Le salvó la vida al dictador nicaragüense, pero él lo desterró: “Daniel Ortega está aplicando la teoría del caos”

Oscar René Vargas es sociólogo y economista y un antiguo camarada de lucha del líder sandinista. Asegura que “la soberbia lo ha vuelto ciego” y que está en un “tiempo político negativo”

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Daniel Ortega podría adelantar las
Daniel Ortega podría adelantar las elecciones previstas para el 2026 para ganar tiempo y sorprender a la oposición, vaticina el sociólogo Oscar René Vargas. (Foto REUTERS)

Oscar René Vargas, 76 años, conoce a Daniel Ortega desde las luchas estudiantiles de los años 60. En una ocasión, incluso, le salvó la vida al rescatarlo de un operativo de la Guardia Nacional, en el cual ejecutaron al resto de camaradas capturados.

Sin embargo, esa deuda de vida no impidió que Ortega resintiera la crítica, generalmente académica, que Vargas hacia a su régimen. Lo apresó en noviembre del año pasado y este febrero lo desterró a Estados Unidos junto a 221 presos políticos más.

Oscar Rene Vargas es sociólogo y economista, autor de 36 libros en su campo, y afirma en esta entrevista que Daniel Ortega entró en tiempo negativo desde noviembre pasado, perdió la iniciativa política y ya no puede imponer su agenda y, para sobrevivir, está aplicando la teoría del caos.

-¿Cómo ve la situación política del régimen de Daniel Ortega? Porque han ocurrido muchas cosas en este último mes.

-Para mi cambió desde noviembre del 22. En noviembre del 22 el régimen de Ortega entró en una fase en la cual el tiempo político es negativo. Entre más tiempo pase sin resolver el problema político, más se le complica la vida a Ortega. Hubo un cambio. Se produjo un cambio cualitativo en noviembre.

-¿Por qué en noviembre?

-Porque después de las elecciones fraudulentas, hubo un desconocimiento a su legitimidad...

-Entonces está hablando de noviembre 21 no de 22.

-No. En noviembre 21 comienza, pero se complica más en noviembre 22 con las elecciones municipales. De 2019 a 2021 Ortega jugó con las cartas políticas a su favor. Todo mundo creyó que iba a hacer elecciones transparentes, y al echar preso a los precandidatos comenzó a cambiar el tiempo político. Todavía él podía jugar la carta de las elecciones municipales para mejorar su situación, al no hacerlo, el tiempo político positivo se le acabó y entró en una fase negativa. Se le produce un boomerang. Las acciones que toma para mejorar se le revierten.

-Como la de liberar a los presos.

-Exacto. Al liberarnos a nosotros él buscaba ganar tiempo, pero al día siguiente de quitarnos la nacionalidad, borrarnos de los registros públicos, etcétera, por el efecto boomerang se le transformó en negativo. Ortega está en una fase de descenso en su capacidad de mantener la hegemonía política del país.

-Si son errores los que comete, parece no percatarse, porque no solo no corrige, sino que toma acciones que agravan la situación.

-La soberbia los vuelve ciegos. Hay que recordar la frase de Saramago: que viendo no ven. Es la ceguera política.

-La jugada de sacar a los presos políticos se cae por la decisión de monseñor Rolando Álvarez de quedarse en la cárcel antes que aceptar el destierro.

-Ese es es el primer factor. El segundo es la quitada de nacionalidad. Esos dos elementos fueron negativos para Ortega.

Oscar René Vargas, sociólogo y
Oscar René Vargas, sociólogo y veterano sandinista. (Foto de La Prensa)

-¿Qué pasa con la oposición ahora?

-Ortega está en la lucha siempre del poder o la muerte. Aquella frase de Tomás Borge que decía que no importa lo que hagamos, lo importante es no perder el poder. Esa es la lógica de Ortega. Sigue pensando que el peligro mayor para él es la explosión social. En mi criterio personal, vengo sosteniendo desde abril de 2020, que esa fase de la lucha social en las calles se había terminado y se comenzaba la lucha por la implosión social. Los más peligroso para Ortega, según mi opinión, es la pérdida de legitimidad en su propia base social y en su propio círculo de poder.

-Tanto Daniel Ortega como Humberto Ortega hablaron de que con la liberación de los presos terminaba el ciclo que comenzó en abril de 2018.

-No. El ciclo político no ha terminado. Ellos quisieran que terminara. Los ciclos políticos no son decisiones de alguien. El tiempo político cambia, pero es el mismo ciclo, que ahora está en un tiempo político negativo para ellos. ¿Qué es lo que yo estoy previendo? Ortega va a adelantar las elecciones. No va a llegar al 2026. Va a tratar de adelantar las elecciones para tratar de ganar tiempo. Hay que recordar que Maduro está proponiendo las elecciones para el 2024. No sería extraño para mí que Ortega regrese a Nicaragua y que adelante las elecciones para el 2024.

-¿Unas elecciones como las del 2021 o con algunas garantías?

-Con garantías. Él va a prometer todo, aunque no cumpla nada. Su objetivo es ganar tiempo. En el 2024 se combinan varios elementos: hay elecciones en Estados Unidos, es el año para las elecciones que Maduro está proponiendo, por lo tanto, y si Ortega se mete a elecciones pasan desapercibidas porque las elecciones en Nicaragua no serán tema prioritario en Estados Unidos por la crisis interna que está viviendo. Además, sorprende a toda la oposición porque están calculando que las elecciones son el 2026, y tienen menos tiempo para reunificarse y menos tiempo para crear una oposición coherente.

-¿Qué significado le da a la cancelación del Cosep y resto de cámaras empresariales?

-El caos. Él apuesta a la teoría del caos. Barrer todo para comenzar algo nuevo.

-¿Qué sería eso nuevo que estaría comenzado? ¿Un modelo cubano?

-No. Va a renegociar cómo volverlos a hacer legales.

-¿Qué sentido tiene eliminarlos si los tiene controlados? Porque la incidencia del Cosep se había reducido a nada.

-Sí. Pero crea más caos. Mete ruido. Ortega gana tiempo. Sabe que si el pierde el poder se muere. Políticamente se muere. Por eso el discurso de Humberto Ortega es darle caramelos a la gente. Como lo sucedido en el 2018.

-Usted que conoce bien a los hermanos Ortega, ¿cree que conversan y tienen un plan común?

-Yo sí creo. Son dos tendencias con el mismo objetivo. Daniel juega a ser el péndulo. Un día está favorable a la línea de Humberto y al otro está favorable a la línea de Rosario Murillo, que es la línea radical.

-¿Hay fracturas entre Daniel Ortega y Rosario Murillo o se mantiene el proyecto común?

-Las fracturas no son tan profundas para decir que se rompió el proyecto común. No es el mismo proyecto el que propone Humberto que el que propone la Rosario, pero los dos proponen mantener el poder.

-No me dijo como ve que queda la oposición después de todos estos eventos.

-Tienen que reorganizarse. Al interior del país la gente cada día está más convencida de que la solución está en la salida de Ortega. La gente no tiene esperanza de que con Ortega se resuelva el problema político en Nicaragua, que es la clave para resolver todos los otros problemas. Y afuera, lo que hace falta es una estrategia. No veo estrategia.

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