Qué es Monteverde, el nuevo espacio opositor a la dictadura de Daniel Ortega que nació en secreto y causa polémica en Nicaragua

La propuesta busca unir a los distintos grupos que se oponen al régimen y coordinar esfuerzos nacionales e internacionales para derrocar a la cúpula sandinista

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El régimen de Daniel Ortega prohibió las protestas y reuniones políticas, eliminó a los partidos de oposición y encarceló al liderazgo opositor. (Foto AFP)
El régimen de Daniel Ortega prohibió las protestas y reuniones políticas, eliminó a los partidos de oposición y encarceló al liderazgo opositor. (Foto AFP)

Monteverde es una preciosa reserva natural de Costa Rica, localizada a unos 140 kilómetros al noroeste de San José. Ahí, en un hotel para turistas del mismo nombre, una docena de nicaragüenses exiliados, de diferentes signos políticos, se reunieron en octubre de 2021 para acercar posiciones en la lucha contra el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.

Al grupo le llamaron igual: Monteverde. Durante todo este tiempo se mantuvo prácticamente en secreto y este 28 de junio se presentó como “un proceso de unidad democrática”, con nuevos integrantes, mediante una nota de prensa.

La iniciativa fue recibida con aplausos por un sector de la oposición y con virulentos ataques por otros. “Nace una nueva alianza de la oposición para luchar contra la dictadura. ¿Vamos finalmente a superar las diferencias y los proyectos individuales? Nicaragua tiene una nueva esperanza, el camino es largo y sinuoso, no será fácil, pero si se pudo en 2018 ¡se puede ahora!”, expresó en Twitter el periodista nicaragüense exiliado, Aníbal Toruño.

“Ya salieron de anonimato, otra organización sandinista más. Esta es la cuarta organización que los sandinistas infiltrados intentan posicionar, las tres anteriores fracasaron: Alianza Cívica, Unidad Nacional, Coalición”, dice por su parte un usuario que se identifica como “Charlie” y hace campaña para “denunciar al grupo Monteverde”.

Olama Hurtado es fundadora de Monteverde, y miembro la organización opositora Unidad Azul y Blanco (UNAB). Salió de Nicaragua hacia Costa Rica en julio de 2021, para ponerse a salvo de la ola represiva que desató Daniel Ortega y que llevó a la cárcel a unos 260 opositores.

“Luego de esa escalada represiva se vio la necesidad de empezar y tender puentes de comunicación, empezar a generar confianza, sobre todo teníamos en mente como principal objetivo la liberación de los presos políticos, porque muchos de ellos eran nuestros amigos”, explica Hurtado.

“Monteverde pretende ser un proceso de unidad en acción, sobre todo para la incidencia nacional e internacional de los diferentes grupos de oposición. Yo creo que su objetivo primordial va a ser ese trabajo de coordinación y ser puente de comunicación entre varias organizaciones y otros procesos similares para unir esos esfuerzos, para generar la suficiente presión para sacar a la dictadura y luego generar los acuerdos políticos necesarios para una transición democrática en Nicaragua”, añade.

En 2021, Daniel Ortega pulverizó a la oposición nicaragüense a través de una ola represiva que proscribió a los partidos políticos opositores, prohibió las reuniones y manifestaciones, y encarceló al liderazgo opositor, incluyendo a siete posibles candidatos que pretendían disputarle la presidencia en las elecciones generales de noviembre de ese año.

Opositores, defensores de derechos humanos, miembros de organizaciones sociales y periodistas, entre otros, fueron apresados u obligados a salir al exilio.

La principal crítica que se le hace a Monteverde es que supuestamente está copado por disidentes sandinistas, incluyendo Luis Carrión, uno de los nueve comandantes, entre los que se contaba a Daniel Ortega, gobernaron Nicaragua durante los años 80. También se afirma que tras el grupo está la mano del general en retiro Humberto Ortega, otro de los nueve comandantes, ex jefe del Ejército y hermano de Daniel Ortega.

Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Medardo Mairena y Miguel Mora, cuatro de los siete precandidatos electorales encarcelados y desterrados por Ortega, que ahora se han integrado a Monteverde. (Foto cortesía)
Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Medardo Mairena y Miguel Mora, cuatro de los siete precandidatos electorales encarcelados y desterrados por Ortega, que ahora se han integrado a Monteverde. (Foto cortesía)

Lo que se sabe hasta ahora del grupo es:

- Efectivamente Luis Carrión, directivo del grupo Unamos, conformado por disidentes del sandinismo, fue uno de sus primeros miembros. En cambio, no hay evidencia de que Humberto Ortega haya tenido relación alguna con Monteverde. Sus miembros lo han negado enfáticamente.

- Hasta mayo pasado el grupo estaba compuesto por unas 30 personas, y a partir de un proceso de selección se integraron a 26 más.

- Es, hasta ahora, un grupo cerrado, donde se ingresa solo a propuesta de alguno de sus miembros y con la aprobación mayoritaria del resto.

- Los miembros de Monteverde se ven a sí mismos como un proceso de acercamiento entre opositores de diferentes posiciones políticas. En el grupo, por ejemplo, está Kitty Monterrey, presidenta del proscrito partido Ciudadanos por la Libertad, liberal, y quien en los intentos de unidad prelectorales del 2021 se negó a acercar posiciones con opositores de origen sandinista.

- Todavía se desconoce la lista completa de miembros. Algunos miembros han declarado que otros prefieren por seguridad, suya o de su familia, mantener su participación en anonimato.

- Varios de los más reconocidos líderes opositores han hecho pública su integración a Monteverde, entre ellos Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga y Medardo Mairena y Miguel Mora, cuatro de los siete precandidatos apresados por Ortega en 2021 y desterrados en febrero de este año.

Olama Hurtado se niega a llamar “secretismo” a la actitud de Monteverde y prefiere llamarlo “sigilo por prudencia”. Dice que no querían que “la dictadura minara el proceso desde muy temprano” y que “estábamos bajo un ataque terrible, la mayoría de nosotros en el exilio, otros tantos encarcelados. Teníamos mucha familia adentro (de Nicaragua). Había mucho temor”.

Atribuye a “una narrativa de la dictadura” la supuesta participación mayoritaria de disidentes sandinistas. “En un ejercicio que hicimos vimos que el 55 por ciento de los participantes eran de centro y derecha y sólo el 42 por ciento era de izquierda. Sí, es cierto que hay gente que proviene de muchos sectores, uno de ellos gente que estuvo en la revolución en los años 80, pero que desde hace muchísimos años están en lucha frontal contra la dictadura”.

“Estamos claros de que hay que integrar a personas, hay que ver cómo se tejen puentes de comunicación y coordinación con otros espacios, pero se está trabajando en la estrategia de cómo hacer eso para no perder la funcionalidad y que todas las personas y todas las cosas puedan ser tomadas en cuenta”, concluye.

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