El ex presidente Jair Bolsonaro regresó este jueves a Brasil, después de permanecer tres meses en Estados Unidos, país al que viajó dos días antes de dejar el poder, en un retorno en medio de un fuerte dispositivo de seguridad en el aeropuerto de Brasilia.
El vuelo comercial de la aerolínea Gol procedente de Orlando, que tenía previsto su llegada a las 7:10 (10:10 GMT), aterrizó a las 6:37 y, por razones de seguridad, su salida no fue por el portón principal, donde era esperado por periodistas y seguidores.
El líder de extrema derecha, que afronta varias investigaciones en diferentes instancias judiciales, irá a la sede del Partido Liberal (PL), donde será recibido en un acto privado por su esposa Michelle y por el presidente de la formación, Valdemar Costa Neto.
El PL lo nombró “presidente honorario” tras su campaña en busca de la reelección frente a Luz Inácio Lula da Silva, quien lo derrotó en las urnas en octubre pasado por una diferencia de 1,8 puntos porcentuales.
En vísperas de su regreso a Brasil, Bolsonaro dejó entrever desde EEUU en una entrevista a la cadena Jovem Pan que hará oposición al Gobierno del actual mandatario brasileño.
El Ejecutivo de Lula ha declinado manifestarse sobre el regreso del ex jefe de Estado, quien según el PL vuelve al país con la “tarea” de reagrupar a las fuerzas de la derecha, parcialmente atomizadas desde que Lula está en el poder.
Bolsonaro es investigado en su país por la invasión de sus seguidores más radicales de las sedes de los tres poderes el pasado 8 de enero.
En las últimas semanas se ha agregado una investigación, que aún no ha llegado a tribunales, sobre valiosos obsequios que recibió de Arabia Saudita en su condición de mandatario y conservó después de dejar el poder, pese a que debía entregarlos al Estado.
El ex presidente de Brasil vivió estos meses en el centro de Florida rodeado del apoyo de sus seguidores entre la numerosa comunidad brasileña y cuidándose de no hacer declaraciones que pudiera alamar a las autoridades de EEUU.
Su presencia en Estados Unidos se volvió más controvertida a raíz del ataque a los tres poderes en Brasilia que protagonizaron en enero cientos de sus seguidores para derrocar al Gobierno de Lula da Silva.
Durante su estancia en Orlando, Bolsonaro se hospedó en casa de un luchador de artes marciales mixtas, José Aldo, e hizo una vida normal con visitas a supermercados, restaurantes y templos, según los videos colgados en las redes por sus seguidores.
También tuvo un encuentro multitudinario con sus seguidores, que le gritaron “quédate, quédate”, en un restaurante de Orlando; participó como orador principal en un foro político conservador en Doral (Miami); y se reunió en Washington con el ex presidente Donald Trump.
Poco después de su llegada a EEUU pasó por un hospital por una dolencia abdominal derivada de las heridas que sufrió en un atentado durante la campaña electoral de 2018 que le llevó a la Presidencia.
(Con información de EFE)
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