El precandidato presidencial nicaragüense Juan Sebastián Chamorro fue uno de los 222 presos políticos expulsados del país este jueves por el régimen de Daniel Ortega. Tras aterrizar, horas más tarde, en el aeropuerto internacional de Dulles, en Estados Unidos, el desterrado rompió el silencio sobre las útlimas horas y su paso por la cárcel.
Según declaró a la prensa, que lo esperaba en la puerta del hotel donde dormirá junto a otros miembros del grupo, ellos desconocían la resolución del régimen y sólo se enteraron de que habían sido excarcelados y expulsados a Estados Unidos minutos antes de embarcarse en el avión de Omni Air International. Asimismo, en las puertas de la aeronave, los 222 presos debieron firmar un documento en el que aceptaban el viaje y todo lo que su salida de Nicaragua implicaba.
Explicó que ese desconocimiento se debió a que en la cárcel estaban “totalmente incomunicados y con muy poca información del exterior”. Inclusive, recordó que la noche del miércoles les fue devuelta su ropa y, más tarde, fueron montados en un autobus, todo sin informarles de a dónde iban o, siquiera, que habían quedado en libertad.
Es por ello que, en una primera instancia, los detenidos creyeron que estaban siendo llevados a otro centro penitenciario. “Los que conocen Managua saben que la cárcel Modelo está muy cerca del aeropuerto así que la expectativa, lo que algunos de nosotros pensamos, es que íbamos a la cárcel Modelo”, recordó.
Sin embargo, los tres colectivos que los transportaban doblaron a la derecha en dirección a la Fuerza Aérea y, sólo entonces, cayeron en la cuenta de que serían sacados del país -aunque aún sin certezas del destino final-.
“Fue un momento muy emocionante”, recordó sobre su reencuentro con antiguos compañeros en el avión. “Aquí hay gente que ha estado más de tres años entre rejas” y procedentes de distintas cárceles, agregó.
Una vez en vuelo, Chamorro y los otros 221 presos se enteraron “con sorpresa” que se les había arrebatado la nacionalidad aunque, aseguró, un trámite de ese tipo no les quita su “nicaragüidad”.
“Fue un momento muy contento, muy alegre en el avión. Cantamos el himno nacional varias veces al salir del territorio nacional, aunque con una sensación agridulce, evidentemente, (por estar) en libertad pero siendo desterrados por el régimen”, continuó.
Por su parte, Félix Maradiaga, otro de los presos declaró que será “nicaragüense” hasta el día que se muera porque seguirá “amando Nicaragua” no sólo como la nación que lo vio nacer sino como la tierra en la que desde ver “democracia”.
También, comentó que desconocen cómo se dieron las negociaciones “entre telones” que derivó en su puesta en libertad aunque agradeció el accionar de los gobiernos y las organizaciones involucradas.
Sobre su futuro, el ex precandidato señaló que aún se centra en el presente y está disfrutando sus primeras horas en libertad mientras espera la llegada de su esposa para empezar una nueva vida. “Creo que la prioridad ahora es estar centrado en la familia y rehacer nuestras vidas”, mencionó.
Maradiaga también mencionó que su prioridad ahora es abrazar a sus allegados: “En mi caso tengo más de tres años de no ver a mi hija. Cuando la dejé tenía poco menos de seis años”.
Por su parte, desde el gobierno de Estados Unidos ya anunciaron que les proporcionarán asistencia legal y que podrán permanecer en el país durante un plaso de dos años.
A su vez, la figura opositora aprovechó el espacio para agradecer a Dios y “a todas las instituciones, a todas las personas, a todos los abogados y a todos los países que han hecho posible este milagro, el milagro de la libertad”.
Chamorro pasó un año y ocho meses tras las rejas en “una cárcel de máxima seguridad en condiciones muy deplorables”, tal como señalan las múltiples denuncias de organismos de derechos humanos. “Fuimos víctimas de una enorme injusticia”, comentó al respecto y resaltó la valentía de muchos de sus compañeros que dejaron a sus familias en Nicaragua y que temen por lo que les pueda ocurrir.
Por último, consultado por el número de presos seleccionados para este operativo, el precandidato indicó que, al momento de embarcar el vuelo, “algunas personas de la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua” les informaron que eran 224 los excarcelados y expulsados del país pero que tenía entendido que uno de ellos no firmó el documento. Agregó desconocer más detalles sobre el tema.
En lo que respecta al caso del obispo Roland Álvarez, también declaró solamente saber que “no se montó en el avión” y que “se le adelantó el juicio”.
(Con información de EFE)
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