El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Volker Turk, instó a la comunidad internacional a “considerar urgentemente el despliegue de una fuerza de apoyo especializada con plazos determinados” en Haití durante una visita en medio del aumento de la violencia.
Turk aseguró en un comunicado que las personas en la isla están siendo acosadas y aterrorizadas por bandas criminales sin que el Estado pueda detenerlo. “Solo puede describirse como una pesadilla viviente”, agregó.
Pidió a la comunidad internacional que no se olvide de Haití y le preste atención porque en este país se vive “una de las peores situaciones de pobreza y terror del mundo”. Remarcó su preocupación y temor a que la situación en Haití no esté recibiendo la atención que merece en un contexto de múltiples crisis internacionales.
Acciones a favor de los haitianos
“Estoy aquí para advertir del peligro de considerar la situación en Haití como insuperable y desesperada (...) Estoy aquí para llamar la atención sobre esta situación y ayudar a impulsar la acción en favor de los haitianos. El mundo necesita oír lo que yo he presenciado y lo que mis colegas documentan cada día”, afirmó en una rueda de prensa en Puerto Príncipe para hacer un balance de su visita.
En su opinión, “la salida a esta situación multicrisis de derechos humanos debe ser asumida y liderada por el pueblo haitiano. Pero la magnitud del problema es tal que requiere de la atención activa y el apoyo de la comunidad internacional”.
Turk dibujó como catastrófica la situación en Haití, “donde los problemas son enormes y abrumadores” y donde las bandas armadas crean un clima de terror casi permanente desde julio pasado.
Habló de un país en cuya capital la bandas armadas controlan el acceso al agua, los alimentos, la atención sanitaria y el combustible, donde los secuestros son habituales y a los niños se les impide ir a la escuela o se les recluta para perpetrar actos violentos o abusos.
El jefe de Derechos Humanos de la ONU, quien aseguró que escucha el llamamiento de ayuda de las comunidades más afectadas en Haití, alertó de que en este país caribeño los servicios sociales están en gran medida ausentes, una de cada dos personas pasa hambre, vive en extrema pobreza y no tiene acceso al agua, y los presos mueren de desnutrición y cólera.
También recordó que este es un pueblo con una larga historia de resiliencia, resistencia y determinación frente a todo tipo de situaciones adversas, desde catástrofes naturales a crisis provocadas por el ser humano e impuestas tanto desde dentro como desde fuera. “Este es ante todo un país nacido de la lucha por la dignidad y los derechos humanos, contra el colonialismo, la esclavitud y el racismo sistémico”, afirmó.
El alto comisionado llegó el pasado miércoles a Haití a invitación del Gobierno y, durante su estancia, se reunió con el primer ministro, Ariel Henry, y miembros de su gabinete como los titulares de Justicia y de Asuntos de la Mujer, así como con representantes del Defensor del Pueblo, altos cargos de la Policía Nacional, miembros de la sociedad civil y víctimas de violaciones de derechos humanos.
Ahora abandona Haití preocupado por lo que ha podido ver sobre el terreno del país más pobre de América, donde a la crisis agravada tras el asesinato en 2021 del entonces presidente Jovenel Moise se suma en los últimos meses la reaparición del cólera, que ya ha causado cientos de muertes.
Por el momento, la comunidad internacional no ha concretado una respuesta a la solicitud formulada en octubre pasado por el Gobierno de Haití sobre el envío de una fuerza extranjera.
Tras esa petición, el secretario general de la ONU, António Guterres, propuso establecer una “fuerza de acción rápida” con militares de uno o varios países y no bajo bandera de Naciones Unidas.
Con información de Reuters y EFE
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