(Desde Montevideo, Uruguay) El sueño de varios vecinos de Atlántida, en Canelones, Uruguay, se vio interrumpido por un gran estruendo. Un ruido extraño, que fue acompañado de una vibración, algunos minutos antes de la seis de la mañana. El sistema de alertas de Google fue el que despejó las primeras dudas: informaba que ese miércoles 12, a las 5.43, hubo un terremoto en Uruguay de 4,2 de magnitud.
Era un dato primario, al que luego el Observatorio Geofísico de Uruguay le agregaría más detalles. Por la tarde, su referente, la geóloga Leda Sánchez, confirmaría que la magnitud del sismo en Uruguay fue de 5,2 y que el epicentro estuvo en el mar, a la altura de Neptunia (a 30 kilómetros de Montevideo).
En esa conferencia de prensa, que encabezó en su casa, Sánchez pasó una advertencia: “No sabríamos qué hacer si el epicentro se localizara en un territorio nacional. Hay estructuras que no podrían soportar un evento así”, planteó.
Si bien aclaró que la probabilidad es baja, sostuvo que es algo que puede ocurrir. “Los terremotos no matan, lo que colapsan son las estructuras”, dijo.
Después de esas afirmaciones, se conoció un estudio que hizo Sánchez y el investigador Peter Baxter, que indica que hay posibilidades de que ocurra un sismo en Uruguay de 6,3 magnitud en los próximos años, informó el noticiero Telemundo. La investigación está basada en datos históricos sobre la frecuencia y el tamaño de eventos anteriores.
El sismo que está pronosticado para dentro de 20 años sería 100 veces mayor al ocurrido la semana pasada. Si bien la magnitud indica que solo es de un punto más (de 5,2 a 6,3), la escala que se utiliza es logarítmica y no lineal.
La investigación advierte que las estructuras de Uruguay no están preparadas para un sismo de esas características. “Creo que solo hay un edificio que tiene capacidad de soportar algún tipo de movimiento horizontal. Pero las estructuras en Uruguay no están preparadas a nivel constructivo”, explicó la geóloga Judith Loureiro.
“De lo que hemos estudiado y lo que hemos visto a través de lo que nos aporta la ingeniería sísmica, de lo que hemos analizado de edificaciones en Montevideo, ya sean las más antiguas como los edificios más nuevos, a nosotros nos produce una alarma muy grande”, dijo Sánchez, por su parte, a ese noticiero.
“Si el epicentro hubiese sido en cualquier parte de Montevideo o en una ciudad poblada, seguramente estábamos en una situación bastante más complicada. Se nos caen balcones, se nos colapsan casas sin terremotos; imaginemos dándole una aceleración al suelo”, agregó.
Entrevistada en el programa En Perspectiva, Loureiro detalló: “En Montevideo no hay ninguna estructura que sea antisísmica. Hay muchas estructuras débiles y muros limítrofes que son utilizados por varios edificios. Si viene un terremoto podría romperlos y tirar todo”, indicó.
Loureiro recordó que en Montevideo se registraron algunos eventos sísmicos, que no llegaron a una magnitud de 3, pero que generaron roturas de paredes en casas humildes. “Un sismo de 5,2 tira todas las viviendas precarias abajo. Y algunas viejas que no estén bien construidas también pueden caer”, agregó.
Por año, hay entre 15 y 25 movimientos sísmicos, pero no son de una magnitud que provoque grandes consecuencias.
El Observatorio Geofísico de Uruguay no cuenta con los recursos suficientes para hacer los estudios que el país necesita, reclamó Sánchez. La conferencia de prensa en la que detalló las características del sismo la debió hacer en su casa –ante la imposibilidad de usar las oficinas del gobierno– y, según relató, debe comprar con su dinero los equipos del observatorio.
“No es justo que uno esté atendiendo situaciones que tienen incidencia en todo el territorio nacional y no tengamos apoyo concreto del Estado (...) Así no funciona un país, uno dice: esto es un país de quinta. No puede ser que en el lomo de una persona recaiga todo el Observatorio Geofísico”, indicó Sánchez.
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