La visita de Fernando González, uno de “los cinco de Miami”, abre una nueva etapa en las relaciones de Brasil con Cuba y el riesgo del espionaje de la guerra fría

Brasil lo recibió con los honores de una visita oficial. Su estadía en Pará, que finaliza mañana, se debe a una invitación oficial del gobierno de Lula, que organizó en Belém la XXVI Convención de Solidaridad con Cuba

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Fernando González Llort (Archivo)
Fernando González Llort (Archivo)

¿Qué hace estos días el cubano Fernando González Llort en Brasil, más precisamente en Belém, en el estado de Pará, donde el 7 de junio fue recibido con todos los honores por el alcalde Edimilson Rodrigues, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL)? La pregunta es legítima dado que Fernando González no es un cubano cualquiera sino nada menos que uno de los llamados “Cinco de Miami” a los que el gobierno de Fidel Castro calificó de héroes mientras que Estados Unidos condenó por peligrosos espías al servicio de La Habana. Se trata de una de las páginas más famosas de la historia del espionaje cubano en la larga posguerra fría de los años noventa. Cuba vivía entonces su peor etapa económica, el llamado “Periodo Especial”, debido al colapso de la Unión Soviética que acabó con el flujo de ayuda desde Moscú.

Los cinco agentes al servicio de Fidel Castro, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González, fueron detenidos en Miami, Estados Unidos, el 12 de septiembre de 1998, acusados de espionaje. Formaban parte de la Red Avispa, integrada por al menos 27 espías cubanos. Según las autoridades estadounidenses, se habían infiltrado en grupos cubanoamericanos de oposición al régimen de Fidel Castro, como Alpha 66, los Comandos F4, la Fundación Nacional Cubano-Americana y los Hermanos al Rescate. Uno de los cinco, Gerardo Hernández, también fue acusado de permitir con su información el derribo de dos aviones del grupo Hermanos al Rescate en el cielo de Cuba, el 24 de febrero de 1996, en el que murieron cuatro personas.

El gobierno de Castro, tras negarlo, acabó admitiendo que los cinco eran espías, pero que su objetivo eran las comunidades cubanas del exilio en Estados Unidos, desde las que temían ataques contra la isla y no las bases militares estadounidenses. René González fue liberado en 2011, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino regresaron a Cuba en 2014 gracias a un intercambio de prisioneros con EEUU. En cuanto a Fernando González, fue liberado también en 2014 y fue recibido como un héroe en Cuba por Fidel Castro. “Lo que has hecho ha sido una verdadera hazaña, con tu firmeza durante tantos años has demostrado lo que es la juventud formada por la revolución cubana”, le dijo Fidel al recibirle.

Nueve años después, Brasil también recibió a Fernando González con los honores de una visita oficial. Su estadía en Pará, que finaliza mañana, se debe a una invitación oficial de Brasil, que organizó en Belém la XXVI Convención de Solidaridad con Cuba. González fue invitado porque es presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Para el hombre que fue entrenado por la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior cubano, el G2, a finales de los años 80 para ser uno de los mejores espías del régimen siguiendo el modelo del KGB y la Stasi, este nuevo papel no es una ruptura con el pasado sino una continuidad. El ICAP es conocido, de hecho, por ser un brazo de la inteligencia cubana para actividades de injerencia fuera de la isla, como en el caso del independentismo vasco y catalán o en Colombia para las elecciones de 2022, según informó la revista Semana.

Fernando González fue liberado en
Fernando González fue liberado en 2014 y fue recibido como un héroe en Cuba por Fidel Castro (EFE/Alejandro Ernesto)

Según el sitio web del estado cubano Prensa Latina, el objetivo de esta Convención de Solidaridad con Cuba en Brasil no es sólo “multiplicar acciones fraternas”, sino también “condenar el bloqueo estadounidense y fortalecer la defensa del proceso revolucionario en la isla”. Además de la cooperación en las áreas de educación, salud, vacunas y turismo, según Prensa Latina, Cuba pretende colaborar con Brasil para “vigorizar la defensa de la Revolución cubana y la soberanía de los pueblos latinoamericanos”. “Entre las cuestiones a abordar”, detalla Prensa Latina, “están las políticas de enfrentamiento el cerco estadounidense”.

En los últimos días varios funcionarios del régimen cubano han visitado a países amigos además de Brasil. Fueron a Rusia el primer ministro Manuel Marrero y los dos ministros de Educación Naima Ariatne Trujillo Barrero y Walter Baluja García. La sombra de Moscú y Pekín, grandes protagonistas de este mundo multipolar apoyado por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en sus declaraciones públicas, planeará sin duda también sobre la próxima reunión del Foro de San Pablo, la 26ª, que se celebrará en Brasilia entre el 29 de junio y el 2 de julio, a la que Lula ha sido invitado. El Foro de San Pablo fue fundado por Lula y Fidel Castro en 1990, tras la caída del Muro de Berlín, con el objetivo de resucitar las ideas de la Unión Soviética en América Latina en una función anti-Estados Unidos. Incluye organizaciones y partidos políticos como el Partido de los Trabajadores (PT). Como informaron varios periódicos brasileños, como el diario Estado de São Paulo y el semanario Veja, en la inauguración del Foro en 1990, el entonces líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pedro Antonio Marín, conocido como Manuel Marulanda o Tirofijo, envió una carta de apoyo. En la reunión de este año se volverá a hablar de Colombia y más concretamente de las múltiples crisis que están debilitando al gobierno de Gustavo Petro.

Sin embargo Cuba también sigue presente en Brasil a través del programa “Más Médicos”. En el primer mes del gobierno de Lula una sentencia de la Justicia Federal reactivó el programa y los contratos de unos 1.700 médicos cubanos, rescindidos por el gobierno de Temer en 2018. El programa de médicos del gobierno de la Habana ha sido acusado por Human Rights Watch de violaciones de los derechos humanos. Los médicos reciben el 10% del salario mientras que el 90% va directo a la dictadura de La Habana. En el pasado, el Congreso brasileño también debatió el riesgo de actividades de espionaje en el programa. Este asunto volvió a la actualidad después de que el Wall Street Journal informara de que Pekín había pagado miles de millones de dólares al régimen cubano para construir una instalación de escuchas electrónicas en la isla.

En Brasil, Pekín no necesita a Cuba para realizar actividades de espionaje. Sin embargo, las actividades de espionaje de Pekín también pueden beneficiar a Cuba y Rusia en una América Latina que se ha convertido en el escenario de una Guerra Fría 2.0 en la que Estados Unidos y sus aliados occidentales se enfrentan ahora a un bloque multipolar. De hecho, el Ejército Popular de Liberación chino (PLA en inglés) lleva mucho tiempo desarrollando infraestructuras y accesos en todo el mundo. Brasil, al igual que Argentina, Chile, Bolivia, Venezuela y Cuba en América Latina, alberga una de las estaciones terrestres de satélites de Pekín. Todas las actividades de telemetría, seguimiento y control de los satélites y sus estaciones, cabe recordar, son gestionadas por los militares chinos de la Fuerza de Apoyo Estratégico del PLA (PLASSF en inglés).

Según el informe “Ojos en el cielo - La creciente huella espacial de China en Sudamérica”, del Center for Strategic and International Studies (CSIS) de Washington, se sabe que el lugar elegido para la estación china en Brasil - construida por la empresa china Beijing Tianlian Space Technology junto con una start-up brasileña - es Tucano, en el estado de Bahía. Según el informe, ya han surgido sospechas de espionaje en el caso de la estación terrestre Espacio Lejano, en Neuquén, Argentina, y también en la estación satélite Santiago, en Chile, operada por la Swedish Space Corporation pero con dos antenas gestionadas por militares chinos. La alerta sigue siendo, por tanto, muy alta en toda la región no sólo por las injerencias chinas, sino también por las rusas, iraníes y cubanas. El riesgo de actividades de espionaje a través del espacio es tan alto que por primera vez en su historia, según ha revelado el sitio de análisis estadounidense DefenseScoop, el Cibercomando de Estados Unidos ha enviado un equipo de operadores de ciberdefensa a un país latinoamericano cuyo nombre no se ha revelado por motivos de seguridad.

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