El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez, radicado en Miami, manifestó este jueves su alegría por la excarcelación de más de 200 presos políticos en Nicaragua, pero consideró que su destierro a EEUU es un “crimen”.
“Desterrándolos, la dictadura de Nicaragua comete otro crimen, mostrando que son ellos quienes no merecen ser nicaragüenses”, escribió Báez en una aparente alusión a las informaciones que indican que los excarcelados serán privados de la nacionalidad nicaragüense mediante un cambio legal.
El obispo auxiliar dijo alegrarse “profundamente de que los presos políticos de #Nicaragua estén fuera de la cárcel” y dio gracias a Dios por ellos, que “nunca debieron ser apresados”.
Báez está radicado en Miami después de haber tenido una actuación destacada de ayuda a las personas perseguidas tras las protestas populares registradas en 2018 contra la dictadura de Daniel Ortega.
El régimen nicaragüense ofreció la excarcelación a cambio de irse a Estados Unidos a 224 presos políticos y solo dos no aceptaron.
Los 222 prisioneros llegaron este jueves a Washington por vía aérea.
Según informaciones de prensa, los dos que dijeron “no” a marcharse del país son el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, y la historiadora y ex guerrillera sandinista Dora María Tellez.
El obispo auxiliar de Managua reside y ejerce como pastor en la parroquia de Santa Ágata, en el barrio de Sweetwater, en Miami, donde se concentran nicaragüenses y centroamericanos.
Báez se radicó en Miami después de haber sido llamado por el papa Francisco al Vaticano en 2019, algo que los opositores nicaragüenses calificaron como un “exilio forzoso”.
Entretanto, el obispo nicaragüense Rolando José Álvarez, crítico del régimen de Ortega, fue trasladado de su residencia, donde guardaba prisión domiciliar desde agosto pasado, a la cárcel La Modelo, a las afueras de Managua.
El dictador sandinista dijo que el obispo estaba haciendo fila, pero antes de subir las gradas del avión, comenzó a decir que no se subiría, porque “primero tendría que hablar con los obispos”.
“Exige hablar con los obispos, una reunión con los obispos”, criticó Ortega, quien remarcó que la decisión de expulsar a los prisioneros “es una decisión del Estado nicaragüense”, que no se puede “cuestionar”.
“No sé qué piensa este señor (Álvarez), que frente a una decisión del Estado nicaragüense, él dice que no acata, una resolución de un poder del Estado que lo está mandando a irse de país”, reprochó.
El otro prisionero que no se quiso montar al avión es Fanor Alejandro Ramos, porque además de delitos considerados “traición a la patria”, guarda prisión por almacenamiento de drogas y tenencia ilegal de armas.
“Seguramente (Ramos) tuvo temor que ya estando en los Estados Unidos, y con ese récord, lo investigaran y le encerraran en prisión allí y terminara en cadena perpetua o en la silla eléctrica”, expresó Ortega.
Contrario al jerarca, relató Ortega, sí se subieron al avión un grupo de 11 religiosos, entre ellos sacerdotes que también guardaban prisión, y ya se encuentran en Washington.
El ex guerrillero nicaragüense explicó que no podían subir a la fuerza al obispo Álvarez, debido a que parte del acuerdo con las autoridades de los EEUU era que los prisioneros tenían que subir por su voluntad.
(Con información de EFE)
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