Argentina pide formalmente tomar en alquiler los gasoductos que van a quedar vacantes en Bolivia cuando hayan terminado de agotarse los pozos de gas que ahora están expirando.
Según los conocidos proyectos argentinos, parte del gas del yacimiento Vaca Muerta será enviado al centro y sur de Brasil usando los ductos que atraviesan Bolivia y sirvieron para llevar el gas boliviano a los dos vecinos.
La secretaria de Energía de Argentina, Flavia Royon, tocó el tema con el presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos cuando negociaban una nueva reducción del volumen de gas que Bolivia envía al norte argentino.
“Recibí al presidente de YPFB, Armin Dorgathen Tapia, para dialogar sobre el abastecimiento de gas de Bolivia a Argentina. También tuvimos un intercambio sobre la posibilidad de exportar gas a Brasil utilizando la infraestructura de transporte existente en Bolivia”, dijo Royon en Twitter.
El gasoducto que sirve desde 1971 para exportar el gas boliviano quedará sin uso cuando expire el contrato, por lo que Argentina quiere tomarlo en alquiler para cubrir un tramo de la operación de llevar su gas a Brasil.
En las redes sociales hay alusiones ahora al tango Yira Yira, de Enrique Santos Discépolo, en los versos: “Cuando manyés que a tu lado se prueban la ropa que vas a dejar”, aludiendo a los ductos que va a dejar de usar Bolivia y que interesan a Argentina.
De este proyecto de tomar en alquiler los ductos bolivianos se habla desde hace dos años, cuando se hizo irreversible el agotamiento de los yacimientos de gas y con ellos el fin de las exportaciones a los dos países vecinos.
Y desde entonces se temía que llegara el momento en que Argentina propusiera usar los ductos bolivianos, algo que acaba de hacer la secretaria Royon.
El ducto boliviano que lleva gas a Argentina desde 1971, y que entra al país vecino por Yacuiba, sería revertido para que el gas de Vaca Muerta llegue hasta Río Grande, en el centro de Santa Cruz, y allí se conecte con el ducto que desde principios de este siglo lleva gas a Brasil por Puerto Suárez, la frontera sur con ese país. Los dos ductos tienen una longitud superior a 1.000 kilómetros.
Son momentos dramáticos para la economía boliviana, que estuvo sostenida durante tres décadas por las ventas de gas natural, lo que creó una fuerte dependencia, que ahora se convierte en dolor de cabeza, que el gobierno de Luis Arce trata de disimular.
Es que la actual escasez se debe a que el gobierno de Evo Morales, del que Luis Arce fue ministro de Economía, ahuyentó la inversión petrolera y, de paso, despilfarró los ingresos generados por las exportaciones”, según denuncia el economista Antonio Saravia.
El propio ex presidente dice ahora que hay una campaña mediática, “golpista”, que está investigando y difundiendo los criterios supuestamente corruptos que él usó en algunas inversiones que hizo en su gestión con los dineros del gas.
Fue Morales quien comenzó este drama con una ceremonia en que cambió los contratos con las petroleras, pero a la que decidió llamar “nacionalización”, en 2006, además de denunciar a las empresas extranjeras y acusarlas de haberse aprovechado de Bolivia.
Las petroleras dejaron de invertir y algunas de ellas quedaron a cargo de los campos productores que habían sido descubiertos en gobiernos anteriores.
Las exportaciones de gas a Argentina eran de 20 millones m3/d y a Brasil de 20 millones, sobre todo cuando el precio de los combustibles fósiles llegó a niveles muy altos, en el boom de las materias primas. En 2014 las exportaciones de gas generaron ingresos por 6.000 millones de dólares, más de la mitad de todas ellas, en un país con un PIB de 40.000 millones.
El ritmo de agotamiento de las reservas de gas se acelera cuando se acerca el fin. En este momento, la producción es de 33,6 millones m3/d, lo que apenas cubre los 20 millones que deben ir a Brasil, los 6 que van a Argentina, dejando solamente10 millones para el consumo interno, que es de 15 millones.
A la caída de los ingresos se suma la posibilidad de que Bolivia tenga que importar gas natural para el consumo interno, algo que podría dar lugar a que Argentina acepte dejar algo de gas como parte de pago por el alquiler de los ductos.
El gobierno de Arce se está quedando sin recursos, lo que le obliga ahora a adquirir préstamos por 58 millones de dólares cada mes, algo que empeora conforme se reducen las exportaciones de gas. La deuda externa, dice el gobierno, es ahora de 13.327 millones de dólares, la más alta de la historia.
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