Bolsonaro dijo que volverá a Brasil en marzo y negó haber participado del intento de golpe de Estado contra Lula da Silva

El ex presidente, quien se encuentra en Estados Unidos, dijo que desea liderar a la oposición y defenderse de las acusaciones en su contra por los ataques contra los edificios gubernamentales

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Jair Bolsonaro viajó a Estados Unidos días antes de la asunción de Lula (REUTERS/Adriano Machado)
Jair Bolsonaro viajó a Estados Unidos días antes de la asunción de Lula (REUTERS/Adriano Machado)

Jair Bolsonaro confirmó que regresará a Brasil en marzo, en una entrevista con el diario norteamericano The Wall Street Journal.

El ex presidente dijo que regresará a su país para encabezar la oposición al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y defenderse de las acusaciones de que incitó ataques de manifestantes contra edificios gubernamentales el mes pasado de enero.

“El movimiento de derechas no está muerto y seguirá vivo”, dijo en su primera entrevista desde que abandonó Brasil para trasladarse a la Florida a finales del año pasado tras perder las elecciones por un estrecho margen frente a Lula.

Adelantó, asimismo, que trabajará con sus partidarios en el Congreso y en los gobiernos estatales para impulsar políticas a favor de las empresas y para luchar contra el aborto, el control de armas y otras medidas que, según él, van en contra de los valores familiares.

Bolsonaro nunca reconoció la victoria de Lula en las últimas elecciones presidenciales, pero en la entrevista al WSJ le bajó el tono a las críticas hacia el proceso electoral: “Perder es parte del proceso electoral (...) No estoy diciendo que hubo fraude, pero el proceso fue parcial”.

El ex presidente aseguró que está sorprendido por su derrota, teniendo en cuenta que su partido tuvo buenos resultados en las contiendas estatales y en el Congreso. “El pueblo estaba conmigo, la agroindustria estaba conmigo, la mayoría de los evangélicos estaban conmigo, la industria estaba conmigo, los propietarios de armas estaban conmigo”, dijo.

Dijo que ahora se ve a sí mismo como “el líder nacional de la derecha; no hay nadie más en este momento”.

Bolsonaro también fue incluido por la Corte Suprema en la lista de investigados por el asalto a las sedes de los tres poderes el 8 de enero pasado, cuando miles de sus simpatizantes intentaron forzar un golpe de Estado contra Lula (REUTERS)
Bolsonaro también fue incluido por la Corte Suprema en la lista de investigados por el asalto a las sedes de los tres poderes el 8 de enero pasado, cuando miles de sus simpatizantes intentaron forzar un golpe de Estado contra Lula (REUTERS)

El pasado 8 de enero, apenas una semana después de la asunción de Lula, miles de seguidores de Bolsonaro asaltaron los principales edificios gubernamentales en Brasilia, entre ellos el del Tribunal Supremo y el Congreso. Tras lo sucedido, los fiscales de Brasil acusaron al ex presidente de haber incitado esos disturbios con sus denuncias de fraude electoral en las redes sociales.

No obstante, Bolsonaro dijo que es inocente y se mostró abierto a enfrentar cualquier tipo de investigación. “Ni siquiera estaba allí, y quieren culparme a mí”.

En esa línea, condenó los hechos de violencia, pero aclaró que lo ocurrido no fue un intento de golpe de Estado contra Lula: “¿Golpe? ¿Qué golpe? ¿Dónde estaba el comandante? ¿Dónde estaban las tropas, dónde estaban las bombas?”.

Durante la entrevista, el ex jefe de Estado se refirió al reciente viaje de Lula a Estados Unidos, donde fue recibido por Joe Biden en la Casa Blanca: “Lula sólo vino aquí para estar en el centro de atención”.

Bolsonaro fue muy criticado -a nivel nacional e internacional- por su gestión de la pandemia. Brasil fue uno de los países con mayor impacto por el coronavirus, al registrar cerca de 700.000 muertes. El ex mandatario, incluso, llegó a calificar al covid-19 de “pequeña gripe”. Consultado sobre este tema, reconoció que “no diría nada”: “Dejaría el tema en manos del Ministerio de Salud”.

Bolsonaro había dicho días atrás que planeaba regresar a Brasil “en las próximas semanas”, luego de haber pasado más de un mes en Estados Unidos.

El ex jefe de Estado voló a Florida dos días antes de que Lula jurara como nuevo presidente el 1 de enero y luego solicitó una visa de turista de seis meses para continuar su estadía en Estados Unidos.

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