Luego de un operativo en Guayaquil, Daule y Esmeraldas, en la costa ecuatoriana, los agentes policiales de la Unidad Contra la Delincuencia Organizada Trasnacional, junto a la Fiscalía, detuvieron a seis personas incluyendo a dos miembros de la Armada de Ecuador en servicio activo, un marino en servicio pasivo y otros tres sospechosos, acusados del delito de delincuencia organizada para el tráfico de drogas. Un juez ya dictó la prisión para los marinos, mientras que la institución militar ha asegurado que continúan depurando sus filas.
De acuerdo con la Fiscalía, los sospechosos participaban en el acopio de droga en las provincias de Guayas, Manabí y Esmeraldas. Los estupefacientes ingresaban al país por Colombia. Entre los elementos incautados están USD 60.000 en efectivo, celulares y documentos.
En un comunicado, la Armada del Ecuador indicó que “ante el caso donde personal militar en servicio activo se encuentra involucrado en supuestos actos de delincuencia organizada, por envío de sustancias sujetas a fiscalización al exterior, se cumplieron operativos de control interno”. Además, la institución “ratifica su compromiso en seguir depurando sus filas de personal que se encuentre al margen de la ley, utilizar sus recursos y seguir luchando en contra de estas situaciones que afectan al país y a la Institución, seguiremos ejecutando todas y cada una de las acciones internas que sean necesarias, a fin de detectar y separar al personal sin importar su grado o cargo y tener en sus filas a militares comprometidos en defender los intereses del país e institucionales, así como su seguridad de todos los ecuatorianos”.
Los detenidos podrían enfrentar entre siete y diez años de prisión, según el Código Penal de Ecuador.
Esta no es la primera vez en la que servidores de la Armada están involucrados en este tipo de delitos. En agosto de 2022, ocho miembros de la Marina del Ecuador fueron investigados por la Fiscalía General de ese país por intentar comercializar cocaína que había sido incautada en Galápagos. El pasado diciembre, la Policía del Ecuador decomisó 18 bloques de cocaína que eran trasladados por un marino en servicio activo en una camioneta propiedad de la Armada. El vehículo fue detenido en la vía Daule, a la altura de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil. La droga iba a ser enviada al exterior donde podía venderse por USD 600.000.
En un reciente estudio sobre el narcotráfico en Ecuador, la Policía determinó que hay tres rutas para el ingreso de cocaína al país. Una de ellas es la Ruta del Pacífico. Por esta, la droga ingresa al Ecuador por Esmeraldas y mantiene la ruta por las subzonas de Manabí, Guayas y Santa Elena, para su posterior envió bajo las modalidades marítimo y aéreo a mercados internacionales.
Por ejemplo, el último fin de semana, las Fuerzas Armadas destruyeron dos laboratorios clandestinos para el procesamiento de clorhidrato de coca en la frontera norte de Ecuador, colindante con Colombia. Estos centros procesaban entre tres y cuatro toneladas de droga por mes. Las Fuerzas Armadas han desarmado seis de estos laboratorios desde junio de 2022.
Los puertos del país ya han sido identificados como los “hub logísticos” para la cocaína que va a Europa y al resto del mundo, según un informe de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos de Estados Unidos. Asimismo, el Departamento de Estado estadounidense ya había identificado a Ecuador como un país atractivo al narcotráfico por las rutas para el envío de la droga a los países norteamericanos y europeos.
Esta semana, luego de una nueva ola de violencia las provincias de Manabí y Los Ríos, así como el cantón Durán de la provincia del Guayas, el gobierno decretó la suspensión y limitación de derechos, además de la intervención de las fuerzas del orden. En estas jurisdicciones, los homicidios intencionales han incrementado entre el 50 % y más del 100 % este año, con relación al 2022. Además, el último martes se presentaron desmanes en Esmeraldas.
La Policía también ha indicado que durante el primer semestre del 2023, la violencia que enfrenta el país ha incrementado casi en un 60 % con respecto al 2022. Este sería el punto más alto de los asesinatos vinculados al narcotráfico en la historia de Ecuador.
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