La alianza y las promesas incumplidas de Irán con la dictadura de Daniel Ortega que Ebrahim Raisi busca renovar

El presidente iraní llega este martes a Managua. Oficialmente se anuncia que “firmará acuerdos” a pesar de que ya existen decenas de compromisos multimillonarios que el régimen persa jamás ha cumplido con el país centroamericano

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El presidente Ebrahim Raisi durante su visita a Venezuela. La tarde de este martes llega a Nicaragua.
El presidente Ebrahim Raisi durante su visita a Venezuela. La tarde de este martes llega a Nicaragua.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, llega a Nicaragua este martes 13 de junio, en medio de una gira por América Latina que incluye a Cuba y Venezuela y que ha despertado suspicacias sobre las intenciones del régimen iraní en la región.

Raisi llega acompañado de su esposa, la doctora Jamileh Alamolhoda, y una numerosa delegación de funcionarios. Se reunirá con el dictador Daniel Ortega y su gabinete, dormirá en Managua y, el miércoles se presentará en la Asamblea Nacional para luego continuar con su gira por Latinoamérica.

“Nos sentimos honrados, complacidos de recibir esta importante delegación de hermandad de la República Islámica de Irán que llega a nuestro país mañana, que sostendrá encuentros con nuestro presidente, por supuesto con nosotros, con el gabinete”, señaló Rosario Murillo, esposa de Ortega y vicepresidenta del país, el lunes en una alocución radial en la que también adelantó que “se firmarán acuerdos” entre Irán y Nicaragua.

El economista nicaragüense Enrique Saénz recuerda que Irán tiene una larga tradición de firmar acuerdos y hacer promesas a Nicaragua que nunca se cumplen. “Han pasado 16 años y en las cuentas comerciales de Nicaragua ni siquiera figura Irán. Son lazos comerciales inexistentes”, dijo este lunes en su espacio de análisis “Vamos al Punto”.

El entonces presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad visitó Nicaragua cuando Daniel Ortega recién asumía el poder en enero de 2007, y regresó en 2012. “Varias misiones se realizaron en el entretanto y con posterioridad y dejaron un reguero de acuerdos, memorándum de entendimiento y promesas”, dice Sáenz.

Entre los acuerdos firmados con Irán, el economista menciona la construcción de cuatro centrales hidroeléctricas, 10 mil viviendas populares, cinco plantas procesadoras de leche, dos muelles con valor de 36 millones de dólares, fábricas de cemento, sistemas de riego y de agua potable y la entrega de cuatro mil tractores. Nada de esto se ha cumplido.

Irán también prometió el financiamiento conjunto con Venezuela para la construcción de un puerto de aguas profundas en el Caribe, uno de los muchos mega proyectos prometidos por Daniel Ortega y jamás cumplido.

“¿Qué viene a hacer desde tan lejos este personaje?”, se pregunta Enrique Saénz sobre la visita del presidente iraní Ebrahim Raisi. “Cualquiera sabe que la intención de Irán es establecer cabezas de playa en América Latina. Necesita bases que le sirvan de apoyo en sus disputas con Estados Unidos. Y es evidente que Ortega y sus compinches de Venezuela y de Cuba se prestan gustosos a jugar ese papel. Así que está claro que buscarán cómo proyectar la imagen de una alianza estratégica revestida con los consabidos discursos antiimperialistas y antioccidentales”.

“Seguramente algún acuerdo escondido habrá, pero ese no se dará a conocer”, acota.

En un artículo de opinión publicado en Infobae, Héctor Schamis, profesor en la Universidad de Georgetown, también considera que los acuerdos de Venezuela, Cuba y Nicaragua con Irán “bien podrían ser de otra clase” a los anunciados.

“Nótese, los cuatro países están sancionados por Estados Unidos y varios países europeos; los cuatro son aliados de Rusia en la guerra contra Ucrania. Irán además provee a Rusia con equipamiento militar, drones que han sido utilizados en ataques en territorio ucraniano”, apunta Schamis.

El entonces presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad visitó Nicaragua en dos ocasiones anteriores y firmó acuerdos con Daniel Ortega que hasta ahora no se han cumplido.
El entonces presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad visitó Nicaragua en dos ocasiones anteriores y firmó acuerdos con Daniel Ortega que hasta ahora no se han cumplido.

Enrique Saénz dice encontrar muy poca coincidencia en lo comercial y cultural entre Irán y Nicaragua. “El desarrollo de lazos comerciales no es cuestión de voluntades, sino de realidades. ¿Qué producimos los nicaragüenses que la economía de Irán necesite? El café y el azúcar, lo compran más barato a proveedores cercanos. Los iraníes no comen gallo pinto”, dice en alusión a la tradicional comida nicaragüense hecha a base de frijoles y arroz. “Así que la distancia, la falta de rutas comerciales y de infraestructura logística tornan ilusorios cualquier acuerdo comercial”.

Dice que los posibles intereses son particulares entre Ortega, su círculo, y el grupo de poder Iraní. “La única posibilidad es que Irán sea utilizado para que la mafia en el poder pueda recircular los cuantiosos recursos que obtiene por los negocios de la electricidad, el combustible, el oro y otros turbios negocios”.

Vaticina, asimismo, que lo que se verá este martes en Nicaragua son las floridas escenografías y los discursos antiimperialistas. “Probablemente (oigamos) la mención a uno de sus actuales desvaríos, una bombita atómica, que es lo que viene diciendo (Ortega) desde hace rato”, añade.

Este es el primer viaje a Latinoamérica de Ebrahim Raisi desde que tomó posesión del cargo el 5 de agosto de 2021.

Raisi, considerado un clérigo ultraconservador, es el segundo funcionario de mayor rango en ese país, después del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Es seguidor de la tradición chiita, grupo que se considera descendiente del profeta musulmán Mahoma y tradicionalmente viste un turbante negro.

El actual presidente iraní ha sido acusado de participar en la ejecución masiva de presos políticos en 1988, y fue sancionado por Estados Unidos en 2019 por cometer violaciones de derechos humanos.

Las elecciones de junio de 2021 fueron consideradas “un diseño a la medida” para que ganara Raisi, quien se impuso con el 61 por ciento de los votos. A varios candidatos no se les permitió participar.

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