La dictadura de Nicaragua canceló este jueves la personalidad jurídica de la Asociación Hijas de Santa Luisa de Marillac en el Espíritu Santo, que administraba un colegio religioso, y ordenó expropiar sus bienes.
La disolución de esa asociación religiosa, inscrita desde 1999, fue aprobada por la ministra nicaragüense de Gobernación, María Amelia Coronel Kinloch, según el acuerdo ministerial publicado en el Diario Oficial La Gaceta.
Según el Ministerio de Gobernación, esa ONG fue ilegalizada por “incumplimiento a las leyes que la regulan”, debido a que “no reportaron sus estados financieros del periodo fiscal 2022″, con lo que “obstaculizan el control y vigilancia de la Dirección General de Registro y Control de Organismos sin Fines de Lucro” de esa cartera.
Sobre la liquidación del patrimonio del organismo, Gobernación explicó que corresponde proceder de oficio a la Procuraduría General de la República realizar el traspaso de bienes muebles o inmuebles a nombre del Estado de Nicaragua.
El colegio había sido expropiado hace días
Ese acuerdo ministerial se da dos días después de que la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina denunciara que el régimen de Nicaragua se había apropiado del colegio de la congregación Hijas de Santa Luisa de Marillac, y había ordenado la expulsión de las tres monjas que lo administraban.
Molina, que es autora del estudio titulado “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”, informó entonces que el régimen “confiscó el Instituto Técnico Santa Luisa de Marillac”, en el municipio de San Sebastián de Yalí, departamento de Jinotega, norte de Nicaragua.
Según la investigadora, ese colegio, con 31 años de fundación, pertenece a las religiosas de Hijas de Santa Luisa de Marillac, y las autoridades ordenaron la expulsión de tres religiosas de esa congregación.
Vecinos de San Sebastián de Yalí confirmaron a la prensa nicaragüense que el instituto se mantiene ocupado por policías desde la noche del lunes pasado.
La semana pasada, el régimen también intervino el colegio Susana López Carazo, una de las obras emblemáticas de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, en el departamento de Rivas, sur de Nicaragua, y expulsó a tres monjas de esa congregación, según el periódico digital Confidencial.
(Con información de EFE)
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