Obispos cubanos se solidarizaron con la Iglesia de Nicaragua y los desterrados por la dictadura de Daniel Ortega

Los prelados indicaron que se suman al clamor del papa Francisco, quien expresó su preocupación por la situación en el país centroamericano, para “que abra el corazón de los líderes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz”

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Continúa la persecución de la Policía sandinista contra la Iglesia nicaragüense

Los obispos católicos de Cuba expresaron este domingo su solidaridad con la Iglesia de Nicaragua, sus fieles y los excarcelados que fueron deportados por la dictadura de Daniel Ortega a los Estados Unidos.

En su “Mensaje al pueblo de Dios”, los obispos cubanos manifiestan que se sienten “profundamente unidos a los Obispos y a todos los fieles de la Iglesia de Dios en Nicaragua”, y acogen la invitación del papa Francisco de hace una semana en el rezo del Ángelus.

Recuerdan que entonces, el pontífice dijo: “Me ha entristecido mucho la noticia que llega de Nicaragua y no puedo dejar de recordar aquí con preocupación al Obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien tanto quiero, condenado a 26 años de prisión, y también a las personas que fueron deportadas a los Estados Unidos. Rezo por ellos y esa querida nación, y pido sus oraciones”.

Los prelados de la isla exteriorizaron que se suman a su clamor para “que abra el corazón de los líderes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor, y se logra mediante el ejercicio paciente del diálogo”.

También exhortaron a los fieles católicos cubanos a “orar por esa Iglesia y pueblo que sufren”.

Rolando Álvarez, obispo de la
Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y Estelí y crítico del dictador Daniel Ortega, se encuentra detenido por el régimen nicaragüense (REUTERS/Maynor Valenzuela)

En la última semana, 317 nicaragüenses fueron despojados de su nacionalidad, incluido el obispo Rolando Álvarez Lagos, condenado a 26 años y 4 meses de prisión, tras negarse a ser desterrado por el régimen de Ortega junto a 222 presos políticos excarcelados y expulsados hacia Estados Unidos el 9 de febrero.

Al obispo Álvarez, de 56 años, le fueron suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida, por delitos considerados “traición a la patria”.

El pasado miércoles la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) también se solidarizó con la Iglesia de Nicaragua en “estos momentos de dificultades que están viviendo”, que sigue con “atenta preocupación”, debido a la expulsión y encarcelamiento de religiosos del país centroamericano.

A través de un comunicado, los obispos venezolanos, junto con sus presbiterios, expresaron su preocupación por los “últimos acontecimientos que están marcando la vida y ministerio” de la Iglesia “en la hermana nación nicaragüense”, entre ellos “la expulsión de sacerdotes, diáconos, seminaristas y religiosos”, además del “enjuiciamiento y prisión del querido hermano Rolando Álvarez”.

El Episcopado venezolano, según el pronunciamiento, pide “a Dios (que) cambie los corazones de quienes han tomado esas decisiones, para que, además de reconsiderarlas y convertirse, entiendan que, por mandato divino, la Iglesia será siempre fiel a la misión profética de anunciar la palabra de liberación caminando junto con su pueblo”.

El papa Francisco también expresó
El papa Francisco también expresó su preocupación por la situación de Nicaragua (AP/Inti Ocon)

“Imploramos a la Virgen Purísima, Madre de Dios, venerada entre nosotros como María de Coromoto, su maternal protección para toda Nicaragua”, expresó la CEV.

Entre los 222 presos políticos nicaragüenses trasladados a Washington en un avión fletado por el Gobierno de Joe Biden, hay figuras de la oposición nicaragüense que han recibido un permiso humanitario para permanecer en territorio estadounidense durante dos años.

La dictadura de Ortega expulsó también al sacerdote italiano Cosimo Damiano Muratori, a quien acusa de haber intervenido “injuriosamente en asuntos sólo concernientes a nicaragüenses”.

El país centroamericano atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato.

Con información de EFE

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