Armas a cambio de cocaína: una operación contra la mafia italiana reveló una sorprendente ruta de intercambio hacia América Latina

La ‘Ndrangheta es uno de grupos criminales más importantes del mundo: controla casi todo el tráfico de drogas en Europa y recauda 70.000 millones de dólares al año. Las conexiones en la región de Rocco Morabito, uno de sus capos más célebres

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Fotos de las armas que Fotia consiguió en Pakistán. Policía italiana
Fotos de las armas que Fotia consiguió en Pakistán. Policía italiana

Un tráfico de armas de Pakistán a Brasil que representa una ruta absolutamente nueva e inédita para América Latina. Esto es lo que se desprende de la operación Eureka, coordinada por Europol, la agencia europea de policía. Se desmanteló una red internacional de la ‘Ndrangheta en Alemania, Italia, Francia, Portugal, Eslovenia, España, Rumanía, Brasil y Panamá. 132 detenciones, 15 de ellas en Italia.

La ‘Ndrangheta es una de las mafias más importantes del mundo, controla casi todo el tráfico de cocaína en Europa y factura al menos 70.000 millones de dólares al año. Cuenta con intermediarios en toda América Latina para comprar droga al mejor precio y al contado.

La red descubierta por Europol estaba dirigida por algunas familias “ndranghetistas” de San Luca, localidad italiana de la provincia de Reggio Calabria, conocida por una violenta pugna entre familias mafiosas que provocó matanzas como la de Duisburg, Alemania, en 2007.

Conexión pakistaní

¿Pero qué tiene que ver Pakistán con América Latina? Entre los italianos detenidos por narcotráfico en la operación Eureka se encuentra el calabrés Pietro Fotia, residente en Savona, al norte de Italia. Según la Direzione Investigativa Antimafia (DIA) italiana, Fotia colaboraba con Rocco Morabito, conocido como Tamunga, uno de los más importantes intermediarios de cocaína de la ‘Ndrangheta en América Latina. Detenido en Uruguay en 2017 tras 23 años de fuga, Morabito volvió a fugarse de la cárcel de Montevideo en 2019 para ser detenido en Brasil en 2021 y extraditado a Italia en 2022. El tráfico de armas entre Brasil y Pakistán, con la mediación de la ‘Ndrangheta italiana, habría comenzado entre 2019 y 2021, es decir, durante su último periodo de fuga en Brasil.

La ficha de pedido de captura de Rocco Morabito (AFP)
La ficha de pedido de captura de Rocco Morabito (AFP)

Mientras Morabito tenía importantes contactos con los principales grupos criminales brasileños, desde el Comando Vermelho (CV) hasta el Primer Comando de la Capital (PCC) Fotia, según la DIA, era el enlace con Pakistán. Fotos publicadas en el sitio de noticias italiano Savona News muestran a Fotia en Milán en 2015 besando las manos del pakistaní Mohammad Tahir ul-Qadri, también conocido como Sheykh ul-Islam, fundador y líder de la internacional ‘Minhaj ul-Qurʾān’ (MQI), una organización con ramas y centros en más de 90 países de todo el mundo, incluso en América Latina.

En la década de 1980, ul-Qadri saltó a los titulares por apoyar la fatwa del ayatolá Ruhollah Khomeini contra el escritor de origen indio Salman Rushdie. Por su novela “Los versos satánicos”, Khomeini dictó una sentencia de muerte que fue válida en todo el mundo. Según Savona News, Fotia había acudido como empresario a un acto organizado por el MQI para reunirse con ul-Qadri con el objetivo de “hablar del Islam y la integración”.

Armas y cocaína

Pero volvamos a Brasil. Según la DIA, el tráfico de armas de Pakistán a Brasil mediado por la ‘Ndrangheta, que siempre se comunicaba en dispositivos encriptados Sky ECC, era pagado por los grupos criminales de Río de Janeiro y San Pablo con cocaína que la ‘Ndrangheta traía a Europa a través de los puertos de Gioia Tauro y Rotterdam. Armas, en definitiva, a cambio de coca. Según los mensajes revelados por la DIA y publicados por el Corriere della Calabria en enero de 2021, Pietro Fotia escribió que estaba organizando un contenedor cargado de “kala”, o Kalashnikov.

“Los brasileños quieren armas, armas grandes” había escrito Morabito a Fotia, que había enviado fotos, también publicadas por el Corriere della Calabria, indicando las armas que podría tener de sus contactos pakistaníes. Entre los países de los que procedían las armas, se lee en la hoja de Fotia, estaban China, Pakistán, Rusia, Estados Unidos y probablemente Irán (en la hoja, donde hay faltas de ortografía en italiano, escribió Kiran).

Lista de las armas. Policía italiana
Lista de las armas. Policía italiana

Según fuentes de la investigación, la ‘Ndrangheta compraba armas en Pakistán pagando en yuanes, ya que la moneda china es absolutamente gastable en Pakistán debido a la fuerte presencia de Beijing en el país. Las armas que los italianos compraban para sus clientes brasileños eran, según la investigación, de doble origen.

Por un lado procedían de antiguos arsenales que se remontaban a la guerra de Afganistán contra la invasión rusa, armas entregadas por Estados Unidos a Pakistán.

Por otro, eran armas estadounidenses de las que los talibanes se habían apoderado tras la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, el 31 de agosto de 2021. De hecho, los talibanes, al quedarse sin el dinero congelado en el extranjero, para hacer caja empezaron a vender las armas, municiones y diversas máquinas de guerra que los estadounidenses habían entregado al ejército nacional afgano.

En particular, según fuentes de inteligencia, es la poderosa Red Haqqani la que se encarga del tráfico de armas de Afganistán a Pakistán. La Red Haqqani es un grupo de insurrectos islámicos activos en Afganistán y Pakistán muy próximo a los talibanes. Lleva el nombre de su fundador, Jalaluddin Haqqani, que la dirigía antes de su muerte en 2018 junto a su hijo Sirajuddin. Es considerada una organización terrorista por Naciones Unidas. Estamos hablando de un tráfico constante de miles de fusiles de asalto y municiones que viajan continuamente de Afganistán a Pakistán para inundar de armas a todo el mundo. La última incautación fue hace cinco días, 88 fusiles de asalto y 600 cajas de munición en la frontera con Pakistán.

Antecedentes

Precisamente los fusiles de asalto están entre las armas más buscadas por los grupos criminales brasileños por su fácil manutención y por el control territorial que permiten, especialmente en las favelas. No hay producción nacional y esto explica la frenética búsqueda de nuevas rutas de contrabando. Un reportaje del programa Fantástico de la televisión brasileña Globo denunciaba en 2017 cómo solo en Río se incautaron 300 AK-47 en un solo año.

Las rutas señaladas en el reportaje eran de dos tipos. Los Kalashnikov partían de China y Europa del Este para entrar legalmente en Estados Unidos, donde también hay producción local, y desde allí en navío o avión llegaban a Chile, Bolivia y Paraguay para luego entrar ilegalmente en Brasil. La otra ruta señalada por el reportaje partía directamente de Estados Unidos.

Las armas se exhiben en una oficina del fabricante de armas ruso Kalashnikov. REUTERS/Maxim Shemetov
Las armas se exhiben en una oficina del fabricante de armas ruso Kalashnikov. REUTERS/Maxim Shemetov

En 2017, una operación policial brasileña desmanteló una red de 16 personas que entre 2014 y 2017 importó de Miami mil armas y unos 300.000 cartuchos de munición destinados a grupos criminales cariocas. En 2017, en el aeropuerto Galeão de Río de Janeiro, en contenedores que contenían calentadores para piscinas, las autoridades aduaneras descubrieron 60 fusiles de asalto AK-47, GR3 y AR-10 y 140 balas.

Detrás de esta red estaba el brasileño Frederik Barbieri, que la dirigía desde Florida. Considerado el mayor traficante de armas de Brasil, fue condenado a casi 13 años de cárcel por las autoridades estadounidenses que, en febrero de 2018, habían encontrado 52 fusiles, 49 de ellos con el número de serie borrado, en uno de sus almacenes de Vero Beach en Florida.

El año pasado se descubrió otra red de tráfico de armas entre Miami y Río de Janeiro con la operación Florida Heat. Las armas llegaban a través de containers y paquetes postales y entraban en Brasil desde tres estados: Amazonas, San Pablo y Santa Catarina con destino final siempre Río de Janeiro.

La novedad de esta operación fue el descubrimiento de impresoras 3 D con las que se ensamblaban en Brasil las piezas de las armas enviadas desde Estados Unidos. Además, desde hace un mes la policía brasileña persigue a un grupo de delincuentes huidos vinculados al PCC, que el 9 de abril asaltaron una empresa de transportes de seguridad en Confresa, en el estado de Mato Grosso. En la fuga murieron 16 criminales.

Al analizar sus armas, se descubrió que dos fusiles SCAR de calibre 7,62 utilizados por ellos eran propiedad de la Policía Militar de San Pablo. Surge entonces la pregunta de cómo pudieron acabar en manos del PCC, pero la investigación de la Policía Militar sigue su curso bajo secreto, por lo que no hay respuesta por el momento. Lo que sí es cierto es que el 5 de noviembre de 2021, la 3ª Compañía del 1º Batallón de la Policía Rodoviaria de Santos, en el litoral de San Pablo, sufrió el robo de seis fusiles, dos de ellos SCAR de calibre 7,62, que podrían ser los mismos encontrados en esta desesperada persecución.

El descubrimiento ahora de esta nueva ruta de Pakistán a Brasil abre nuevos escenarios y aumenta la alerta. De hecho, también grupos terroristas podrían utilizarla para transportar armas y explosivos directamente desde Pakistan para atentados no sólo en América Latina, sino también en el vecino Estados Unidos.

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