Tras conocerse que la ex ministra ecuatoriana María de los Ángeles Duarte abandonó la sede de la Embajada de Argentina en Quito, diplomáticos de ambos países se han puesto en contacto para esclarecer lo ocurrido.
Este martes, el viceministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Luis Vayas, convocó a una reunión al embajador de Argentina, Gabriel Fuks, para ampliar los datos de la huida de la ex ministra. De momento, no se ha logrado determinar si la salida ocurrió el viernes por la tarde o el sábado, como funcionarios de la Embajada comentaron en las últimas horas.
“El viceministro de Relaciones Exteriores, Luis Vayas, recibió esta mañana en su despacho al embajador de Argentina, Gabriel Fuks. Durante la reunión, el embajador amplió la información entregada en la reunión previa de la noche de ayer sobre el escape de la señora María Duarte, quien habría salido de la residencia de la embajada argentina en Quito el viernes 10 de marzo, en horas de la tarde, aunque posteriormente altos oficiales argentinos han dado otra versión, en la que mencionan que habría salido el día sabado”, comienza el escrito difundido por la cancillería.
Durante el encuentro, Vayas solicitó asimismo las grabaciones de las cámaras de seguridad privada del predio de más de tres hectáreas de la misión argentina, las cuales le fueron negadas sin una razón en particular.
“Ante ciertas imprecisiones, esta cancillería ha solicitado formalmente más información y documentos para conocer los detalles del escape de la ex funcionaria. (...) La Embajada argentina se ha opuesto a entregar los videos”, continua el documento.
En tanto, la Policía de Ecuador difundió un escrito en el que aseguran que “se emitieron comunicaciones a funcionarios de la Corte de Justicia y Fiscalía para que se activen los protocolos internacionales pertinentes” sobre la “prófuga” junto con “el Bloque de Búsqueda, Interpol y unidades investigativas, para que realicen la localización y captura de la ciudadana”. “Ejecutaremos todas las acciones de nuestra competencia para que la persona evadida rinda cuentas a la Justicia”, agrega.
Por su parte, Fuks negó haber “hablado con María Duarte tras su escape” de la sede e “indicó que tampoco conoce su paradero” aunque, momentos luego, el Gobierno argentino confirmó que la ex funiconaria “se presentó” en la sede de la Embajada de Argentina en Caracas.
“La señora Duarte Pesantes informó que actualmente se encuentra en Caracas -sin brindar explicaciones sobre el modo en el que lo hizo, ni si se encuentra junto a su hijo- y realizó averiguaciones sobre la documentación que nuestro país le pudiera extender. Asimismo, manifestó no tener intenciones de viajar a la Argentina en el corto plazo”, menciona el comunicado emitido por la cancillería argentina.
Según la Policía local, la Ecuador “recibió la confirmación (...) por vía telefónica después de que el Embajador mantuviera un encuentro con el vicecanciller y negara conocer su paradero”.
La reunión de este martes se debió a la serie de inconsistencias que giran en torno a este hecho, del cual se han podido determinar con seguridad pocas cuestiones y que resulta clave a fin de poder “establecer responsabilidades con las entidades de Justicia del país”. Este episodio genera la “molestia del Gobierno ecuatoriano” ya que “involucra a una prófuga de la Justicia, con una sentencia ejecutoriada, con pena privativa de ocho años por delito de cohecho”.
Duarte residió en la Embajada Argentina en Ecuador durante casi tres años -desde el 13 de agosto de 2020- luego de que fuera condenada a ocho años de prisión por cohecho, un delito de corrupción en contra de la administración pública en el marco de la causa “Sobornos 2012-2016″.
El Gobierno argentino le concedió a ella y a su hijo el ingreso a la sede en calidad de “huésped por razones humanitarias”.
En 2022, la Cancillería ecuatoriana emitió un comunicado en el que detalló que “el cohecho o soborno se halla tipificado en las Convenciones de las Naciones Unidas e Interamericana contra la corrupción” y que “las convenciones que norman el asilo diplomático excluyen la posibilidad de conceder asilo a las personas condenadas por delitos comunes”.
Horas antes de este encuentro, desde un paradero desconocido, Duarte utilizó su cuenta de Twitter para explicar sus razones para huir de la Embajada.
“Decidí dejar la embajada porque, al negarme el salvoconducto que me correspondía como asilada política de acuerdo con la convención de Caracas de 1954 e impedir mi salida segura (salvoconducto), el Gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política. Tuve que salir bajo riesgo pero ejercí el derecho que me asistía”, escribió a la par que agradeció a Argentina su apoyo todos estos años.
Tan sólo meses atrás, en enero, el canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín había comentado en entrevista con Infobae que su país adviritó al gobierno de Fernández que “no se entregará un salvoconducto a una persona sentenciada por corrupción, con base en nuestro apego irrestricto al derecho internacional y a las convenciones de las que ambos países somos parte”.
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