguayo y boliviano, con lo que tuvo éxito para eludir a las autoridades que lo buscaban.
Para ocultar su verdadera identidad, Marset tuvo varias caras: fue productor de espectáculos y agropecuario, futbolista profesional y dueño de un taller.
Fue en 2021 cuando decidió ser futbolista. Pagó US$ 10.000 por la camiseta número 10 del Deportivo Capitá, un equipo de la B paraguaya. El narco invirtió sumas importantes de dinero en el club e incluso le regaló dos yates, una quinta y una casa al entrenador.
Días atrás, el gobierno uruguayo vinculó la incautación de 265 kilos de cocaína en el barrio Cerro de Montevideo con Marset. La droga incautada tenía la leyenda “King of South”.
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