Un pequeño de nueve años fue rescatado de la selva ecuatoriana luego de trece días de desaparecido. El niño de la comunidad zápara de Conambo, en la provincia de Pastaza, a 325 kilómetros de Quito, presentaba deshidratación leve y varias heridas en sus piernas y brazos.
Durante las casi dos semanas desde la desaparición del niño, varias instituciones con equipos de rescate realizaron recorridos en la Amazonía ecuatoriana pues se presumía que el niño estaba en la selva.
El niño se perdió mientras acompañaba a su hermano a cazar en una zona cercana a Montalvo. Trece días después, el menor fue encontrado en Pucayacu, a aproximadamente 80 kilómetros del lugar donde se perdió.
El pequeño fue encontrado por un agricultor en una casa abandonada en Pucayacu. Fue el hombre quien alertó al sistema de atención integrado ECU911. Desde ahí, fue alertado el Cuerpo de Bomberos de Pastaza, quienes lideraron el rescate para trasladarlo, primero a un hospital para la evaluación médica y luego devolvérselo a su familia en la comunidad de Conambo, según reportó El Universo.
La ancestral nacionalidad zápara
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) explica que el pueblo zápara vive en una región de la selva amazónica situada entre el Perú y Ecuador. Esta comunidad está asentada en una de las regiones del mundo más ricas en biodiversidad. De acuerdo con la oficina internacional, los záparas son los últimos representantes de un grupo etnolingüístico que comprendía muchas otras poblaciones antes de la conquista española.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) recoge que la nación Zápara del Ecuador está ubicada al este de la provincia de Pastaza y colinda al sur con el Perú. Según las estimaciones de la Confederación, alrededor de 1.300 personas son zápara y están asentados en un territorio de más de 401.000 hectáreas. Existen 10 comunidades záparas: Cuyacocha, Conambo, Pindoyacu, Balsaura, Wiririma, Torimbo, Shiona, Jandiayacu, Llanchama Cocha y Mazaramu.
Los zápara se dedican a la caza, pesca y muy poco a la agricultura. Antiguamente, explica la Conaie, la nación zápara tuvo una población muy numerosa, que se reflejaba en los 36 dialectos lingüísticos con los que contaba. A esto se suma su historia, su política organizativa estructurada, su administración de justicia definida y su forma de ver al mundo diferente que los de más nacionalidades y pueblos del Ecuador.
La cosmovisión zápara se demuestra en la estructura económica y productiva de la comunidad. Los integrantes de esta manejan de forma sustentable los recursos, siguiendo las reglas y normas ancestrales de uso y manejo de los recursos del bosque, es decir, que solamente cazan y pescan lo necesario para la familia, sin afectar el equilibrio ecológico del medio. Además, mantienen la relación directa entre el hombre, la naturaleza y la sociedad. La Conaie explica que tampoco existe la degradación del suelo por el cultivo extensivo de chacras (campo agrícola o granja) ni se practica la tala excesiva de árboles maderables.
Los zápara y sus comunidades están organizados bajo la Organización de la Nacionalidad Zápara del Ecuador, ONZAE, filial de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Conefeniae) y de la Conaie.
La Conaie explica que las comunidades zápara “se encuentran en proceso de recuperación de su identidad”. Según la confederación ha existido una pérdida paulatina de conocimientos ancestrales de su cosmovisión y se han introducido nuevos elementos culturales y lingüísticos de origen kichwa, debido a los matrimonios con otras etnias o como estrategia de supervivencia. Los záparas ecuatorianos han visitado Perú y se han organizado con las familias para realizar encuentros binacionales, como el sucedido en el 2002 en Llanchamacocha.
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