El encargado de negocios del Vaticano en Nicaragua, Marcel Diouf, llegó a Costa Rica luego de abandonar el país este viernes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores costarricense lo confirmó en un comunicado en el que menciona que “ayer viernes 17 de marzo, en línea con su histórica posición de acogida, Cost Rica recibió en su territorio al encargado de negocios ad interim de la Santa Sede en Nicaragua”.
La salida de Diouf se dio a la par del cierre de la Nunciatura Apostólica en Managua, todo resultado de la escalada de tensiones en la relación entre el dictador Daniel Ortega y la Iglesia Católica.
Si bien las malas relaciones datan de hace, por lo menos, cinco años, las recientes declaraciones del papa Francisco en una entrevista con Infobae generaron más malestar en el dictador sandinista.
En diálogo con este medio, el Sumo Pontífice fue muy tajante al referirse a la grave situación política que se vive en el país latinoamericano, en el cual asegura que se vive una “dictadura grosera”.
“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega)”, comenzó sentenciando el Papa y, a continuación, comparó su gobernanza con los antigüos regímenes: “Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”.
También, el Pontífice se refirió a la situación de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, quien fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión el mes pasado. Según el tribunal nicaragüense, el religioso cometió delitos considerados “traición a la patria”.
“Tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, dijo al respecto Francisco.
Álvarez fue uno de los más de 200 prisioneros que, el pasado 10 de febrero, fueron llevados desde los centros de detención en los que se encontraban hasta un aeropuerto para embarcar un vuelo que los sacaría del país con destino a Estados Unidos.
Si bien 222 reos aceptaron el exilio, monseñor Álvarez se negó a dejar el país en dichas condiciones y se quedó en Nicaragua. Días más tarde fue confirmada su sentencia.
Ante la clara postura de la Iglesia sobre el dictador y su poder en el país fue que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua difundió una nota oficial en la que precisaba que “entre el Estado Vaticano y la República de Nicaragua se han planteado una suspensión de las Relaciones Diplomáticas”.
Asimismo, fuentes vaticanas comentaron a la agencia EFE que el régimen sandinista efectuó una petición a la Santa Sede para el cierre de las sedes diplomáticas respectivas aunque, de momento, no se ha concretado una ruptura de las relaciones diplomáticas.
De todas formas, Nicaragua no cuenta con un embajador ante la Santa Sede desde el 21 de septiembre de 2021 y sólo tiene una ministra consejera.
Por su parte, en marzo de 2021, el régimen había expulsado al nuncio apostólico monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.
(Con información de EFE)
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