El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llegó este miércoles a Trinidad y Tobago para participar en la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) y sostener una reunión con el primer ministro de Haití, país asolado por la violencia y la pobreza.
La visita del secretario de Estado se produce cuando arrecian los llamados, especialmente de la ONU, para que se envíe una fuerza de seguridad al país más pobre de América, donde la situación humanitaria y de seguridad empeora día a día.
Blinken habló brevemente sobre Haití y otros asuntos, al tiempo que los líderes caribeños se han reunido periódicamente para tratar la situación en Haití. El Presidente de Caricom y Primer Ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, señaló que el grupo apoya las soluciones lideradas por Haití, pero también pidió ayuda a Estados Unidos.
“No es ningún secreto, señor Secretario, que Estados Unidos tendrá que desempeñar un papel crucial”, dijo al presentar a Blinken el último día de la conferencia.
Blinken habló un día antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU se reuniera para hablar sobre Haití, en medio de la creciente presión sobre la comunidad internacional para que despliegue una fuerza armada extranjera que el primer ministro haitiano Ariel Henry solicitó en octubre.
Hasta ahora, el Consejo sólo ha aprobado sanciones contra miembros de bandas y figuras de alto nivel que se cree que apoyan a las bandas que ahora controlan aproximadamente el 80% de Puerto Príncipe, la capital haitiana, donde se han disparado los asesinatos, las violaciones y los secuestros.
La Policía Nacional de Haití está infradotada y carece de recursos para combatir el aumento de la violencia, con tan sólo unos 13.000 agentes en activo al servicio de un país de más de 11 millones de habitantes. Algunos haitianos, cansados y frustrados de la violencia, han abrazado un levantamiento violento dirigido a matar a presuntos miembros de bandas.
Brasil y Canadá son los más implicados en las discusiones, pero Estados Unidos respalda más bien el reforzamiento de las fuerzas de seguridad locales.
Guterres ha llamado a “no olvidar a Haití”, país donde estuvo el sábado en una visita que se mantuvo en secreto hasta que aterrizó en Puerto Príncipe.
El país no celebra elecciones desde 2016. Henry, designado apenas 48 horas antes de que el último presidente, Jovenel Moise, fuese asesinado en julio de 2021, enfrenta cuestionamientos a su legitimidad.
La agenda de Blinken incluye el jueves un encuentro con el primer ministro trinitense, Keith Rowley, antes de partir a Guyana, donde permanecerá unas horas.
El lunes, Guterres exhortó a “incrementar el apoyo” a la policía de Haití para hacer frente a la ola de “violencia sin precedentes” de los últimos meses.
Cifras oficiales expusieron que entre el 1 de enero y el 31 de marzo, la cantidad de homicidios en el país aumentó un 21% con respecto al último trimestre de 2022 -lo que equivale una suba de 673 a 815- mientras que el número de secuestros subió un 63% -de 391 a 637-.
“Reitero mi llamado a todos los socios para que incrementen su apoyo a la policía nacional de Haití, en forma de financiamiento, entrenamiento o equipamiento”, señaló en rueda de prensa, tras un encuentro con el primer ministro trinitense, Keith Rowley.
“Debemos hacer más colectivamente para ayudar al pueblo haitiano a trazar un camino hacia las elecciones y una solución política”, añadió.
La ONU ha expresado su alarma por la violencia impuesta por pandillas que aterrorizan al país más pobre de América.
La jefa de Unicef, Catherine Russell, dijo la semana pasada que la situación en Haití “nunca ha estado tan mal”, citando casos de niñas violadas y niños reclutados por las bandas criminales.
(Con información de AFP)
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