El pasado 1 de junio, Daniel Ortega nombró a Mohamed Farrara Lashtar, 64 años, embajador de Nicaragua ante el Gobierno del Reino de Bahréin, en calidad de concurrente, con sede en el Estado de Kuwait.
El Reino de Bahréin es un microestado ubicado en el Golfo Pérsico y Farrara Lashtar es un oscuro personaje, sobrino del asesinado dictador libio, Muamar Gadafi, que mantiene una estrecha relación con la familia Ortega Murillo y acumula al menos nueve cargos diplomáticos en el gobierno de Nicaragua.
Mohamed Farrara Lashtar es también embajador ante Kuwait y embajador concurrente ante Egipto, Turquía, Jordania, Túnez, República Argelina Democrática y Popular, Arabia Saudita y ministro asesor y delegado para África, Medio Oriente y países árabes. En los corillos diplomáticos le llaman “el super embajador”.
Antes fue diputado suplente del Frente Sandinista en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), secretario privado de Daniel Ortega, secretario para asuntos internacionales de la Presidencia y embajador especial para asuntos en el exterior.
Farrara Lashtar llegó a Nicaragua a finales de la década de los 80 como representante de los intereses políticos y económicos de su tío, el dictador de Libia. En ese tiempo, el país estaba gobernado por el Frente Sandinista, un movimiento guerrillero que se transformó en partido político tras derrocar a la dictadura de Anastasio Somoza, en julio de 1979.
En febrero de 1990, Daniel Ortega perdió las elecciones ante Violeta Barrios de Chamorro, y el 11 de abril de ese año, pocos días antes de entregar el poder, el gobierno sandinista le otorgó al libio la ciudadanía nicaragüense.
Mohamed Farrara Lashtar es un personaje que se mueve entre las sombras. Lo poco que se sabe de él proviene de los documentos desclasificados por la plataforma Wikileaks, en febrero de 2011, y la información que proporcionó el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, cuando sancionó a Farrara Lashtar, el 15 de noviembre de 2021.
De acuerdo con el Departamento de Estado de Estados Unidos, el número de cédula nicaragüense de Lashtar es el 777-170559-0000M, tiene una residencia en Las Colinas, Calle de los Cerros, Casa 330, en Managua y usa tres pasaportes: uno libio (NG252351), otro nicaragüense ordinario (C1102007) y otro nicaragüense diplomático (A00000271).
Wikileaks, por su parte reveló un reporte del exembajador estadounidense en Nicaragua, Paul Trivelli, fechado en 2008, en el que manifestaba preocupación por la presencia de Farrara Lashtar en Nicaragua y su cercanía con Daniel Ortega.
“Desde el comienzo de su administración (enero de 2007), el presidente Daniel Ortega nombró a Lashtar como su secretario y asesor privado para asuntos internacionales (…) Mantiene una oficina en la Cancillería y maneja grandes negocios en Nicaragua”, dijo Trivelli en el cable clasificado.
En una comunicación anterior, en enero de 2007, Trivelli describe a Lasthar como una de las principales “figuras de poder en las sombras del gobierno de Ortega” y relató una conversación que sostuvo con el exministro de comercio exterior en los años ochenta, Alejandro Martínez Cuenca, sobre el personaje libio.
“Martínez Cuenca confió que Lashtar llegó a Nicaragua en 1989 y le reportaba directamente a la unidad secreta de seguridad de Muamar Gadafi que opera de forma independiente del gobierno libio. Además, a través de Lashtar el dinero de Libia ha mantenido durante años a Ortega y los Consejos del Poder Popular de Ortega están basados en el Libro Verde libio”, señaló.
La relación de Daniel Ortega con Mohamed Farrara Lashtar proviene de la relación misma que el actual dictador nicaragüense mantuvo con Muamar Gadafi, a quien consideraba su padrino económico y político.
En noviembre de 1998, Ortega reconoció en una entrevista con el periodista nicaragüense Fabián Medina que recibía dinero de Gadafi, tanto para su partido como para su manutención personal. “Tengo apoyo. Tengo solidaridad. El coronel Gadafi ha sido un soporte muy importante todos estos años”, expresó Ortega en tiempos en que era líder de la oposición y no se le conocían ingresos definidos.
Gracias a unos correos del jefe guerrillero colombiano Raúl Reyes, se supo que las FARC buscaron financiamiento de Gadafi a través de Ortega. Reyes murió en un bombardeo del ejército de Colombia a un campamento guerrillero en Ecuador, en 2008.
“Como entenderá si nosotros estuviéramos viviendo otras condiciones en Colombia, hubiéramos privilegiado una entrevista personal con usted para hablar no solo de este tema. Con ocasión de nuestro encuentro con los libios en ese país, ellos mismos nos explicaron las responsabilidades políticas a cargo del compañero Daniel Ortega, con la ejecución de las políticas del gobierno libio en nuestra región”, escribió Reyes el 22 de febrero de 2003, en uno de los dos correos sobre este tema encontrados en su computadora.
Farrara Lashtar aparece como socio fundador del canal 13 de televisión, propiedad de la familia Ortega Murillo y representante la empresa Agropecuaria Nicaragüense Árabe Libia (ANILIB).
Según una investigación de La Prensa publicada en enero de 2016, Daniel Ortega le donó a ANILIB dos fincas estatales: la San Ramón y la Santa Gertrudis. La finca San Ramón, ubicada en San Francisco Libre, fue comprada por el estado en 1,45 millones de dólares, de acuerdo a la investigación del diario.
El nombre de Farrara Lashtar apareció en el caso de los Panamá Papers, como representante de una sociedad llamada Laurel Properties Inc., registrada en 1998. Douglas Farah, investigador estadunidense, lo expuso en febrero de este año como parte de una red de lavadores de oro ilícito en el mercado internacional que implica a Venezuela y Nicaragua.
Una fuente diplomática consultada por Infobae dice que, entre las características del manejo de las relaciones exteriores de Daniel Ortega, está el uso frecuente de extranjeros como embajadores y depositar varios cargos en personas de su confianza. “En el caso de Lashtar es un asunto de confianza. No confían en nadie para delegar una relación que forma parte del círculo cerrado del régimen”, dice la fuente que pide no se le mencione por seguridad.
“La diplomacia de Nicaragua no ha sido como muy sólida, y estoy hablando incluso de los tiempos de Somoza, se le daba el cargo a alguien solo porque hablaba el idioma de ese país. Eso no ha cambiado mucho”, añade.
“Este tipo de relaciones no se manejan desde Cancillería, se manejan desde El Carmen (la residencia de Daniel Ortega y Rosario Murillo) y este este señor (Farrara Lashtar) es el que tiene las llaves y las puertas de entrada de Ortega para con todo el mundo árabe. Funciona como una especie de vicecanciller para el mundo árabe”, concluye.
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