El 13 de enero pasado un despacho del Diario Oficial del estado brasileño informaba que el gobierno de Lula da Silva autorizaba la llegada al puerto de Río de Janeiro de dos buques de guerra iraníes: el Iris Makran y el Iris Dena. Se esperaba que ambas naves del régimen de Teherán amarraran allí y permanecieran entre el 23 y el 30 de aquel mes. Sin embargo, no hubo registro de que ambos barcos hubieran permanecido allí pese a la autorización y a los anuncios que Irán había hecho sobre su llegada. ¿Dónde se escondieron?
Finalmente, ambos navíos arribaron a la Cidade Maravilhosa este lunes 27 de febrero, pocos días después de que se conociera un nuevo permiso oficial de entrada el jueves pasado. “Autorizo la visita de los buques Iris Makran e Iris Dena, pertenecientes a la Marina iraní, al puerto de Río de Janeiro-RJ, en el período del 26 de febrero al 4 de marzo de 2023. El persente decreto orden modifica la orden N°5/2023″, señala el documento firmado por el vice almirante Carlos Eduardo Horta Arentz.
Ambos busques y su tripulación ya descansan en Río de Janeiro. Lo que despertó la curiosidad de algunos analistas brasileños es lo que pudo haber ocurrido con ambas embarcaciones entre el 23 de enero y el 27 de febrero. ¿Por dónde navegaron? Durante esa ventana, además, ocurrieron cosas significativas. Por un lado, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken anunció el 3 de febrero que ambas naves habían sido identificadas como pertenecientes al régimen iraní y que sobre ellas recaían sanciones contempladas en el decreto 13599 del Tesoro.
“El buque base Iris Makran, un petrolero reconvertido para operaciones navales y con capacidad de lanzamiento de UAV (vehículos aéreos no tripulados, en inglés), está realizando actualmente un viaje internacional. La fragata naval Iris Dena acompaña al Makran en este viaje. El Makran y el Dena están siendo identificados como bienes en los que el Gobierno de Irán tiene un interés de conformidad con la Orden Ejecutiva 13599, Bloqueo de bienes del Gobierno de Irán y de instituciones financieras iraníes”, señaló ese mismo día el Tesoro de los Estados Unidos.
Pero varios interrogantes quedaron suspendidos en el aire: ¿qué ocurrió con la frustrada primera visita de los buques de guerra a Río de Janeiro prevista para enero’ ¿Adónde se dirigieron ambas naves? ¿Influyó el viaje de Lula da Silva a Washington -donde el 10 de febrero se reunió con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca- para postergar el controversial amarre?
El 16 de enero tuvo lugar otro hecho singular: el WC-135R Constant Phoenix de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos despegó del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de Puerto Rico y recorrió las costas de Venezuela, Guyana, Surinam, Guayana Francesa y Brasil. Llegó casualmente a Río de Janeiro y retornó al país caribeño. Esta aeronave tiene como misión evaluar la calidad atmosférica y rastrear si existe algún componente radiactivo. Era su primera misión. ¿Se trató de una simple coincidencia? Seguramente, aunque hacía 30 años que no se monitoreaba la pureza del aire en América del Sur.
Respecto a dónde pudieron permanecer las embarcaciones del régimen iraní hasta su llegada a Río, el misterio persiste. No son fáciles de ocultar y su presencia en cualquier puerto llamaría la atención, además de requerir de permisos oficiales. Qué hicieron mientras tanto, también constituye un gran interrogante, así también como qué transportaba el más grande de ambos barcos.
El Makran se incorporó a la flota naval del Ejército de Irán el 13 de enero de 2021. Es una especie de portahelicópteros, con 228 metros de eslora y 42 metros de manga. Es el más grande de la armada de aquella nación. Por su parte, el Dena -95 metros- está equipado con diversas armas, como torpedos, cañones navales y misiles de crucero antibuque.
Las vueltas de Lula
La agenda internacional de Lula es zigzagueante. Por un lado, sonríe en la Casa Blanca junto a Joe Biden, convirtiéndose en un contraste para el resto de los jefes de estado regionales cuyas visitas a Washington escasean. Para congraciarse, promete frenar la deforestación del Amazonas y pide fondos, aunque los datos de febrero fueron un cimbronazo: el monitoreo satelital detectó que en apenas 17 días de ese mes 209 kilómetros cuadrados de bosques fueron destruidos en la mayor selva tropical del planeta, superando el anterior récord del gobierno de Jair Bolsonaro. Los datos oficiales son del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). La comparación con el ex mandatario debe doler al líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Pero además de estos pendientes ecológicos que no logra arrancar, Lula chocó con Alemania por no querer poner a disposición la munición de 105 mm de los tanques Leopard I que servirían de tanto para combatir a Rusia en Ucrania. El presidente brasileño se mostró complaciente reiteradas veces con Vladimir Putin y muy crítico con Volodomir Zelensky. Al parecer, la cercanía alcanzada con Moscú se basa en años de compartir cenas en el BRIC. ¿El arribo de Irán a esa alianza económica habrá inspirado a Lula a abrir sus puertos? ¿La creación de un nuevo banco que será presidido por Dilma Rousseff garantizará dinero fresco a los socios paria de ese bloque?
Los buques de guerra iraníes permanecerán unos días más en Río de Janeiro. Mientras tanto, muchos se preguntan cuál es el ambivalente juego que hace Lula da Silva y hasta dónde llegará.