Desde el fin de semana los hechos violentos en Ecuador no paran. El país mantiene dos Estados de Excepción para controlar la crisis en las prisiones y la violencia en las calles, sin embargo, este martes la ola de violencia continuó. Además del caos en las cárceles, en Esmeraldas, al norte del país, varios vehículos fueron incinerados, hubo amenazas con explosivos y las clases se suspendieron para salvaguardar a los estudiantes.
Sobre la violencia en las cárceles, hasta las 17h30 de este 25 de julio, la Fiscalía informó que la cifra de reos asesinados en la Penitenciaría del Litoral desde el fin de semana asciende a 31. Lo mismo sucede con el número de heridos que pasó de once a catorce.
De acuerdo con el decreto 823, que dispone el Estado de Excepción en las cárceles del país; en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más violenta del Ecuador ubicada en Guayaquil, los problemas iniciaron por una pugna entre Los Tiguerones y Los Lobos, bandas criminales que lideran los pabellones 8 y 9 de esa cárcel, respectivamente: “La actual ruptura de acuerdos entre los grupos de delincuencia organizada Lobos y Tiguerones, ha generado la intención de tomar posesión de forma unilateral en diferentes ciudades del país, ocasionando un ambiente de hostilidad entre estos dos grupos, lo cual ha desatado un enfrentamiento armado, siendo punto de inicio el Centro de Privación de Libertad Guayas No 1. (Penitenciaría)”, se lee en el documento que es de dominio público.
Desde la madrugada de este martes, 2.700 efectivos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional ingresaron a la Penitenciaría y retomaron el control de algunos pabellones. Como parte del registro de armas, municiones, explosivos y objetos prohibidos que realizan las Fuerzas Armadas en la Penitenciaría del Litoral, hasta las 17h30, decomisaron once fusiles de largo alcance, un lanza granadas, quince pistolas, dos revólveres, dos sub ametralladoras, un explosivo, más de 500 municiones, 100 celulares, cinco chalecos balísticos, seis radios de comunicación y USD 4. 441 en efectivo. Además, retiraron de los pabellones ventiladores, parlantes, refrigeradores y televisores.
El presidente Guillermo Lasso escribió en su cuenta de Twitter que “el Estado pone orden en la Penitenciaria del Litoral porque la fuerza coercitiva jamás se doblegará”. Sin embargo, el testimonio de un agente que labora en esa prisión desmiente lo sostenido por las autoridades.
Las declaraciones del agente penitenciario fueron publicadas por el medio Primicias. El funcionario, cuya identidad permanece el anonimato, señaló que las fuerzas del orden “solo esperan a que se calmen y dejen de dispararse y matarse para entrar y decir que ya tienen el control”. Además aseguró que “lo que suben (el gobierno) a redes sociales de que retomaron el control es solo para las fotos”. Finalmente dijo que “al parecer, se les acabó el armamento a los presos. Pero ellos vuelven a obtenerlo, porque la Policía y de la dirección de la cárcel les autorizan a ingresar por la puerta grande. Mañana vuelven a reabastecerse”.
Por su parte, el Servicio de Atención Integral (Snai) informó que la huelga de hambre cesó en las 13 prisiones del país. Sobre los agentes de seguridad retenidos, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia anunció que 120 de 137 fueron liberados. Además, oficialmente se confirmó que, la tarde de este martes, en la cárcel de Esmeraldas se registró un nuevo amotinamiento. Como parte del levantamiento 15 guías penitenciarios y dos funcionarios administrativos están retenidos.
En un comunicado, el Observatorio de Prisiones de Ecuador advirtió que la violencia carcelaria se da porque el gobierno “privilegia a unas bandas criminales sobre otras”. Además, se informó que los presos llevan tres días sin comida ni agua. Sobre estas denuncias no ha existido ningún pronunciamiento oficial.
Terror en Esmeraldas
Mientras las fuerzas del orden tratan de retomar el control de las cárceles y de disminuir los hechos violentos en las provincias de Manabí, Los Ríos y en el cantón Durán, donde también rige un Estado de Excepción; en Esmeraldas al norte del país, los ciudadanos viven momentos de zozobra y terror.
Desde el mediodía de este martes, se reportaron balaceras cerca de las escuelas, amenazas con explosivos y vehículos incinerados. El Ministerio de Educación dispuso la suspensión de las clases para proteger a los estudiantes.
La Secretaría de Comunicación de la Presidencia indicó que la Fuerza de Tarea Conjunta, comandada por militares, y la Policía Nacional se desplegaron en toda la provincia de Esmeraldas. Hasta las 14h00 se confirmó, además del amotinamiento en la prisión del lugar, la incineración de dos autos y un autobús; la amenaza de atentados a las gasolineras de la estatal Petroecuador y la liberación de rehenes que fueron secuestrados en la Unidad de Policía Comunitaria del sector Guacharaca, donde se registraron enfrentamientos y la detonación de artefactos explosivos.
Las Fuerzas Armadas informaron que en el sector Guacharaca se aprehendió a un menor de edad que llevaba explosivos que iban hacer utilizados en actos delictivos liderados por miembros de Los Tiguerones. En esa misma zona, los miembros militares encontraron, en un terreno abandonado, 84 tacos explosivos, tres motos reportadas como robadas y dos rollos de mecha lenta que pretendían ser utilizados en actos delictivos en esta provincia.
La Policía también señaló que hubo dos detenidos por causar zozobra con artefactos explosivos en el centro de Esmeraldas. Un servidor policial que fue retenido por delincuentes, que incluso pusieron una granada en su cuello, también fue rescatado.
Además de los hechos violentos en Esmeraldas, en Guayaquil también se registraron actos delincuenciales. Según reportó La Defensa, “varios sujetos saquearon un local de electromecánicos, quemaron una moto y lanzaron explosivos en la Avenida Perimetral, a la altura de la Isla Trinitaria, sur de la ciudad“.
La tarde del martes se conoció que los periodistas Anderson Boscán y Mónica Velásquez de La Posta, quienes revelaron una supuesta trama de corrupción en el gobierno de Guillermo Lasso, abandonaron el país porque un grupo vinculado con la mafia albanesa habría arribado al Ecuador con instrucciones de atentar contra sus vidas. Con ellos, son cinco los periodistas que este 2023 han tenido que autoexiliarse para proteger su integridad, pues han sido amenazados por grupos delincuenciales.
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