Las autoridades de El Salvador anunciaron este martes la detención de uno de los 15 líderes nacionales de la Mara Salvatrucha (MS-13), acusado de ser el “responsable” de haber pedido a los miembros de su pandilla que aumentaran el número de asesinatos.
“La onceava silla de las 15 que encabezan la estructura MS-13 ha caído ante la justicia”, aseguró el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro.
El cabecilla de la pandilla fue identificado como Manuel Herrera, alias “Kalifa”, que cuenta con un “extenso” prontuario de delitos, según el ministro.
Herrera fue detenido el lunes por soldados salvadoreños en una localidad en el central departamento de Cabañas, indicó por su parte el ministro de la Defensa, René Francis Merino.
“Es responsable de haber ordenado alzas en los homicidios” en el país, entre los años 2021 y marzo de 2022, sostuvo Merino.
El mes pasado las autoridades del estado mexicano de Sonora detuvieron a otro miembro de la pandilla Mara Salvatrucha por su presunta participación en actividades criminales, como asesinatos y secuestros, principalmente. Fue identificado como Anderson Omar “N”, alias El Dino, quien cuenta con dos órdenes de aprehensión vigentes y era considerado como un objetivo prioritario en su país de origen. Asimismo, la Fiscalía estatal informó que era “prófugo de la ofensiva antipandillas impuesta por el presidente Nayib Bukele”.
Los delitos por los que es buscado son homicidio agravado y organizaciones terroristas agravadas, así como privación de la libertad. Debido a su trayectoria criminal, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) emitió una ficha roja para su respectiva captura.
Dado que es considerado como un fugitivo de la justicia, El Dino salió de El Salvador en el año 2020 y se dirigió a México para radicar en la ciudad de Hermosillo, Sonora, con la finalidad de que no fuera localizado. Sin embargo, autoridades de ambos países se coordinaron para dar con su paradero.
El gobierno salvadoreño mantiene desde marzo de 2022 una “guerra” contra las pandillas al amparo de un régimen de excepción que es cuestionado por diferentes organizaciones de derechos humanos.
El estado de excepción, que permite detenciones sin orden judicial, se instauró después de que el país registrara 87 asesinatos en un fin de semana de marzo de 2022. Una escalada de la violencia que el Gobierno atribuyó a las pandillas.
Desde entonces han sido detenidas más de 70.000 personas, presuntos pandilleros.
Diferentes encuestas consignan que en promedio 9 de cada 10 salvadoreños se sienten seguros con el régimen de excepción, ya con 15 meses de vigencia.
La MS-13 es una de las pandillas más violentas de Centroamérica, pues su presencia se extiende a El Salvador, Guatemala y Honduras. Sin embargo, sus orígenes se remontan a la década de los 80 en Los Ángeles, Estados Unidos.
(Con información de AFP)
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