La Unidad Nacional Azul y Blanco de Nicaragua, cuyos principales dirigentes residen en el exilio por razones de seguridad, indicó que el régimen de Daniel Ortega “ha afianzado” un “estado totalitario y de terror” en el país centroamericano.
“La dictadura Ortega Murillo ha continuado en las últimas semanas la represión y ha afianzado el estado totalitario y de terror que se vive en Nicaragua”, señaló la Unidad Nacional, integrada entre otros por el excarcelado político Félix Maradiaga, quien aspiró a competir con Ortega por la presidencia en las elecciones de noviembre de 2021 y fue encarcelado.
Según ese movimiento político, a partir del 3 de mayo pasado “decenas de ciudadanos nicaragüenses han sido capturados, mediando el allanamiento ilegal de sus domicilios, el despojo de sus dispositivos electrónicos y, en varios casos, de bienes muebles y hasta dinero”.
“A ellos se les han abierto procesos judiciales espurios y sumarios, bajo los supuestos delitos de propagación de noticias falsas y menoscabo a la integridad territorial”, denunció.
La Unidad Nacional anotó que “si bien muchos de ellos fueron enviados a sus casas, los juicios siguen abiertos y se les ha planteado la obligación de presentarse diariamente a las instalaciones de la Policía”.
“En los días siguientes, la Policía ha estado realizando visitas a distintos ciudadanos nicaragüenses y familiares de otros en el exilio, a fin de amenazarlos y advertirles que son objetivo policial”, afirmó ese grupo.
“Todas estas acciones de la dictadura, al igual que la cancelación de las licencias de abogados y notarios a 26 nicaragüenses, persiguen afianzar el estado de terror en el país y la indefensión de la población ante las cotidianas y flagrantes violaciones a los derechos humanos”, agregó.
Para la Unidad Nacional, “no se puede permanecer indiferente ante esta situación” y “es necesario expresar nuestra solidaridad con la ciudadanía y seguir exigiendo el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales”.
Llamado a la comunidad internacional
“Hacemos un llamado a la comunidad internacional a estar atentos y a no permitir que se sigan vulnerando los derechos humanos de la ciudadanía nicaragüense, y a que actúen con beligerancia ante estos hechos atroces de la dictadura que es una amenaza a la paz y la estabilidad regional”, abogó.
Al menos 75 nicaragüenses, opositores y críticos con el régimen de Ortega, han sido detenidos en lo que va de mayo y acusados de delitos considerados “traición a la patria”, según el denominado Monitoreo Azul y Blanco, cuyos informes son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Tras haber sido arrestadas, “las personas injustamente detenidas fueron liberadas horas después, luego del proceso de acusación, amenazas y con la medida de presentarse diariamente a firmar a la delegación policial más cercana”, según ese informe.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018 que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
(Con información de EFE)
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