El Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno de El Niño (Erfen) indicó que, en Ecuador, se espera que este evento aparezca durante los siguientes meses del 2023, principalmente en el último trimestre del año, entre octubre y noviembre; aunque se espera que la declaratoria oficial ocurra en septiembre.
De acuerdo con lo comentado por Javier Macas, analista de pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), a El Universo, hay un 85 % de probabilidad de que El Niño aparezca a partir de septiembre en Ecuador: “Nosotros más bien estamos migrando hacia una estacionalidad más seca. Vamos a ver que las precipitaciones en la región Interandina y Amazónica van a disminuir considerablemente”, dijo al medio local.
En un comunicado, el Comité Erfen mencionó que actualmente se “mantiene el estado de aviso en observación, conservándose la declaratoria de alerta amarilla en el territorio nacional”.
La alerta amarilla está activa en 17 de las 24 provincias del país: Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Chimborazo, Cotopaxi, Pichincha, Imbabura, Loja, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas y Galápagos.
La explicación del comité fue necesaria luego de que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOOA) confirmara que El Niño Global ya se encuentra en curso y que se fortalecerá gradualmente hasta diciembre.
“En su punto máximo, la probabilidad de El Niño fuerte son casi iguales a las del mes pasado (56% de probabilidad de Niño-3.4 ≥ 1.5°C en noviembre-enero), con 84% de probabilidad de exceder intensidad moderada (Niño-3.4 ≥ 1.0°C)”, señaló el último reporte de la NOOA.
No obstante el Comité Erfen de Ecuador explicó que el área de análisis de la oficina estadounidense se enfoca en el Pacífico Central. Este sería el motivo por el cual “la alerta aún no corresponde al territorio ecuatoriano”.
Hace una semana, una lluvia prolongada de doce horas causó el desbordamiento de seis ríos de Esmeraldas, al norte de Ecuador. Las inundaciones han afectado a 15.077 personas y a 3.741 familias, según el más reciente informe del Servicio de Gestión de Riesgos y Emergencias. Hay 61 viviendas destruidas y otras 3.741 en las zonas de inundación.
Aunque al conocerse sobre la tragedia en Esmeraldas se especulaba que las lluvias eran producto del fenómeno de El Niño, el Inamhi explicó que los eventos no están relacionados porque “el ENSO (El Niño Oscilación del Sur) todavía se encuentra en estado de desarrollo y en vigilancia continua”, aseguró la institución. Las precipitaciones que causaron el desboramiento de los ríos se deben a otros factores océano-atmosféricos “como la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) y las anomalías de temperatura de mar en el Océano Pacífico”.
“Lo que pasó en Esmeraldas es lo mismo que sucedió en marzo en Guayaquil. Esto obedece a condiciones climáticas de nuestro país, que de cierta manera tienen conexión, pero no incidencia directa”, señaló Macas al diario ecuatoriano.
El experto también indicó que “la incidencia del fenómeno de El Niño suele afectar a las provincias de la Costa en su zona norte, pero la alerta de este año podría llegar al sector sur poniendo en riesgo a Santa Elena, Los Ríos, Guayas y El Oro”.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que entre el 2023 y el 2027, El Niño sería uno de los eventos más calurosos jamás registrado en el planeta. Esto por la combinación del fenómeno en mención con el calentamiento global, que es el resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas e industriales.
Según la OMM, este evento “tendrá repercusiones en la salud, la seguridad alimentaria y el medio ambiente. Además, alertan sobre el calentamiento del Ártico y el cambio en los patrones de precipitaciones a nivel global”.
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