Las inundaciones y deslaves en San Pablo han causado 46 muertes y el martes continuaba la búsqueda de decenas de desaparecidos en este estado del sur de Brasil.
La búsqueda estaba concentrada principalmente en la municipalidad costera de San Sebastián, donde se han registrado 43 muertes. Los bomberos esperaban encontrar personas con vida en las casas alcanzadas por los deslaves durante el diluvio del fin de semana, dijo el empleado municipal Pedro de Rosario.
“La esperanza es lo último que muere, así que tenemos mucha esperanza”, expresó De Rosario. “Todavía hay gente enterrada”.
Se han identificado siete cuerpos, entregados para sus entierros, mientras que 800 personas han perdido sus viviendas y 1.730 han sido desplazadas, informó el gobierno del estado de San Pablo en un comunicado.
Efectivos de las fuerzas armadas se sumaron a las tareas de búsqueda y rescate y a partir del jueves la Armada construirá un hospital de 300 camas, anunció el gobernador Tarcisio de Freitas en conferencia de prensa en San Sebastián el martes.
Las autoridades retiraban el lodo y limpiaban las vías, pero partes de la ruta entre Río de Janeiro y la ciudad portuaria de Santos siguen bloqueadas. Otro camino, de la ciudad de Bortiga a Sao Paulo, está totalmente bloqueado.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó la región el lunes. En declaraciones a la prensa, dijo que los habitantes de las laderas deben ser trasladados a regiones más seguras.
Las precipitaciones en San Sebastián superaron los 600 milímetros en un lapso de 24 horas el fin de semana, una de las más intensas en un período tan breve en Brasil.
Se han distribuido 7,5 toneladas de alimentos, agua y artículos de primeros auxilios, informó la gobernación de Sao Paulo.
La zona afectada, en la costa norteña de San Pablo, célebre por sus playas flanqueadas por montañas, es un destino de Carnaval concurrido por turistas ricos que prefieren alejarse de las fiestas callejeras masivas en las grandes ciudades.
(Por Tatiana Pollastri y Eléonore Hughes - AP)
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