La noche del domingo, un lamentable episodio en el poblado de Mahdia -a 320 kilómetros de la capital de Guyana, Georgetown- se cobró la vida de al menos 19 jóvenes.
Cerca de las 22:50 horas, comenzó un incendio en uno de los dormitorios de una escuela secundaria de internado del gobierno, cuyos estudiantes, en su mayoría, son jóvenes indígenas.
Las llamas rápidamente se expandieron por todo el cuarto ubicado en la esquina suroccidental del edificio y ello, sumado a las rejas de hierro que aseguran el dormitorio, imposibilitaron que muchas de las niñas pudieran salir a tiempo.
A raíz de esto, las autoridades ya han informado al menos de 19 muertos y varios heridos, entre ellos, una joven a la que se investiga por posiblemente haber iniciado el fuego intencionalmente.
“Este es un incidente horroroso. Es trágico, es doloroso. Es el día más triste de mi vida como presidente. Desearía que no hubiera ocurrido”, lamentó el presidente Irfaan Ali y decretó tres días de luto nacional.
De momento, las autoridades están realizando las pertinentes investigaciones para poder determinar con exactitud los sucesos y sus causas aunque el jefe adjunto del Departamento de Bomberos, Dwayne Scotland, ratificó que las primeras conclusiones sugieren que “el fuego fue provocado dolosamente”, aunque no dio precisiones de qué elementos dejaron entrever esta hipótesis.
De todas formas, los investigadores han logrado dar con un episodio clave que tuvo lugar momentos antes de la tragedia e incluye a una estudiante del centro que quedó molesta luego de que la administradora le confiscara su celular tras enterarse de que mantenía una aventura con un hombre mayor.
A raíz de ello, la joven había amenazado con quemar el dormitorio, algo que -momentos más tarde- realizó pero en el área del baño, agregó el asesor de Seguridad Nacional, Gerald Gouveia.
Ello explica que, mientras las llamas se propagaban, las niñas no hayan podido salir del cuarto, ya que la directora del centro había cerrado con llave las rejas de hierro para evitar que salieran durante la noche.
Al momento del incendio, la mujer estaba durmiendo en la misma sede y, al despertar, “entró en pánico y no pudo encontrar las llaves correctas para abrir la reja” aunque sí logró salir.
“Ella hizo esto por amor a ellas. Sintió que se vio obligada a hacerlo porque muchas de ellas salen del edificio por la noche para socializar”, continuó Gouveia y agregó que, posiblemente, en los próximos días la policía acuse de estupro al hombre que tenía la relación con la joven.
Entre las víctimas de este episodio se encuentran un niño de 5 años, hijo de la madre de la casa, y 18 niñas indígenas de entre 12 y 18 años, de aldeas remotas. Aún se desconoce la identidad de 13 de ellas por lo que el Gobierno ha aceptado ofertas de Estados Unidos para el envío de expertos forenses que asistan con las pruebas de ADN.
En un primer momento, las autoridades habían informado de 20 muertos pero, luego, actualizaron la cifra a 19 gracias a que los médicos lograron reanimar a un paciente que presentaba un cuadro tan crítico que “pensaban que estaba muerto”.
A su vez, nueve personas permanecen hospitalizadas en estado grave. Inicialmente, fueron 23 los trasladados a un centro sanitario, seis de ellos, por vía aérea.
Las autoridades destacaron el trabajo de los bomberos, quienes “fueron muy valientes y estaban muy determinados”. “Hicieron un esfuerzo gigantesco” para salvar a la mayor cantidad de gente posible, insistió Gouveia.
Para poner a salvo a gran parte de las 56 niñas que había en el dormitorio, hicieron agujeros en el muro noreste del edificio, comentaron desde el departamento de bomberos.
Por último, el asesor de Seguridad Nacional resaltó que “el Estado va a trabajar con las estudiantes y las familias para brindarles todo el apoyo que necesitan”.
(Con información de AP y AFP)
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