Gabriel Boric, en su peor momento en Chile: cronología de un desplome

Su insistencia por mantener a su mejor amigo en el gabinete, el caso Convenios, el clamor por la seguridad y el fracaso en algunas de sus reformas emblemáticas han marcado su segundo año de mandato. Sólo en el exterior mantiene una buena imagen

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Boric fracasó en su intento por modificar la reforma tributaria, pero no ha perdido la esperanza.  REUTERS/Ivan Alvarado
Boric fracasó en su intento por modificar la reforma tributaria, pero no ha perdido la esperanza. REUTERS/Ivan Alvarado

(Desde Santiago de Chile) La pista se le había vuelto compleja desde un primer momento al presidente Gabriel Boric.

Pero eso no ha sido nada comparado con el turbulento transitar que ha tenido el gobierno en estos últimos cuatro meses.

Entre marzo y abril, los asesinatos de los carabineros Rita Olivares y Daniel Palma obligaron al gobierno a poner el foco en la seguridad.

La derecha aprovechó para apurar el tranco en todos los proyectos relativos a la seguridad que estaban durmiendo en el congreso, como la Ley Naín-Retamal, inspirada en otros dos uniformados asesinados, que endurecía las penas a quienes agredieran a Carabineros. Eso sí, en el proyecto venían indicaciones que eran, al menos, cuestionables y que fueron largamente discutidas por el gobierno.

Boric había presentado una ambiciosa reforma tributaria que buscaba recaudar 3,6 puntos porcentuales adicionales del Producto Interno Bruto mediante el alza de impuestos a las empresas a las mayores fortunas. Pero el proyecto fracasó en su primer intento y la Cámara de Diputados rechazó ajustadamente la idea de legislar la ley con la que la administración Boric buscaba financiar políticas que su gobierno consideraba prioritarias: cancelar la deuda histórica que el estado tiene con los profesores y aumentar la Pensión Garantizada Universal (PGU).

Por estos días el gobierno busca convencer a los empresarios de establecer un pacto fiscal más acotado que el anterior. Aunque desde la oposición ya han dicho que el gobierno debe tratar de convencer al congreso.

Arremetida republicana

En mayo se votó a los integrantes que iban a formar parte del nuevo Consejo Constitucional. El Partido Republicano, que se ubica un poco más a la derecha de la UDI y Renovación Nacional, los tradicionales partidos de oposición en Chile, arrasó en la votación: logró 23 de los 51 cupos. La izquierda ni siquiera tiene poder de veto. Así, el conglomerado republicano ha presentado enmiendas para modificar el texto hecho por una comisión experta que, entre otras cosas, incluye la eliminación de la indemnización por años de servicio o constitucionalizar modelos muy discutidos en Chile, como lo son la salud y previsión privadas. Reducir el número de diputados y que los reos condenados mayores de 75 años puedan estar recluidos en sus domicilios, lo que beneficiaría a los presos de Punta Peuco, el penal hecho para los militares sentenciados por delitos en dictadura.

Por cierto, no son pocos dentro de la misma izquierda quienes responsabilizan al gobierno del desplome constitucional. Lo mismo sucedió con el fracaso del proceso anterior.

El Partido Republicano, liderado por José Antonio Kast, es el más valorado por la ciudadanía chilena. (Photo by GUILLERMO SALGADO / AFP)
El Partido Republicano, liderado por José Antonio Kast, es el más valorado por la ciudadanía chilena. (Photo by GUILLERMO SALGADO / AFP)

El peor dolor de cabeza

Junio será recordado como el mes en que empezó el mayor dolor de cabeza del gobierno: el Caso Convenios. La olla la destapó la revelación de que la fundación Democracia Viva había obtenido fondos del gobierno para el desarrollo de programas en campamentos de la ciudad de Antofagasta. El problema es que, desde quien asignó los fondos hasta quien los recibió son parte del mismo partido oficialista: Revolución Democrática. El encargado de la fundación era, además, pareja de una diputada del mismo partido. Y aunque Democracia Viva debe restituir los dineros, ahora se sabe ni siquiera se les exigió una garantía.

Ya hay varias renuncias en el gobierno derivadas de este tema, el que además hizo que la Contraloría frenara toda entrega de dineros a otras organizaciones y que se investiguen fondos entregados hasta en el gobierno anterior.

La oposición las ha emprendido contra Boric, a quien le exigieron, primero, la remoción del ministro de Vivienda Carlos Montes y, con más fuerza aún, de Giorgio Jackson, titular de Desarrollo Social, fundador de Revolución Democrática y amigo personal del presidente desde los tiempos en que ambos eran dirigentes universitarios.

A este último le exigen la renuncia por el escándalo del robo de computadores y una caja fuerte desde las oficinas del ministerio, lo que se ha entendido como un intento por encubrir la investigación por la entrega de fondos de parte de la oposición.

Así, 23 diputados UDI enviaron una carta al presidente pidiendo la remoción del ministro Jackson como señal política. En la misiva, los diputados lo acusaron de estar “directamente involucrado en el sospechoso robo de 23 computadores” y de “haber orquestado un esquema de defraudación a través de fundaciones políticas”.

Es más, la UDI se retiró de la mesa técnica que busca un acuerdo para llevar adelante una reforma previsional y condicionó su presencia a que el presidente saque al ministro.

Este viernes el presidente Boric afirmó que son cientos de miles los trabajadores que no tienen una pensión digna. “No podemos quedarnos impávidos, no podemos quedarnos diciendo que no vamos a conversar sobre las pensiones porque me cae mal tal o cual persona”, afirmó.

La presión desde la oposición por remover al ministro Jackson, quien es amigo de Boric desde los tiempos en que ambos eran dirigentes estudiantiles, no ha hecho más que afirmarlo en su puesto. REUTERS/Rodrigo Garrido
La presión desde la oposición por remover al ministro Jackson, quien es amigo de Boric desde los tiempos en que ambos eran dirigentes estudiantiles, no ha hecho más que afirmarlo en su puesto. REUTERS/Rodrigo Garrido

Roces con su mentor Lula

Y en el ámbito internacional, Gabriel Boric tuvo otro cruce con Lula, mentor de cualquier dirigente latinoamericano que se considere de izquierda. Todo, porque en la cumbre Cleac-UE el chileno criticó que no hubiese una postura clara en contra de la invasión rusa a Ucrania y, en cambio, la declaración final terminara expresando una tibia “preocupación”.

El experimentado Lula achacó que la juventud de Boric y “la falta de costumbre de participar en estas reuniones hace que un joven sea más ansioso, más apresurado”.

Ya antes Boric había criticado a Lula por afirmar que lo que ocurría en la Venezuela de Nicolás Maduro es “una narrativa que se construyó contra Venezuela”.

El mismo Boric respondió diciendo que “no es una construcción narrativa; es una realidad”.

Luces y sombras

Ante todo eso, Gabriel Boric parece haber resistido bien la presión. Hasta ahora.

El político Ignacio Imas, de la consultora Imaginacción, cuenta, eso sí, que el caso Convenios ha hecho que el empresariado se cierre a la reforma tributaria. “El caso Convenios ha deteriorado el entusiasmo inicial del empresariado y la apertura de la derecha para hablar sobre el tema tributario. Le pegó directamente a la línea de flotación del gobierno. Eso, porque dejó en claro que este discurso de las izquierdas, donde la equidad y la igualdad están por delante, se desmorona y afectó derechamente al gobierno y todavía no ha podido estabilizarse”, explica.

El analista añade que tanto el ministro Jackson como su partido, RD, están muy debilitados por la situación actual aunque entiende que no es momento de removerlo.

Imas dice que lo que sucede internamente en Chile contrasta con la imagen que Boric dejó tras su gira por Europa.

“No fueron pocos los medios europeos, fundamentalmente alemanes, los que alabaron su performance. Pero esto fue opacado internamente por su homenaje a Baltasar Garzón (el ex juez que ordenó la detención de Augusto Pinochet en Londres)”, agrega.

-¿Hay algo para rescatar?

Así y todo, el gobierno de Boric logró dos grandes victorias legislativas: la aprobación del royalty minero, una discusión que venía hace años en Chile. Y el aumento progresivo del sueldo mínimo a 500 mil pesos (602 dólares), algo que en algún momento no se preveía bien. Pero no ha logrado instalar una agenda propia en el Congreso ni tampoco a nivel país. Todo este desorden político contrasta con la estabilidad económica que muestra Chile, y que se expresa en que la inflación no es tan alta como la que se previó ni la caída en el crecimiento tan fuerte como se pensó.

El presidente chileno se ha distanciado de Lula al criticar la invasión rusa en Ucrania y dejar en claro que lo que sucede en la Venezuela de Maduro no es una "construcción narrativa", como dijo el mandatario brasileño. REUTERS/Ricardo Moraes
El presidente chileno se ha distanciado de Lula al criticar la invasión rusa en Ucrania y dejar en claro que lo que sucede en la Venezuela de Maduro no es una "construcción narrativa", como dijo el mandatario brasileño. REUTERS/Ricardo Moraes

¿Y de la gira por Europa?

Se ha instalado como un aliado con alto grado de autonomía de Lula, eso lo diferencia de algunos países de la región. Chile aparece atractivo para países europeos, Estados unidos, por cierto, pero también deja la puerta abierta para las inversiones chinas.

¿Qué hay de su política exterior?

Considerando que se conmemoran los 50 años del Golpe, insiste en instalar el tema de los derechos humanos. Tal vez es en el flanco internacional donde Boric logra permear su visión más bien progresista de la política, y así logra, por ejemplo, relacionarse súper bien con Emmanuel Macron, con Justin Trudeau o con Olaf Scholz de Alemania. Y, claro, eso tal vez no lo haga quedar muy bien a nivel latinoamericano e incluso a nivel interno, pero de todas formas logra instalar una agenda muy clara de Chile a nivel internacional.

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