Tras días de polémica y amenazas entre el alcalde de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil y los grupos que organizan la marcha del orgullo LGTBI+, la celebración se realizará por las principales vías del centro, como cada año, por orden de un juez.
Aquiles Álvarez, máxima autoridad municipal, que se confiesa de religión cristiana evangélica, decidió este año -tras poco más de un mes de gestión como alcalde- que la marcha debía realizarse en un apartado parque al norte de la ciudad para evitar caotizar “durante tantas horas” el flujo de tránsito vehicular y comercial.
La decisión provocó una controversia y representantes de la comunidad LGTBI+ reaccionaron asegurando que se tomarán las avenidas centrales de Guayaquil con o sin autorización del alcalde. Recurrieron a la justicia y un fallo de un magistrado de la provincia del Guayas ordenó el miércoles que el desfile se realice en el lugar de siempre.
El jueves ambas partes coincidieron en que la marcha se realizará el sábado 1 de julio por el centro comercial y financiero de Guayaquil. Pero Álvarez insistió en poner condiciones: que se celebre entre las 16.00 y las 18.30 del sábado, que los organizadores garanticen orden y “la no presencia de menores sin autorización de sus padres”.
El alcalde exigió que no haya “desmanes, ni desnudos, ni ofensas hacia ningún tipo de grupo social”.
Tras una reunión con la representante del colectivo Silueta LGBTI, Diane Rodríguez, una de las organizadoras, el alcalde de Guayaquil dijo en Twitter: “Hemos venido dialogando... Hemos llegado a un acuerdo, entendiendo que la Alcaldía quiere que prime el orden en la ciudad”.
Acerca de las condiciones impuestas a última hora, la activista LGBTI+ y presidenta de la Fundación Pakta, Bernarda Freire, dijo a la agencia The Associated Press que “no está dentro de las competencias del alcalde poner esas condiciones” y señaló que es evidente la percepción “muy prejuiciosa por parte de Álvarez”.
El funcionario municipal, que gobierna desde el pasado 14 de mayo, aclaró que nunca estuvo en contra de ningún grupo o colectivo LGBTI+ y que fue un “error de comunicación” por su parte. Rodríguez destacó que las diferencias se ahondaron por la “falta de tino” de las autoridades.
En celebraciones de años anteriores, la marcha ha concurrido por las principales calles de la ciudad y las autoridades municipales de entonces solían decorar edificios oficiales con juegos de luces con la bandera arcoiris.
Diane Rodríguez aclaró a la AP que “jamás” ha habido desnudos. “Hay gente que se viste tipo garota pero eso hay en Brasil y en todo el mundo, eso no rompe ningún tipo de norma”. A la activista del colectivo Silueta, que lleva un recuento de las agresiones a personas LGTBI+, le preocupa que la reciente polémica se aprovechada por “grupos radicales ultra conservadores que aprovechen el espacio para hacer desmanes o también, grupos LGBT radicales que también quieran hacer agresiones, que eso no lo compartimos en absoluto”.
Freire recordó que en lo que va de 2023, “hay 18 muertes de personas LGBTI en situaciones de violencia en Ecuador”.
La marcha de cada año, recalcó la activista de Pakta, es una manifestación donde se hace una reivindicación de derechos que a la población LGBTI+ le ha costado “muchos años y mucha sangre conquistar y defender la diversidad”.
(Con información de AP)
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