La Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un pronunciamiento en el que felicitó la aprobación de la Ley Orgánica contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de Ecuador.
Luego de casi dos años de trabajo legislativo, se publicó en el Registro Oficial el proyecto de ley aprobado y sancionado para combatir la trata de personas y la migración ilegal. El texto que se encuentra vigente fue impulsado por la Comisión de Relaciones Internacionales y Movilidad Humana de la Asamblea Nacional. Además, la ley no recibió objeciones por parte del presidente Guillermo Lasso.
Según la OEA, la legislación aprobada recientemente crea mecanismos para prevenir y combatir la trata de personas, como la protección y asistencia basadas en los derechos humanos. El texto ha sido calificado como coherente con enfoques sensibles al género, intercultural, interseccional en materia de personas, territorios, e intergeneracional y de movilidad. A esto se suma que la ley llena el vacío normativo en esta materias y mejora la coordinación entre las agencias gubernamentales y sus interacciones con la sociedad civil.
El organismo internacional ha asegurado que la ley fortalece significativamente la prevención de la trata de personas a través de disposiciones relacionadas con la supervisión y regulación del mercado laboral, medidas para reducir la vulnerabilidad de niñas, niños y jóvenes. Además, proporciona un período que permite a las víctimas recibir ayuda experta para restaurar su salud física, mental y emocional, así como asistencia legal, independientemente de las circunstancias, ya sea que elija cooperar con el sistema de justicia.
Los estándares normativos de la ley aprobada establecen la creación de unidades especializadas para la compensación, reparación integral. La ley está compuesta por 43 artículos, 3 disposiciones transitorias y 5 reformatorias y una derogatoria con el fin de robustecer la acción del estado relacionada con la investigación y persecución de los delincuentes que cometan estos crímenes además de establecer medidas protectoras para las víctimas.
La norma también establece la cooperación internacional para verificar los casos de trata de personas y delegar a una Unidad Especializada de Trata de Personas de la Policía Nacional para dirigir la búsqueda, ubicación, recuperación, rescate y protección de las víctimas de estos delitos. Estas medidas permitirán a los organismos afiliados trabajar para fortalecer la lucha contra estos delitos, que cada año tienen más víctimas.
En su comunicado, la OEA se refirió a una serie de cuestiones relacionadas con la regulación de la trata de personas: la codificación de esta temática en un solo instrumento normativo; la distinción entre trata de personas y tráfico ilícito de migrantes en diferentes capítulos; la identificación de las víctimas de trata, independientemente de su participación en procesos de investigación penal; la protección a las víctimas, independientemente de que estén involucradas en un proceso penal; el fortalecimiento de los canales de coordinación de todas las agencias gubernamentales y la sociedad civil a nivel nacional y local; el empoderamiento y ampliación de los derechos de las víctimas; la accesibilidad con enfoque de género.
Según el organismo internacional, con este instrumento normativo, Ecuador se suma a los estándares internacionales sobre trata de personas, y que el Departamento de Seguridad Pública de la Organización de los Estados Americanos reafirma su compromiso de contribuir a su cumplimiento.
La trata de personas y el tráfico ilegal de personas son dos figuras distintas en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. La trata de personas, el comercio de personas o el tráfico de seres humanos es el movimiento ilegal de personas con fines de esclavitud laboral, psicológica, reproductiva, de explotación sexual, para la sustracción de órganos o cualquier otra forma de esclavitud moderna contraria a la voluntad y el bienestar de la persona sometida a este tipo de tratos degradantes. Mientras que el tráfico ilegal de personas termina cuando los migrantes llegan a su destino, la trata de personas es la explotación continua de las víctimas de una forma u otra para obtener ganancias ilícitas para los traficantes.
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