Continúa el intercambio de mensajes entre los presidentes de Ecuador y Argentina luego del impasse diplomático que ocasionó la fuga de María de los Ángeles Duarte, la ex ministra ecuatoriana sentenciada por corrupción que estaba alojada en la Embajada de Argentina en Quito y que apareció la semana pasada en Venezuela.
Esta es la tercera comunicación pública entre los dos mandatarios. El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, inició al escribir un tuit acusando a su homólogo argentino, Alberto Fernández, de preferir la relación de amistad con el ex presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en lugar de los intereses de ambas naciones.
La mañana de este martes, Fernández respondió a Lasso. Por la tarde, en cambio, fue el mandatario ecuatoriano quien refutó a su homólogo.
En una comunicación oficial, Lasso reveló que fue Fernández quien le confesó que sabía de la salida de Duarte desde el sábado, 11 de marzo. Sin embargo, el gobierno ecuatoriano recibió la notificación sobre el caso el lunes, 13 de marzo, a la tarde, a través de una llamada del canciller argentino Santiago Cafiero.
En la misiva, Lasso explicó a Fernández que “la salida de la señora Duarte de la Embajada de la República Argentina en Quito no ha escapado de la voluntad y capacidad de su gobierno”. Asimismo, el presidente de Ecuador reiteró que la Casa Rosada cometió un error al entregarle un asilo a Duarte, sobre quien pesa una condena de ocho años de prisión que fue ratificada en todas las instancias judiciales de Ecuador: “Usted no debió autorizar la concesión del asilo político a una persona sentenciada por la justicia ecuatoriana, pues eso está expresamente prohibido por el artículo III de la Convención de Caracas, aun cuando le hayan querido dar “un carácter humanitario””. En ese mismo párrafo Lasso señaló lo que el gobierno ecuatoriano ha mantenido: la ilegalidad de entregarle el salvoconducto que Argentina pidió para Duarte.
En tanto, Lasso resaltó que “colaborar en el escape de una persona prófuga de la justicia abona a la impunidad, un mal que afecta a la región, y que merece principal atención y respuesta de nuestros gobiernos. Combatir la corrupción nunca será ‘persecución política’”.
El mandatario ecuatoriano defendió la decisión de su gobierno de declarar como persona non grata al diplomático argentino, Gabriel Fuks, que representaba a Fernández en Quito: “La decisión del Estado ecuatoriano fue la correcta y obligada por todas las inconsistencias, falsedades y dudas de su ex embajador, que se mostró en todo instante como un operador político y no un digno representante del pueblo argentino”.
Lasso se refiere a lo mencionado por el canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín, quien en varias intervenciones públicas ha señalado que Fuks entregó información inconsistente y falsa sobre el escape de Duarte. El último viernes, Holguín dijo en una radio local: “Ese señor (Gabriel Fuks) no solo fue cómplice de la salida de la señora Duarte de la Embajada sino que nos ha mentido, desde el lunes hasta el miércoles, no en una sino en varias ocasiones, y fue su propio presidente (Alberto Fernández) el que lo desmintió y su propio canciller (Santiago Cafiero) el que lo desmintió”.
Holguín además agregó: “creo que también está involucrado el embajador argentino en Caracas (Óscar Laborde)”.
En la carta que Lasso publicó en su Twitter, citando a la misiva que previamente Fernández le había enviado, el presidente aseguró que “generar un incidente por poner la ideología de sus funcionarios por delante de lo que nuestros pueblos necesitan es el verdadero error”. Esta es una respuesta directa al mensaje de Fernández, que apenas unas horas antes, advirtió a Lasso que “solo con que reflexione sobre lo que ha hecho y corrija el error bastará”, en referencia a la decisión de expulsar al embajador Fuks de Ecuador.
Lasso le agradeció a Fernández por el deseo de que la institucionalidad democrática en Ecuador se preserve, pero fue duro al sugerir que la oposición que quiere a Lasso fuera del poder conspira desde Argentina: “Esté seguro de que aquí lo lograremos, a pesar de aquella oposición ligada a la corrupción, que solo busca el poder sin respetar los principios y valores democráticos, incluso conspirando, hoy, desde su país”.
El presidente ecuatoriano también lamentó que ambos mandatarios tengan que enfrentar esta situación que ha puesto en vilo las relaciones históricamente buenas entre ambos países.
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