El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, aseguró este lunes que las declaraciones del mandatario argentino, Alberto Fernández, sobre la falta de agua en Montevideo pueden ser “por ignorancia”.
“Puede ser dos razones: mala intención, que la descarto, o por ignorancia, simplemente”, respondió tras ser consultado en una rueda de prensa.
Al mismo tiempo, Lacalle Pou dijo que Fernández “puede leer en Internet” y allí encontrará la información correcta de lo que sucede en el país. Además, agregó que ya le había hecho llegar su molestia por las declaraciones al embajador de Argentina en Uruguay, Alberto Juan Bautista Iribarne.
Este domingo, el presidente argentino participó de la inauguración del primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, una obra clave para evacuar el gas de la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta.
Allí Fernández dijo: “El tiempo que viene por delante nos enfrenta a muchos desafíos y nos da muchas oportunidades. El gran desafío es el cambio climático, ya está visto. Lo vivimos en la sequía. Lo vive Uruguay, donde en Montevideo abren las canillas y el agua no sale”.
Durante la rueda de prensa llevada a cabo en el marco de la participación de Lacalle Pou en la ceremonia de conmemoración del 83 aniversario de la creación de la Brigada Aérea II, el mandatario también habló de otros temas referidos a la crisis hídrica.
Allí aclaró que su país aceptó de manera formal la ayuda que el Gobierno de Argentina le ofreció días atrás para luchar contra dicha problemática, aunque por el momento la dejó en suspenso.
“Aceptamos. Sin desmerecer la ayuda, porque en este momento no nos vamos a hacer los ‘cracks’ porque todo sirve, entre lo que consume Montevideo y parte de la Zona Metropolitana por día, esta ayuda, que no la descartamos, sino que la aceptamos y la tenemos por las dudas, es ínfima”, detalló.
Y añadió: “Todo suma, todo sirve, la agradecemos, la reconocemos, la aceptamos”.
El pasado 4 de julio, el Gobierno argentino ofreció a Uruguay una serie de suministros de agua para poder paliar la crisis hídrica que atraviesa.
Lo hizo a través de una nota enviada a la Cancillería en la que remarcó la posibilidad de poner a disposición una planta potabilizadora móvil con una producción de 1.700 sachet de medio litro por hora y el desplazamiento de operarios para desarrollar la producción.
Además, Argentina ofreció el envío de un buque de la Armada Argentina del tipo “Aviso”, con una cisterna de 300 toneladas de capacidad de agua provista por la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos.
Sequía en Uruguay
Las lluvias que cayeron sobre Uruguay en los últimos días de la semana pasada le dieron un respiro al gobierno de Lacalle Pou, que estimaba que las reservas de agua dulce para llevarla a Montevideo y sus alrededores se agotarían en pocos días.
La cantidad que tiene disponible Paso Severino -una fuente clave para el abastecimiento de agua- creció por tercer día consecutivo y los niveles de cloruro y sodio estuvieron dentro de los márgenes que permite la autoridad sanitaria del país.
Mientras tanto, y a contrarreloj, el gobierno construye un embalse que permita que la planta potabilizadora de Aguas Corrientes, desde la que se envía el recurso a la población de Montevideo, reciba agua bruta de mejor calidad. La idea de las autoridades es conectar el Río San José de forma directa con la cuenca del Santa Lucía, que es el principal afluente de Aguas Corrientes.
La construcción implica colocar unos 14 kilómetros de cañería. OSE, la empresa estatal que se encarga del abastecimiento, compró 2.858 caños que llegan en envíos semanales desde Brasil para hacer la obra, según informó El Observador. Se espera que la construcción esté terminada el 26 de julio.
Los caños son fabricados en Río de Janeiro por la empresa Saint-Gobain. Miden siete metros de largo, un metro y veinte de alto y pesan tres toneladas, según informó El País. Aunque tiene previsto utilizar menos, OSE compró 20 kilómetros por unos US$ 14 millones.
La obra en el Río San José puede aumentar la cantidad de agua en 200.000 metros cúbicos diarios, algo menos de la mitad de lo que se consume en el área metropolitana del país (unos 500.000).
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