Daniel Mellado era un muchacho querido en el Liceo San Juan Bautista de Hualqui, Región del Biobío, donde cursaba tercero medio.
La semana pasada salió a caminar con sus padres por un bosque cercano a su hogar. El paseo incluyó la recolección de hongos, los que cocinaron al volver al hogar.
El problema es que algunas de las setas eran venenosas. Y durante la noche, el muchacho y sus padres comenzaron a sentir los efectos de las callampas.
“Toda la familia consumió. O sea, los dos papás. El hijo menor, afortunadamente, porque encontró, parece de mal gusto los hongos, no los consumió. De lo contrario, hubiésemos tenido a los cuatro miembros de la familia en la misma situación”, dijo el alcalde de Hualqui, Jorge Contanzo al medio Emol.
Bárbara Poblete, tía del muchacho, contó que en esta fecha, donde abundan los hongos, él y sus padres solían salir a recolectar hongos en ese bosque cercano.
Los tres fueron a un centro asistencial, pero al persistir los dolores, la diarrea y los vómitos del joven, lo llevaron a al Sanatorio Alemán. Pero allí le comnunicaron a sus padres que necesitaba ser trasladado con urgencia al Hospital Regional de Concepción. Daniel Mellado necesitaba con urgencia un trasplante de hígado.
Pero ello no llegó a ocurrir. Tras una semana de hospitalización, el cuerpo de Daniel Mellado no resistió y murió a consecuencia de una falla hepática fulminante provocada por las amatoxinas y phallotoxinas de los hongos silvestres.
“Uno de los más peligrosos es la amanita phalloides, que provocó que los tres estuvieran hospitalizados y uno de ellos falleció por una hepatitis aguda fulminante en la que requería de trasplante de hígado”, dijo Andrea Silva, epidemióloga de la Secretaría Regional de Salud del Biobío.
Sus padres, que aún se encontraban hospitalizados fueron dados de alta para participar del velorio y el funeral.
País de hongos
El problema de los hongos en Chile es que todos se parecen. Y el año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un listado con los 19 hongos considerados peligrosos, cuyos patógenos fúngicos causan la muerte de más de 1,6 millones de personas al año. De ellos, 14 están presentes en Chile. Dos son mortales y el resto, tóxicos.
El doctor Götz Palfner, académico del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción dijo en la radio de la casa de estudios que los hongos venenos están asociados a plantaciones forestales de pino y a otros árboles como el castaño o el encino, de alta presencia en el sur de Chile. Y que la corta distancia podría hacer que las especies peligrosas se confundan con las comestibles. De hecho, en su primera etapa la amanita phalloides es muy similar al champiñón, pero al crecer el hongo tóxico toma un tono amarillento que la hace identificable.
Palfner agregó que las dos especies tóxicas de las amanita (phalloides y gemmata) afectan con mayor severidad a los individuos con daño hepático previo y, sobre todo, a niños y personas de la tercera edad.
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