Karol Noroña, periodista ecuatoriana especializada en coberturas de seguridad, abandonó el país hacia un destino seguro, pues el pasado viernes recibió amenazas directas a su vida; así lo informó este martes el medio digital GK, del que Noroña forma parte. Este nuevo ataque a la libertad de expresión y de prensa en Ecuador sucedió a menos de una semana de que cuatro periodistas recibieran explosivos escondidos en memorias USB y a pocos días de cumplirse cinco años del secuestro y asesinato de los periodistas de diario El Comercio.
Según un comunicado difundido por la redacción del medio, el 24 de marzo se activó “un protocolo de seguridad y poner en marcha un operativo de emergencia para sacar del país a nuestra reportera Karol Noroña”. El operativo para proteger a la periodista tomó menos de 24 horas y tuvo el apoyo de más de 10 organizaciones de derechos humanos y protección a los periodistas de todo el mundo, según publicó GK. Las amenazas que recibió Noroña están relacionadas a su cobertura de la crisis carcelaria y el crimen organizado.
Un día antes de su salida del país, Noroña escribió un mensaje en sus redes sociales y anunció que se alejaría de las plataformas digitales por un tiempo, aunque continuaría escribiendo sus reportajes: “Protejan sus redes, sus cuentas y a sus familias. Cuídense mucho”, publicó la periodista.
La organización de defensa de la liberta de expresión, Fundamedios, emitió un comunicado y exigió que el funcionamiento del Mecanismo de Protección de Periodistas se active. Este protocolo de actuación gubernamental se divide en tres ejes: prevención, protección y procuración de justicia. En todas se establece la articulación de instituciones públicas.
Según la organización, el crimen organizado se ha vuelto un peligro inminente contra el periodismo en el país. Tan solo, entre enero y marzo de 2023, se han registrado ocho casos de amenazas contra periodistas y cinco atentados.
Para GK, lo que sucedió con su reportera es “un ejemplo más de la crisis de seguridad y la penetración del narcotráfico en el país que afecta a todos los sectores de la sociedad. Es también un testamento a la incapacidad manifiesta de los poderes del Estado de generar soluciones contra la inseguridad y permitir, así, una convivencia pacífica”. Además el medio aseguró que decidieron hacer público el caso de Noroña para “activar la generación de mecanismos que sea útil para otras redacciones, medios y colegas”.
Al conocerse la situación de la periodista, en redes sociales sus colegas y lectores expresaron mensajes de solidaridad y apoyo. Muchos de los comentarios emitidos exigen al Estado que se garantice el ejercicio periodístico.
“Los periodistas no somos mártires. Ninguna historia vale la vida”, sentenció GK en su comunicado y agradeció a quienes apoyaron la salida de su reportera hacia un sitio seguro.
Karol Noroña ha sido una de las voces que más seguimiento ha dado a la crisis carcelaria y que ha explicado, en sus múltiples reportajes, la situación de las bandas criminales en el país. Además, su reporterismo se ha caracterizado por cuestionar los pronunciamientos oficiales en torno a las cárceles.
Según se registra en la web de GK, la última nota que firmó Noroña data del 10 de marzo, cuando reportó sobre el atentado en contra de la directora de la cárcel de mujeres de Guayaquil. Antes, el 6 de marzo, la periodista publicó una entrevista con el coronel de la Policía ecuatoriana, Wilson Torres, quien cuestionó a la institución y señaló una política de silenciamiento a las voces críticas dentro de esta.
El 27 de marzo se conoció que la Policía inició un sumario administrativo al coronel Torres por la entrevista con Noroña.
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