Brasil elevó este sábado a 59 la cantidad de muertos por las torrenciales lluvias que barrieron el litoral de San Pablo luego de que, en las últimas horas, hallaran dos nuevos cadáveres en la ciudad de Sao Sebastiao, una de las más golpeadas por los temporales.
Las autoridades creen que, por lo menos, otra decena de personas continúan atrapadas bajo los escombros de casas que fueron destruidas por los graves deslizamientos de tierra en las laderas de las sierras de la región. Esto se suma a los más de 3.000 individuos que se vieron obligados a abandonar sus casas ante los riesgos de nuevos accidentes del estilo y, de momento, permanecen refugiados en centros provistos por el Gobierno, iglesias, escuelas y gimnasios, distribuidos en seis ciudades.
Las lluvias comenzaron hace una semana, la noche del 18 de febrero, y castigaron con rigor a la zona turística del litoral de San Pablo durante 48 horas. Este episodio coincidió con un momento de gran movimiento turístico por los festejos de Carnaval, una de las fiestas más populares de Brasil.
El Gobierno regional mencionó que los rescatistas continuan con las tareas de búsqueda principalmente en Sao Sebastiao y en la vecina ciudad de Ubatuba, donde se han registrado la mayoría de las víctimas fatales a raíz de los desplazamientos de tierra que le siguieron a las lluvias.
El litoral de San Pablo es una de las principales zonas turísticas del país y está rodeado de una cadena de sierras que, en las últimas décadas, fueron ocupadas irregularmente.
Para asistir en las tareas humanitarias, frente a las costas de Sao Sebastiao, ancló este jueves un portaaviones de la Marina que funciona como hospital flotante. Tiene capacidad para atender a 300 pacientes y cuenta con medio centenar de médicos a bordo, lo que permitirá descongestionar los centros de salud en tierra que están colapsados.
Por otro lado, el Gobierno federal dispuso la instalación de un “gabinete de crisis” en las zonas afectadas, luego de que el ministro de Integración, Waldez Góes, se reuniera con alcaldes de 12 ciudades del litoral paulista para analizar en detalle la situación en cada una y afinar, así, las medidas de emergencia ya adoptadas.
En diálogo con periodistas, Goes explicó, también, que este desastre se debe -en parte- a “una acumulación de problemas de vivienda, en un país que tiene a unas cuatro millones de personas que viven en zonas de riesgo”.
Igualmente, reconoció que también el episodio “se agrava con el fenómeno del cambio climático” y sumó que, de cara al futuro, una de las medidas que se adoptarán para prevenir nuevos episodios de este estilo será una “mudanza ordenada” de esas zonas de riesgo. Para ello, se implementarán los planes de vivienda popular que el Gobierno ya ha comenzado a desarrollar en otras partes del país.
Por último, agradeció el “enorme apoyo” del Gobierno federal y de la sociedad en general, que han movilizado sus recursos para enviar donaciones de miles de toneladas de alimentos, medicinas y ropa, así como los trabajadores que han facilitado el restablecimiento casi por completo del servicio de agua y las telecomunicaciones en todo el litoral.
(Con información de EFE)
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