Rodeado de ministros, alcaldes, la delegada de la Región Metropolitana y un par de niños que merodeaban junto a sus familias por ahí, el presidente Gabriel Boric hizo frente a las críticas por su viaje a la Antártica en medio de la crisis por los temporales en la zona centro sur de Chile.
“El Estado no funciona solamente por una persona; instituciones están andando, los ministros están desplegados en terreno y el que quiera sacar provecho político a partir de la tragedia de otros me parece que es de una pequeñez tremenda”, dijo en el acto.
Sucedió el sábado, en la comuna de Talagante, una de las más golpeadas por el frente de mal tiempo en la Región Metropolitana.
No hubo reparos a sus palabras, sin embargo los ojos se posaron en los muchachos que rodeaban al mandatario.
En un caso de manual de la desinformación, alguien bajo el seudónimo David Heller, aseguró ser director del servicio nacional de menores de Talagante. “Nosotros autorizamos que el niño saliera con el presidente”, decía el posteo.
De inmediato surgieron voces de la oposición condenando la utilización de los menores y considerando de máxima gravedad lo denunciado en esta cuenta.
Así, se fueron sumando la ex integrante del primer consejo constitucional por el Partido Republicano Teresa Marinovic, el exdiputado UDI Giovanni Calderón y el fundador de Libertad y Desarrollo, un centro de pensamiento de derecha, Luis Larraín; y un montón de gente. Tenían razón, porque de haber sido cierto era de máxima gravedad.
Pero, claro, ese tuit tenía errores de origen que estaban a la vista. Ningún director de servicio le hubiese llamado Servicio Nacional de Menores a una organización que cambió de nombre a “Mejor Niñez”.
Al rato debió aclarar el mismo servicio Mejor Niñez, también a través de su cuenta en Twitter: “Ningún menor de edad que estuvo presente en el punto de prensa del Presidente Gabriel Boric pertenece a alguno de nuestros programas. Lamentamos el uso de esta situación para difundir noticias falsas. Todos debemos proteger y respetar los derechos de niñas, niños y adolescentes”.
Por cierto, el tal David Heller bajó su cuenta al rato después.
Carlos Álvarez, alcalde de Talagante, también debió salir a aclarar el asunto, señalando que ambos niños contaban con el consentimiento de sus familias y que los muchachos estaban “felices de compartir con el Presidente de la República con la ilusión propia de un niño que no hace distinciones que hacemos los adultos como los tuit que se leen… El problema esta vez es que han dañado a uno de los menores que se ha sentido muy mal con los comentarios que se han dado en redes expresadas por adultos inconscientes de las consecuencias de sus dichos que entiendo es político, pero que esta vez dañó a un menor de edad”.
El edil añadió que la mamá de uno de los muchachos exigió disculpas públicas que, hasta ahora, nadie ha dado. Es más, ni siquiera se han borrado los posteos.
Comisión contra la Desinformación
Todo esto asoma días después de que el Gobierno de Chile anunciara la creación de la Comisión Asesora contra la Desinformación, una entidad creada por el ministerio de ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile, que busca desarrollar una política pública contra la desinformación y el debilitamiento de la democracia.
El problema es que no hay claridad de cómo funcionará esta comisión ni qué tan vinculantes serán sus políticas.
Hoy, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó su preocupación por esta entidad. “Debe haber preocupación cuando los gobiernos se involucran en forma directa en el análisis de información, expresión, medios o periodismo”, dice el comunicado firmado por el presidente de la SIP, Michael Greenspon.
Agrega que “las comisiones, los observatorios u otras formas gubernamentales de vigilancia siempre suelen mirar la realidad desde ópticas ideológicas, aconsejando políticas públicas sesgadas, con efectos negativos sobre las libertades de expresión y de prensa”.
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