(Desde Montevideo, Uruguay) Hasta hace algunas semanas, las proyecciones que el gobierno uruguayo manejaba sobre la crisis del agua en el país le mostraban datos alarmantes. El nivel de reservas de Paso Severino –una de las fuentes más importantes– caían, lo que lo hacía estimar que el agua dejaría de ser potable en pocos días.
Pero ese escenario no se concretó. Las lluvias que hubo en julio permitieron que los niveles de agua aumenten y que la calidad con la que sale de las canillas de Montevideo y sus alrededores sea mejor.
Para el secretario de la Presidencia de Uruguay, Álvaro Delgado, el “pico” de la crisis del agua en el país “ya pasó”, según dijo el martes en una rueda de prensa, al participar de un nuevo aniversario de la jura de la primera Constitución.
Pese a esa mirada optimista, Delgado sostuvo que el gobierno seguirá trabajando como si “pudiera seguir sin llover durante mucho tiempo”. “Por eso las obras que se hacen y se van a seguir haciendo tienen que ver con un escenario que pueda no ser favorable. Esperemos que la realidad cambie y la naturaleza también”, dijo Delgado, mano derecha del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou.
El funcionario del gobierno destacó que se están construyendo represas y embalses con la intención de tener fuentes alternativas de agua dulce. De esta forma, OSE –la empresa pública encargada del abastecimiento de agua– evita tomarla de una zona más cercana al Río de la Plata, que tiene niveles de cloruro y sodio más altos.
Uno de los embalses que se construyó, en Belastiquí (al oeste de Montevideo), permite direccionar el agua hacia la usina potabilizadora de Aguas Corrientes, desde donde se envía el recurso a los hogares de Montevideo y el área metropolitana.
El gobierno espera que el nivel de reservas en Paso Severino sea “mucho mayor” porque todavía está “escurriendo” el agua de las lluvias y la que llega de distintos afluentes.
Durante el fin de semana, hubo una disminución de los niveles de sodio y cloruro, lo que permitió que el agua mejore su calidad. Este lunes, la cantidad de sodio volvió a aumentar, aunque se mantuvo por debajo de los límites habituales del agua de OSE. Las autoridades de la empresa pública prefieren no dar plazos sobre el tiempo en que se mantendrá la calidad del agua, informó El Observador.
El consumo uruguayo
La disminución en la calidad del agua tuvo un efecto marcado en el consumo de los uruguayos. Solo el 6% de los hogares utiliza el agua del grifo para tomar mientras que dos tercios comenzaron a consumir agua embotellada, según una encuesta de la consultora Cifra difundida por el noticiero Telemundo de Canal 12.
Hasta el año pasado, menos de un tercio de los hogares consumía regularmente agua embotellada y ahora lo hace el 94%, de acuerdo a los datos. Los resultados varían según la zona del país.
El agua también se dejó de usar para preparar el mate, el café u otras infusiones. Por ejemplo, según datos de Cifra, nueve de cada 10 hogares llenaban la caldera con agua de la canilla. Hoy, más de 8 de cada 10 lo hacen con agua embotellada.
Hasta antes de la crisis hídrica del país, casi no había hogares que prepararan el mate con agua mineral, según Cifra.
Otro cambio grande en los hábitos es en el uso del recurso para cocinar. Antes, todos hervían las verduras y los fideos con agua de OSE y, ahora, casi la mitad llena la olla con agua de una botella.
Respecto al agua para el consumo no humano, los hábitos cambiaron menos. Antes, el 60% regaba sus plantas con agua de OSE y, tras la crisis, el 40% lo sigue haciendo.
En tanto, un tercio lavaba el auto con agua de OSE y ahora lo hace un 15%.
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