Chateó durante un mes con una mujer por Facebook pero todo era un engaño: cuando fue a su primera cita lo asesinaron

Ocurrió en Montevideo, Uruguay. Tres hombres se acercaron a su auto y lo mataron de un balazo. La mujer que le tendió la trampa y su pareja fueron condenados a más de 20 años de prisión

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Una pareja había utilizado una cuenta de Facebook y WhatsApp truchas para engañar a la víctima. (Archivo) REUTERS/Dado Ruvic/File Photo
Una pareja había utilizado una cuenta de Facebook y WhatsApp truchas para engañar a la víctima. (Archivo) REUTERS/Dado Ruvic/File Photo

(Desde Montevideo, Uruguay) Después de un mes de hablar por el chat de Facebook, un hombre de 29 años iba a tener la primera cita con Melani González. No se conocían, pero en una noche de setiembre él partió en su auto Peugeot 206 hasta su casa, en el barrio Piedras Blancas, al noreste de Montevideo. Cuando disminuyó la velocidad para encontrar el número de la puerta, se le acercaron tres personas encapuchadas y escuchó: “Quedate quieto o te quemo”.

Los tres hombres buscaban robarle algo, pero le terminaron disparando por la ventana de atrás del asiento del acompañante, según informaron El Observador y Telemundo (Canal 12). El conductor intentó huir, pero no lo logró. La bala impactó en él, que terminó muriendo allí, con su celular al lado de la pierna.

Cuando la policía uruguaya encontró el cuerpo, en el celular tenía una llamada perdida de Melani Rodríguez.

En los chats entre el supuesto contacto de Melani Rodríguez y la víctima se encontraron varios mensajes entre ellos dos. “¿Por dónde venís, amor?”, “Hola amor, avisame cuando estés llegando así salgo para afuera”, decían alguno de los textos divulgados por Telemundo.

“Tuve un inconveniente porfi, mañana nos vemos si podés”, “Dale, nos vemos mañana, ta”, “Sí, claro amor, pasá ahora” y “ahora, estoy afuera, está frío”, son otros de los mensajes que se encontraron en el chat.

Pero la chica con la que la víctima se había enviado los mensajes no era tal: no existía una Melani González que chateara con él. El nombre, el perfil de Facebook y la cuenta de WhatsApp que utilizaba eran falsos.

Detrás de esos mensajes truchos, había una pareja que, tras la investigación de la Fiscalía, fue condenada por la Justicia. La mujer deberá cumplir una pena de 20 años de penitenciaría como coautora de un delito de homicidio muy especialmente agravado, mientras que el hombre fue condenado a 24 años y seis meses de prisión.

El agravante fue que hayan cometido el homicidio con la intención de cometer otro delito, en este caso, el robo.

El productor de TV y los contenidos eróticos

Hacía casi un mes que la pareja había comenzado a hablar de forma virtual. En las conversaciones habían hablado de que ella le vendería fotos eróticas y terminaron acordando para salir. En la conversación, el interés de la mujer por ver al joven aumentó cuando él le contó que era un productor de televisión.

“Se pudo apreciar también que hay un despegue de interés en la conversación cuando la persona manifiesta que trabaja en la tele”, dice la sentencia del juez Huberto Álvarez.

La fiscal adcripta Micaela Dávila, que participó de la investigación, indicó que habían arreglado que la cita sería paga.

Los testigos declararon que fueron tres los hombres que se le acercaron al auto, pero solo se pudo identificar a uno de ellos. Este joven, que resultó condenado, era el novio de la mujer con la que la víctima había arreglado el encuentro.

Los testigos declararon que tiempo antes del homicidio los habían visto caminando juntos por la zona. El vínculo entre ellos dos está probado porque convivían en la casa de la madre del hombre, informó El Observador.

En sus redes sociales, el joven publicaba fotos con armas y una de las que mostró era similar a las que se utilizó en el crimen. La Fiscalía lo acusó por la autoría del homicidio y a la novia como coautora.

Para el juez, sin embargo, no estaba probado que haya sido él quien disparó el arma porque podría ser cualquiera de los otros dos que estaban en el auto. Por eso, los condenó a ambos por coautoría.

Para resolver el caso fueron clave los chats extraídos de los celulares y los testigos que, en algunos casos, declararon con reserva de identidad.

El hombre condenado aceptó su presencia en el lugar del asesinato y, además, uno de los testigos lo reconoció por la campera que llevaba puesta.

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