Estados Unidos exigió este viernes la liberación del sacerdote nicaragüense Fernando Israel Zamora, canciller de la diócesis de Siuna, en el Caribe de Nicaragua, que fue arrestado por la Policía Nacional de ese país tras una misa.
El secretario adjunto para América Latina del Departamento de Estado, Brian Nichols, pidió también la excarcelación del obispo Rolando Álvarez, en prisión tras haberse negado a ser desterrado del país, y de todos los detenidos arbitrariamente.
“Llamamos a la liberación del obispo Álvarez, del padre Zamora y de todos los detenidos injustamente por ejercer sus derechos humanos y constitucionales, como la libertad religiosa”, expresó Nichols en Twitter.
El encargado de Exteriores para las relaciones con América Latina condenó además “la represión del régimen” de Daniel Ortega y de su esposa Rosario Murillo en contra de la Iglesia.
Zamora fue detenido la noche del domingo después de participar en una misa en la parroquia San Luis Gonzaga, en Managua, que presidió el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes.
El religioso, con 27 años de vida sacerdotal, se convierte en el séptimo cura detenido por la Policía Nacional, incluido el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien fue condenado a más de 26 años de prisión por “traición a la patria”.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcados por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas con el Vaticano.
El papa Francisco tildó de “dictadura grosera” al Gobierno sandinista, señalando “un desequilibrio de la persona que dirige” el país centroamericano.
“La tiranía de Daniel Ortega perjudica los intereses soberanos de Nicaragua”
El dirigente opositor nicaragüense Félix Maradiaga responsabilizó a Daniel Ortega por el revés sufrido ante Colombia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde le negaron al país extender su plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas que delimitan su frontera marítima con la nación andina.
“La tiranía de Daniel Ortega ha perjudicado los intereses soberanos de los nicaragüenses y se percibe como un riesgo para la seguridad hemisférica”, señaló en un mensaje Maradiaga, quien fue excarcelado y expulsado hacia Estados Unidos por las autoridades nicaragüenses el pasado 9 de febrero junto a otras 221 personas, a quienes también despojaron de su nacionalidad.
“Sostengo que las estrechas relaciones políticas entre Ortega y los Estados terroristas están teniendo un alto costo para el pueblo nicaragüense”, agregó.
Para Maradiaga, quien aspiró a ser candidato presidencial por la oposición en las elecciones de 2021, antes de ser encarcelado, “la legítima demanda de Nicaragua sobre nuestra plataforma continental, de conformidad con el derecho del Mar, ha quedado debilitada como consecuencia del pésimo manejo de la política exterior de Daniel Ortega”.
“A pesar de que se espera que la Corte Internacional actúe con neutralidad técnica, también se puede inferir que las decisiones geopolíticas desafortunadas de la dictadura en relación con sus peligrosas amistades como China, Irán y Rusia, han vulnerado la posición ventajosa y jurídicamente sólida que Nicaragua venía mostrando desde el inicio de estas demandas”, alegó.
“Tres strikes y ponchado”
Por su lado, el también dirigente opositor desnacionalizado Juan Sebastián Chamorro opinó que “el fracaso de esta última demanda de Nicaragua ante Colombia refleja la pobreza de la política exterior de la dictadura”.
“Los fallos pasados habían balanceado posiciones de ambas partes. En este caso no le dieron a Nicaragua nada, lo que refleja lo débil de los argumentos”, comentó Chamorro en Twitter.
En tanto, el ex embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo McFields comparó la sentencia de la CIJ con un duelo entre un lanzador y un bateador de béisbol, que es considerado el “deporte rey” en Nicaragua.
“Tres strikes y ponchado el dictador de Nicaragua. Fracasó en la Corte de La Haya contra Colombia”, escribió el exdiplomático y periodista en un tuit.
Para McFields, “Ortega y sus abogados de pacotilla no tienen nada que hacer en la Corte Internacional de Justicia. A donde tienen que ir es la Corte Penal Internacional a sentarse en el banquillo de los acusados y responder por sus crímenes de lesa humanidad”, de los que le acusan organismos humanitarios desde abril de 2018.
(Con información de EFE)
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