Un tribunal guatemalteco condenó a seis años de prisión al periodista José Rubén Zamora, reconocido nacional e internacionalmente por sus investigaciones sobre la corrupción y fuerte crítico del gobierno del presidente Alejandro Giammattei. Fue sentenciado por lavado de dinero.
La sentencia llega luego de que varias organizaciones denunciaran una escalada de autoritarismo en el país que incluye la persecución a periodistas y funcionarios judiciales y la exclusión de candidatos que no son parte de las tradicionales fuerzas políticas.
En su última intervención ante el tribunal, Zamora reafirmó que es inocente y que se violentaron sus derechos, especialmente los de defensa y debido proceso, al punto tal que conoció minutos antes de iniciar el juicio a su abogado defensor de oficio.
“Le pido al tribunal que emita una sentencia absolutoria y me dé mi libertad porque el Ministerio Público no pudo acreditar (las acusaciones)”, dijo Zamora.
El periodista, de 66 años, ha dicho que es inocente de las imputaciones de la fiscalía y fue juzgado sin que el tribunal permitiera que se presentaran pruebas a su favor. Cinthia Monterroso es la fiscal que lo acusa.
Zamora era titular de El Periódico, un medio que cerró sus puertas el 15 de mayo aquejado por presiones políticas y financieras, en el que expuso las acusaciones contra Monterroso por abuso de poder por supuestamente usar su cargo para investigar al esposo infiel de una amiga, entre otras denuncias.
Monterroso pidió al tribunal que Zamora sea condenado a 40 años de prisión por supuestamente lavar dinero de un soborno y traficar influencias y pidió agravar las penas por “menosprecio a la autoridad” por las publicaciones del periodista sobre la Fiscal General, Consuelo Porras, y el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, ambos sancionados por el gobierno estadounidense por obstaculizar la lucha anticorrupción y socavar la democracia en el país.
Según la fiscal, Zamora le pidió a su amigo Rónald García Navarijo -un ex banquero acusado de corrupción- que depositara más de 30.000 dólares en dinero en efectivo en un banco. En lugar de hacerlo, éste denunció a Zamora.
La defensa de Zamora sostiene que el dinero era producto de una donación y que el periodista no lo depositó en una cuenta propia para evitar que se conociera quién era el donante debido a las presiones del gobierno a El Periódico.
En tanto, la familia de Zamora ha dicho que lo que detonó la encarcelación del periodista fue la publicación de un caso conocido como “La trama rusa” según el cual el presidente Giammattei habría recibido sobornos de empresarios rusos a cambio de beneficios en concesiones de mega proyectos.
Organizaciones nacionales e internacionales defensoras de la prensa y los derechos humanos han señalado que el caso contra Zamora es una criminalización del ejercicio periodístico en Guatemala y han solicitado su liberación.
El miércoles la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) con sede en Miami dijo que en Guatemala se realiza una “cacería de brujas a periodistas”.
Aunque la fiscalía ha dicho que no hay una persecución contra la prensa, pidió al juez Jimi Bremer autorizar investigaciones contra nueve comunicadores de El Periódico por sus publicaciones sobre jueces y fiscales que habrían tenido fallas en el proceso contra Zamora.
La fiscalía ha acusado también a Zamora en otros dos casos, uno de ellos por falsificación de documentos por supuestamente haber firmado mal las boletas migratorias cuando salía o entraba del país.
El mismo juez Bremer a petición de la fiscalía que dirige Monterroso es quien ha ordenado iniciar esa investigación.
Zamora ha sido galardonado con premios como el María Moors Cabot de la Universidad de Columbia, el Premio Internacional a la Libertad de Prensa y el Premio al Héroe Mundial de la Libertad de Prensa del Instituto Internacional de Prensa.
(Con información de AP)
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