El ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro participó este sábado del mayor foro anual de la derecha que se desarrolló en Estados Unidos y adelantó que su misión en el país “no ha terminado”.
“No es fácil ser político, especialmente cuando quieres honrar tu palabra y ayudar a la gente. En este momento agradezco a Dios mi segunda vida y la misión de haber sido Presidente de Brasil un mandato pero, en el fondo, siento que esta misión no ha acabado”, declaró durante su exposición en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington.
La intervención del brasileño fue una de las más esperadas junto con la de su homólogo estadounidense, Donald Trump, quienes con frecuencia han sido comparados y cuya relación es “simplemente excepcional”. Según trascendió, tras este evento ambos mantendrán un encuentro privado.
Durante los 24 minutos en los que se dirigió a la audiencia, recalcó que “en esta tierra de libertades, progreso y orden me siento como en Brasil. Es muy reconfortante ser recibido así en Brasil y en cualquier parte del mundo. Soy el ex presidente más amado de Brasil”.
Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos desde diciembre, cuando viajó a la Florida antes de la asunción de Lula da Silva y donde, ahora, espera completar los trámites migratorios para obtener una visa que le permita permanecer unos meses más.
Sobre su tiempo en el país norteamericano, se mostró muy a gusto y destacó que “podemos ver aquí una migración de gente que va de estados demócratas a estados republicanos. Buscan una vida mejor”.
A continuación, el ex mandatario hizo un repaso de sus cuatro años en la presidencia y destacó algunos de sus logros. “Los brasileños que habían abandonado su bandera empezaron a amarla. La gente empezó a entender más de política, del Congreso brasileño. Los nombres de diputados y senadores -y no solo de los jugadores de fútbol- formaron parte del día a día de Brasil. Estoy seguro de que plantamos muchas semillas”, enumeró con orgullo.
Fiel a su estilo, el líder ultraderechista aprovechó el espacio para, nuevamente, sembrar dudas respecto a las últimas elecciones en las que fue derrotado por Lula y en las cuales sugiere que hubo fraude. “Tuve mucho más apoyo en 2022 que en 2018. No sé por qué los números reflejaron lo contrario”, dijo.
Sin embargo, esta vez sólo se limitó a hablar de este tema y no se refirió a los sucesos del 8 de enero, en los que está siendo investigado como incentivador del intento de golpe de Estado.
Momentos antes de su presentación, habló con la cadena CNN Brasil sobre la acusación destapada unas horas antes por parte del diario O Estado de San Pablo, en la que se señaló a su Gobierno de haber intentado introducir al país de manera ilegal joyas valoradas en 3.2 millones de dólares. Éstas habrían sido un regalo de Arabia Saudí a la entonces primera dama, Michelle Bolsonaro, y datan de octubre de 2021.
Al respecto, comentó que está “siendo acusado de un regalo que ni pedí ni recibí. No hay ninguna ilegalidad por mi parte, ninguna práctica ilegal”.
Antes de Bolsonaro, su hijo Eduardo habló en el mismo evento y criticó a la administración del presidente Joe Biden por “no mirar mucho a Brasil”, incluso a pesar de la importancia geoestratégica de su país como productor de energía o alimentos.
“Creo que (Estados Unidos) está muy contento con la nueva administración de Lula da Silva, que tuvo una gran reunión con Biden” el pasado 11 de febrero, comentó en tono irónico y agregó que “debemos ser aliados” dado que ambas naciones tienen una “cultura parecida”.
Por último, advirtió a los estadounidenses que no se dejen engañar por el actual Presidente brasileño, a quien definió como “uno de los comunistas o socialistas -como quieras llamarlo- más peligrosos del mundo”.
(Con información de EFE y AFP)
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