Manuel Araya Osorio, chofer y secretario personal de Pablo Neruda, falleció la tarde del martes, en el Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, en la Región de Valparaíso.
Araya tenía 77 años y había sido hospitalizado después de sufrir un accidente cardiovascular el 12 de junio.
No solo fue el brazo derecho del Premio Nobel. Manuel Araya también fue clave en la investigación por el asesinato de Neruda, pues fue él quien aseguró en 2011 que no había muerto de cáncer de próstata, enfermedad que efectivamente padecía, el 23 de septiembre de 1973, diez días después del Golpe de Estado-. Por el contrario, que había sido asesinado después de recibir una inyección letal.
Su declaración llevó a abrir una investigación el año 2017, en la que se indagó la presencia de “clostridium botulinum”, bacteria que provoca botulismo, una enfermedad rara y grave que ataca los nervios del cuerpo causando, en algunos casos, dificultad para respirar, parálisis muscular y hasta la muerte.
En febrero de este año, un panel internacional de expertos investigó y elaboró un estudio con las circunstancias de la muerte del poeta que fue entregado a la ministra en visita de la Corte de Apelaciones, Paola Plaza. En el informe, los especialistas respaldaron la teoría del asesinato. La bacteria, concluyó el panel, estaba en el cuerpo de Pablo Neruda al momento de su muerte y que el cadáver no se contaminó después.
“Sabemos que el clostridium botilinum no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda. ¿Qué quiere decir esto? Que Neruda fue asesinado, hubo intervención en el año 1973 por agentes del Estado”, dijo Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda tras acceder a los documentos. Agregó que “estamos conformes y tristes, porque ahora ya sabemos que lo mataron. Anteriormente uno suponía cosas, pero esta investigación arrojó la verdad: a Neruda lo mataron”.
Manuel Araya Osorio dijo por esos días que “yo hice esta denuncia desde un principio, pero en Chile no tuve casi nunca cobertura… Ahora esperamos que la señora ministra Plaza resuelva. Soy la persona más feliz hasta el momento, porque llegamos a esta parte, Neruda fue asesinado por esta inyección”.
¿Concluyente?
Pero parece que eso no está tan claro. En mayo de este año, el ministro de Justicia Luis Cordero declaró en España que este informe realizado por este segundo panel de expertos (el primero determinó que era “no concluyente”), era una prueba adicional.
“La conclusión divulgada hasta ahora es que no hay prueba concluyente sobre la muerte de Neruda. El Gobierno no es solo interesado sino que es querellante en esa causa, y el pago de los peritajes se realiza con fondos del Estado”, afirmó Cordero.
Pablo Neruda murió hospitalizado en la Clínica Santa María, la misma en que nueve años después, en 1982, murió el ex presidente Eduardo Frei Montalva, quien fue envenenado con una toxina bacteriana llamada gas mostaza.
La justicia concluyó que Frei Montalva sí fue asesinado y determinó además que el envenenamiento fue llevado a cabo por agentes de la dictadura.
Volviendo a Manuel Araya, el Partido Comunista, a través de un comunicado, expresó su pesar por su muerte: “Sin duda que fue clave son su testimonio, su gestión y su valentía para que existieran los elementos que dieron pie a la querella por la muerte del poeta que presentó el partido junto con su familia y que da origen a la investigación judicial, aún en curso, pero que acerca la verdad sobre las reales causas de la muerte del poeta”.
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