El viernes 10 de febrero pasado, un día después de que el régimen desterrara a 222 presos políticos, Pedro José Gutiérrez González, 42 años, salió de su casa en Bello Horizonte, Managua, y se colocó en la esquina de una avenida de la ciudad con la intención de grabar un video.
Vestía camisa blanca, llevaba un rosario en las manos y caminaba con dificultad porque la prótesis que reemplaza una de sus piernas. Gutiérrez pidió “libertad para monseñor Rolando Álvarez”, el obispo condenado a 26 años de cárcel por el régimen nicaragüense.
“Ánimo, fuerza y fe siempre. Libertad para monseñor Rolando Álvarez, aunque la dictadura le haya dado 26 años de cárcel, nosotros consideramos a Rolando Álvarez un sacerdote del pueblo. Viva Nicaragua libre. Libertad para monseñor Rolando Álvarez y los presos políticos que quedaron. Viva Nicaragua libre”, dijo Gutiérrez dirigiéndose a la cámara.
Luego publicó el video en su página de Facebook y dos días después, el 12 de febrero, policías vestidos de civil llegaron a arrestarlo violentamente a su vivienda. Durante los próximos 40 días su familia no sabría más de él.
Pedro José Gutiérrez González es un mecánico industrial que se involucró activamente en las protestas de contra el régimen de Daniel Ortega en 2018. El 4 de julio de ese año fue apresado por la Policía en el taller donde trabajaba y fue acusado de “robo y secuestro”. Pasó 18 meses en la cárcel Modelo.
El 30 de diciembre de 2019, Gutiérrez fue liberado junto a otros 90 presos políticos por “la voluntad de contribuir a la reconciliación nacional y al reencuentro de las familias para la convivencia armoniosa que nuestra Nicaragua merece”, según expuso el comunicado de prensa del Ministerio de Gobernación.
El pasado 9 de febrero, la dictadura nicaragüense decidió desterrar a Estados Unidos a más de 200 presos políticos que mantenían en sus cárceles o bajo arresto domiciliar.
En la lista a desterrar figuraba monseñor Rolando Álvarez, el obispo católico de la diócesis de Matagalpa, a quien el régimen mantenía preso en una vivienda. Sin embargo, Álvarez se negó a montarse en el avión que lo llevaría al destierro.
En represalia, Ortega ordenó que el religioso fuese enviado a la cárcel Modelo y al día siguiente, en un juicio expreso, fue condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel por los delitos de “traición a la patria” y “propagación de noticias falsas”.
Al enterarse de la condena de Álvarez, Gutiérrez decidió reclamar públicamente, a través del video que grabó y publicó ese mismo día.
Después de su detención, los familiares del mecánico lo buscaron infructuosamente en varias cárceles de Managua, y solo hasta el 6 de marzo supieron que estaba siendo acusado por la Fiscalía por traición a la patria, donde el Estado de Nicaragua y la “sociedad nicaragüense” se presentaban como víctimas.
Gutiérrez fue enviado a juicio oral y público y condenado a cinco años de prisión por los delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”.
Familiares del preso político denunciaron a través del diario La Prensa que el régimen mantiene a Gutiérrez esposado en una celda de máxima seguridad de la cárcel Modelo.
“Logramos verlo el miércoles (29 de marzo), a través de un vidrio y hablamos por un teléfono. Está en máxima seguridad, pabellón 300, celda No. 4. Nos comentó que pasa esposado la mayor parte del tiempo y nos pidió que habláramos con el director del penal, pero al salir de la visita nos dijeron que no estaba y eso nos preocupa, porque las visitas son una vez al mes”, declararon al diario los familiares.
Hasta el 31 de marzo de 2023, el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas registraba 36 presos políticos en Nicaragua, después de la excarcelación de los 222 reos de conciencia enviados al destierro el 9 de febrero pasado. Otro organismo, el Monitoreo Azul y Blanco, reportó 21 nuevas detenciones solo en la Semana Santa.
Ivania Álvarez, opositora y ex presa política, recuerda que, en abril, el mes en que se conmemora la rebelión de 2018, se activan las detenciones. “Si recordás en abril del año pasado se registraron más de 30 detenciones. Ahora vamos por 21 detenciones, pero aún faltan 20 días para que termine abril”, dice.
Explica que este año el enfoque de la represión ha estado dirigido principalmente a la iglesia católica “porque el liderazgo opositor ha tenido que salir al exilio y lo que va quedando de resistencia está en los templos católicos”.
“Todos los detenidos están ligados a la iglesia porque tenían algún rol dentro de las tradiciones. No hay distinción en el tema político. Algunos de los que fueron secuestrados esta semana pertenecen a las filas del Frente (Sandinista). Queda claro que toda Nicaragua es la que está secuestrada, perseguida, y quien no obedezca a cabalidad las orientaciones del régimen pagará las consecuencias. Puede ser exiliado o puede ser secuestrado”, dice la opositora que se mantiene en el exilio.
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