El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, dice ahora que los drones que llegarán de Irán tendrían que servir para controlar los vuelos del narcotráfico, porque en algunas fronteras hay “puntos ciegos” para los radares.
Esta explicación es en respuesta a las críticas hechas dentro de Bolivia y en la región a los acuerdos que Novillo firmó en Teherán, acuerdos cuyos alcances y detalles no son conocidos porque están protegidos por una “cláusula de confidencialidad”.
Para dar esta respuesta, Novillo tuvo que contradecir una información anterior de su propio ministerio, por la que se había asegurado que los radares franceses comprados en 2017 no estaban operando.
Pues ahora dice el ministro que sí, que los trece radares están en funcionamiento y que, en lo que va del año, lograron detectar 479 vuelos irregulares pero que no fueron interceptados porque hay “puntos ciegos” en las fronteras para esos instrumentos.
Y así llegó a mencionar el vuelo que llevó más de 300 kilos de droga a Argentina, donde se precipitó a tierra. Dijo que los radares avistaron a la avioneta en mayo cuando volvió de Paraguay en vuelo irregular y fue detenida y precintada por la policía, aunque ahora se la encontró en Argentina, porque un fiscal la había liberado.
Por lo tanto, se entiende por lo que dice el ministro Novillo, en vista de que hay puntos ciegos en las fronteras con los cinco países vecinos y hay fiscales que liberan a las avionetas de la droga, ahora son necesarios los drones iraníes.
El ex presidente Evo Morales dijo desde Caracas este fin de semana que los drones ofrecidos por Irán son necesarios para controlar las fronteras y frenar el contrabando. Y criticó a las autoridades de Estados Unidos por haber observado el acuerdo de Bolivia con Irán. “No tienen autoridad moral”, dijo.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, había dicho: “Estamos preocupados por cualquier exportación de tecnología iraní que pueda ser desestabilizadora y, como saben, hemos nivelado muchas sanciones contra Irán”.
Narcotráfico, minería ilegal y periodistas amenazados
Pero los riesgos del narcotráfico para Bolivia no son solamente de las avionetas que, al caer o ser capturadas en el exterior, producen las únicas informaciones que se conocen aquí sobre esa millonaria actividad.
Un informe de las Naciones Unidas sobre el narcotráfico en este año, dice que sólo los cárteles mexicanos tienen 53 grupos afiliados que operan en la región en coordinación con los grupos de cada país.
Y justamente ahora, cuando el narcotráfico está más activo que nunca en Bolivia, los sicarios amenazan a periodistas y a defensores de la naturaleza en los mismos estrados judiciales y ante la policía, sin ningún cuidado.
Guider Arancibia, dedicado a temas del narcotráfico del matutito El Deber, denuncia que está recibiendo amenazas para él y su familia por su trabajo de investigación de la carga de droga que cayó en Argentina en una avioneta.
Y Mercedes Fernández, de la agencia Erbol, dice que el abogado de un acusado de haber avasallado tierras para el narcotráfico la amenazó y logró expulsarla de un estrado judicial, sin que ella hubiera podido recibir la ayuda del juez o la policía.
Además, representantes de los pueblos amazónicos que protestan contra los mineros chinos que destruyen la naturaleza son amenazados por sicarios de la minería ilegal, pero no reciben protección de nadie.
Los periodistas de Bolivia anuncian un plantón nacional en defensa de sus colegas amenazados y los indígenas de la región amazónica exigen que el gobierno ponga freno definitivo a los mineros ilegales, chinos o no.
En este ambiente, el juez de Palos Blancos, Gregorio Merlo, emitió un fallo muy novedoso: sentenció que el río Beni “tiene derechos” y ordenó paralizar todas las actividades mineras en sus riberas, incluidas las chinas.
Este fallo viene a socorrer a los habitantes de la región amazónica invadida por la minería ilegal que está dañando el medio ambiente y que ha provocado que los niños de pueblos originarios tengan en su sangre rastros de mercurio en porcentajes peligrosos.
Los periodistas Arancibia y Mendoza piden protección a las autoridades, pero el gobierno no les ha respondido y solamente reciben el respaldo de las organizaciones del gremio, mientras los ambientalistas no saben a quién acudir.
La actitud agresiva de quienes actúan a favor de los acusados de formar parte del negocio de las drogas ilegales aumenta con el mismo ritmo con que crecen los cultivos de coca y las operaciones del narcotráfico.
El periodista Nicolás Sanabria Garrón contabilizó que entre abril y julio de este año sólo los envíos de droga capturados en el exterior fueron de 13.834 kilos, a los que hay que añadir las 17 toneladas de las que informaron las autoridades de España sobre las cargas que llegaron a ese país en los últimos dos años.
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