La zona oeste de Río de Janeiro vive desde hace seis meses intensas disputas entre narcotraficantes y milicianos. La lucha por el control del territorio tuvo otro capítulo en las últimas horas.
Narcotraficantes destruyeron un vehículo blindado de la Policía Militar en la comunidad de Bateau Mouche, en Praça Seca, el martes por la noche. De acuerdo a lo que informó el medio local G1, arrojaron granadas y cócteles molotov. El fuego alcanzó la parte de la manguera de combustible y rápidamente se propagó por todo el vehículo.
En una guerra brutal, las milicias, que según reportan medios locales cedieron terreno al narco, ejecutan a adictos y dejan sus cuerpos en las zonas donde fueron expulsados para tratar de incriminar a los narcotraficantes. TV Globo constató que, entre el domingo y el miércoles, fueron encontrados cuatro cadáveres en Gardênia Azul.
Gardênia está ubicada en el Gran Jacarepaguá, región que vive intensas disputas entre traficantes y milicianos.
“Nuestra lucha contra el crimen es diaria. Nada detendrá el trabajo de la policía. Este ataque de hoy a un vehículo blindado que estaba en una base del Batallón Jacarepaguá es improcedente”, expresó el gobernador del estado, Claudio Castro.
Tras el ataque, la Policía Militar informó haber reforzado la seguridad en la región con el apoyo de equipos de otros batallones.
“Siempre se está reforzando el personal de Praça Seca. No solo el personal del batallón 18, un batallón que recibe mucho apoyo, muchas acciones de inteligencia, muchas operaciones. Entonces continuaremos este trabajo, con esta intensidad en esa región para que podamos equilibrar y minimizar los impactos en esa comunidad”, dijo el secretario de la Policía Militar, coronel Henrique Pires.
G1 recordó que, hasta hace poco tiempo, buena parte de la región de Jacarepaguá estaba dominada únicamente por milicianos. Sin embargo, desde hace más de seis meses se han mezclado con narcotraficantes de la pandilla más grande del estado.
Rio das Pedras, que tiene más de 200.000 habitantes y alrededor de 5.000 puntos comerciales, está en medio de conflictos. La gente ya no sabe a quién acudir.
Mientras la población espera una acción más contundente por parte del gobierno del Estado, los comerciantes denuncian que los están obligando a pagar cuotas cada vez mayores a los milicianos, consignó el medio citado. “La imposición tiene un solo objetivo: recaudar más dinero para financiar disputas e invasiones”, concluyó.
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