La ONG Prisoners Defenders elevó a 1.047 su registro de presos políticos en Cuba a dos años de las protestas del 11J

La ONG Prisoners Defenders (PD) elevó hoy a 1.047 el número de presos políticos en Cuba tras sumar 16 nuevos nombres en junio. En el total, hay 35 menores de edad y 116 mujeres, algunas de ellas transexuales en cárceles para hombres.

Según el registro a cierre de junio de esta organización, con sede en Madrid, un total de 661 de estas personas (cerca de dos de cada tres) están en la cárcel por motivos ligados a las protestas del 11 de julio de 2021, de las que este martes se cumplen dos años.

Los manifestaciones antigubernamentales del 11J, las mayores protestas en décadas en la isla, fueron en su inmensa mayoría pacíficas y espontáneas. Las principales reivindicaciones eran de tipo económico, con el país en medio de una grave crisis económica, aunque también hubo un componente político.

Prisoners Defenders indicó en un comunicado que siguen descubriendo casos vinculados a las protestas del 11J, pero que la mayoría de los nuevos casos tienen que ver con manifestaciones posteriores. Entre julio y octubre de 2022 se registraron decenas de protestas menores, en su mayor parte durante apagones.

La organización indicó además que seis personas han salido de su listado en junio tras cumplir condena.

El registro de esta ONG, que está publicado en su página web, incluye 209 personas sentenciadas por sedición, entre ellas 18 menores (la edad penal mínima en Cuba son los 16). La pena media es de diez años de cárcel para los adultos y de cinco en el caso de los menores.

Los tipos delictivos más comunes entre estos condenados son desórdenes públicos, desacato y atentado.

La ONG también denunció el cautiverio de José Daniel Ferrer, el más ilustre disidente y preso político cubano, detenido desde julio de 2021.

Prisioners Defenders escribió en su informe que “a Ferrer lo están matando. Le tienen confinado sin apenas ver la luz ni a nadie desde su detención el 11 de julio de 2021, hace dos años, y además semidesnudo en una celda diáfana, blanca, con instrumentos de tortura, entre ellos una lámpara permanentemente encendida día y noche yun resonador activo de frecuencias inaudibles que provocan lesiones celulares en su sistema nervioso por el estrés y la vibración mecánica al que lo someten”.

“José Daniel está padeciendo palizas tremendas, la mencionada tortura sónica, envenenamiento químico, desatención médica grave, torturas psicológicas enormes y un aislamiento que sólo un ser extraordinario como Ferrer puede aguantar”, denuncia la organización. “Hace poco le trasladaron para sacarle una muela que desde hace meses le causaba un terrible dolor y una infección que desgasta su cuerpo, sin fuerza ni alimento. Tras la anestesia, le hicieron ver que la muela que le quitaron era la sana, y la mala la dejaron intacta. Se rieron de él por esto. Esa es la clase de gobierno que rige en Cuba. Le ofrecen que “todo se arreglará si aceptas irte expatriado para siempre de Cuba”, y José Daniel no lo acepta ni en esas condiciones. Quien le conoce sabe que morirá antes que doblegar su voluntad. ¡Qué lección les está dando a tantos y tantos seres humanos, y qué pocos están escuchando y viendo para tomar nota de ello, y actuar!”.

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