Al menos cien estudiantes de la localidad costera de Quintero, en Chile, fueron atendidos este martes por intoxicaciones relacionadas a la contaminación ambiental que ya se ha vuelto recurrente en la zona.
“Ayer todos los quinteranos nos dimos cuenta de que el aire estaba muy pesado. Los equipos de Bomberos comenzaron a monitorear el centro y cada vez que se acercaban al cordón industrial el olor era más fuerte”, indicó el alcalde Francisco Jeldes.
El episodio comenzó cerca de las 23:00 horas del lunes y derivó en la declaración de alerta ambiental por hidrocarburos no metálicos en suspensión en el aire, indicó la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Salud de Valparaíso.
Entrado el martes, las autoridades en más de seis establecimientos educativos se vieron obligadas a suspender las clases ya que muchos de los alumnos comenzaron a presentar síntomas como dolores de cabeza y vómitos y debieron ser atendidos en centros médicos.
“Hace más de un mes que anunciamos que íbamos a entrar en un tiempo complejo, con mala ventilación del aire, y que podían ser recurrentes los episodios de mala contaminación”, lamentó Jeldes.
La contaminación se extendió por las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví, donde yace un cinturón industrial conocido como el “Chernóbil chileno” con una docena de termoeléctricas, petroleras y plantas químicas.
Su desembarco en la zona ha dejado profundas huellas de contaminación que derivan en constantes episodios de intoxicación de la población. Las autoridades ya han obligado a estas industrias a reducir sus emisiones ambientales y ha ampliado su capacidad de fiscalización sobre ellas aunque han conseguido pocos avances ya que esta “zona de sacrificio” funciona desde la década de los 60 con el objetivo puro y exclusivo de conseguir el desarrollo económico del país, incluso en detrimento del medio ambiente y la salud de las personas.
La organización ambientalista Greenpeace bautizó la zona como el “Chernóbil chileno” en 2018 luego de que 600 personas se vieran afectadas por un cuadro clínico atípico de vómitos de sangre, dolores de cabeza, mareos, parálisis de las extremidades y extrañas ronchas en la piel que dio cuenta de la “atemorizante e interconectada” crisis medioambiental que enfrenta la zona, según sumó el relator especial de la ONU que visitó el país.
“No queremos más zonas de sacrificio. Hoy existen cientos de miles de personas que viven en nuestro país expuestas al deterioro ambiental severo que hemos causado o permitido y que, como chileno, me avergüenza”, comentó el presidente Gabriel Boric en junio pasado.
En línea con su declaración, la última semana la estatal Codelco, la mayor cuprífera del mundo, recibió el visto bueno para la clausura de una de sus fundiciones de cobre en la localidad vecina de Ventanas, unos altos hornos que funcionaron durante casi seis décadas y fueron responsabilizados de otros episodios de contaminación en el pasado.
Esta decisión, que había sido aprobada en marzo en el Parlamento, fue una de las grandes promesas del Presidente aunque el alcalde de Quintero resaltó la importancia de que no se trate de un hecho aislado sino que, por el contrario, marque el inicio de una política a largo plazo.
“El cierre de la fundición de Codelco no nos asegura que los episodios de contaminación no sigan ocurriendo”, comentó.
(Con información de AFP y EFE)
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